POV Tom
Acababa de salir de trabajar. Estaba hambriento, agotado y bastante mareado, pero... No veía el momento de ver a mi Bill. Me sonó el teléfono. Oí a Bill gritar pidiendo ayuda. Corrí todo lo que me dieron las piernas. Entré al hotel gritando "¡BILL! ¡BILL!". Un empleado del hotel me dio una llave. Ni siquiera le di las gracias, estaba demasiado preocupado como para que me importara tener buena educación. ¡Bill estaba en peligro, joder!
Subí las escaleras corriendo. No tenía tiempo de esperar al ascensor. Entré chorreando de sudor.
-¡Bill! -no contestaba...- ¡Bill, te juro que como no salgas te pegaré una paliza! -irrumpí en el baño como un elefante en una cacharrería. Me paré en seco jadeando, recuperando el aire.
-No has tardado mucho... -me contestó el cabronazo.
-Te... voy... a... matar... -creo que me olvidé por completo del enfado al ver semejante imagen. Mis sueños no le hacían justicia.
-¿No te gusta lo que ves? Vaya... Es una pena, si me quieres matar... -me quité la ropa a toda hostia, ansioso.
-Te voy a matar... Pero primero te voy a follar como nunca... ¿me oyes? -me puse rojo muerto de excitación y me lancé a por él. No me controlé. No podía, no quería... Podría atribuir mi bestialidad de ese momento al enfado, pero lo cierto es que sería mentir.La lujuria me carbonizó. Era mi Bill, estaba ahí, dispuesto a dar y a recibir placer, tan perfecto como siempre. Me dejé llevar por el vicio.
No dejé pasar la oportunidad de saborear todo su cuerpo, de recorrer cada centímetro de su piel con mi lengua dejando un rastro húmedo y brillante. Y después me lo follé como nunca me lo había follado. Jamás habíamos tenido un polvazo así... Y Dios, ojalá pudiera tenerlos toda la vida.
Dejé al pobre Bill destrozado. Lo cogí en brazos y le llevé a la cama. Nos tapé pegando bien nuestros cuerpos.-Siento haberte asustado por teléfono. -me dijo sonrojándose.
-Me has dado un buen susto. -dije acariciando su pelo.
-Esta era mi manera de proponerte ser mi chico. -dijo señalando a nuestro alrededor.
-Y esta mi manera de decirte que si. -sonreí guarro. Nos besamos de nuevo.
-Descansa un poco Tom... me toca a mi después. -sonreí y nos fundimos en un beso tierno a la vez que nuestros cuerpos se rozaban. Estaba tan a gusto...Bill cogió una bandeja de la mesilla y la destapó. Habría fresas y... nata. Me relamí. Miré a Bill sonriendo. Estaba poniendo dos copas de champagne. Se volvió a tumbar conmigo y me dio una de las copas. Noté su calor muy cerca de mi cuerpo... No podía entender cómo había podido sobrevivir sin esto.
Tomó una fresa y la llevó hasta mi boca. Me comí la fresa y me ocupé de limpiar con mi lengua la nata de sus dedos. Me miró con lujuria. Esta vez fui yo quien le di una fresa, eso sí, ocupándome de manchar de nata sus comisuras, para verle relamerse.
Estuvimos así un rato, disfrutando el momento, disfrutando de las vistas... Me perdí en su mirada, en sus pupilas dilatadas por la excitación, en su lengua llevándose los restos de nata de sus labios... Y casi sin pensar, cogí el bote de nata y me rocié el pecho.
Bill apartó la bandeja, dejándola en la mesilla.
-Te voy a comer... -dijo mordiéndose el labio inferior y sentándose a horcajadas en mi cintura, friccionando nuestras entrepiernas. Gemí, ansioso. Fui a tocarle, pero no me dejó. Me agarró de las muñecas, dejándolas por encima de mi cabeza- No, Tom... -dijo con fingida desaprobación- Ahora mando yo. -sonrió de lado y sin darme ni cuenta, estaba esposado al cabecero.
-Pero... ¿cómo...? -sonrió como con malicia y sin responder, se agachó a lamer la nata de mi pecho. Mordía y succionaba dejando un camino de pequeñas marcas, delineando mis pectorales con su lengua y deteniéndose en un pezón. Mordió casi con saña y gemí casi de dolor, pero poco me importó. Me estaba deshaciendo en placer. Quería más, pero él parecía querer saborear mi pecho de arriba a abajo- Joder, Bill, por Dios, baja -se rió de mi ansia y paró. Se apartó un momento de mi y sacó algo del cajón de la mesilla que no alcancé a ver.
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Against the odds
FanfictionTokio Hotel. Twc no relacionado. La vida de Tom Trümper, un chico humilde y trabajador, se ve alterada cuando Bill Kaulitz, el hijo engreído y narcisista de un millonario se cruza en su camino. Sucumbiendo a todos sus caprichos día a día, la pacien...