1. Recuerdos - Temporada 2

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POV Bill

La voz de mi madre me estaba taladrando los oidos. Me tapé la cabeza con la almohada para ver si con un poco de suerte me ahogaba para no escucharla más... Y para no acordarme de él.

Mi madre gritaba desde la planta de abajo y como vi que no tenía intenciones de callarse, aparté el edredón con rabia y me levanté de la cama muy cabreado. ¡Qué cojones quería!

Desde que había regresado las cosas habían vuelto a la normalidad en casa. Mis padres seguían con lo suyo y Georg era el único que se preocupaba de verdad por mi. Y yo... Bueno, digamos que deseaba arrancarme el corazón del pecho. El dolor que sentía estos días posteriores a lo ocurrido era mil veces peor que cuando Craig me hizo lo que me hizo. Al menos aquello se me olvidó con el paso del tiempo, pero esto... Cada día que pasaba sentía como si un gran agujero negro se iba formando dentro de mi y me iba absorbiendo. Nunca había sufrido por amor, pero si esto era así, no quería amar.

Es irónico cómo la vida gira. Si alguien me hubiera dicho que acabaría enamorado de Tom, seguramente le hubiera pegado un puñetazo.

No había noche en la que no recordara todo lo que habíamos pasado juntos, lo cerca que estuvimos de la muerte en varias ocasiones. Y cada vez que lo recordaba, peor me ponía.

Me miré por un momento en el espejo y no me reconocía. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y muchas ojeras. Mi madre seguía llamándome y me entraron verdaderas ganas de asesinarla.

-¡Que ya voy, coño! -me sorprendí de lo ronca que tenía la voz, pero a decir verdad me daba igual.

Bajé las escaleras de mala gana encontrándome a mi madre con cara seria.

-¿Es que estás sordo, niño, o qué te pasa? -bueno, esta mujer estaba loca.

-¿Que qué me pasa? Que estaba durmiendo, eso es lo que pasa, pero con los gritos que pegas cualquiera duerme en esta casa.

-Sin rechistar, Bill. Bueno, te llamaba porque tu padre ha llamado. Tiene una cena importante. Está a punto de cerrar un contrato con un empresario y es importante que estemos con él. Nos han invitado a cenar a su casa. A las 9 te quiero listo -estaba flipando con lo que me estaba diciendo. Lo que me faltaba... Ir de familia feliz. Estaban locos si pensaban que iba a ir.

-Eh, mamá, no te flipes. Yo paso. Id vosotros, no estoy de humor para hacer el tonto en casas ajenas.

-No era una pregunta, Bill. Tu padre quiere que vayas sí o sí. No te corresponde a ti decidir.

-¿Que no? Ya verás como sí. Estoy harto de hacer el tonto y fingir delante de la gente. Solo os importa el qué dirán, y ¿sabes qué? A mi me la suda. No volveré a ir con vosotros a esas estúpidas cenas. -puso cara de mosqueo. Joder, que ya tenía una edad para estas mierdas.

-Mira, niño. Hay que mantener las apariencias como tu padre te ha enseñado Si somos alguien es gracias a tu padr... -no la dejé terminar.

-No me vengas con la misma mierda de siempre. Estoy hasta los huevos de estas cosas y de vosotros -me fui al cuarto dejando a mi madre con la palabra en la boca. Estaba hasta los cojones de esta familia. Me senté en la cama muy alterado y escondí la cara en mis manos.

Una lágrima se me escapó sin poder controlarla. Ahora las cosas me afectaban y no estaba dispuesto a aguantar las gilipolleces de mis padres. Si tan solo él estuviera conmigo... La despedida había sido muy dura.

Flashback

En el momento que ambos nos dimos media vuelta después de despedirnos. Las lágrimas se me acumularon en los ojos pero me obligué a no llorar al menos hasta que lo perdiera de vista. Caminé decidido hacia la salida sin mirar atrás a la vez que el nudo que se me había formado en la garganta dolía más y más.

Against the oddsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora