POV Tom
Llevaba bastante rato sin cruzarme con él, cuando no se le ocurre otra cosa mejor que hacer que venir a tocar los huevos. Menudo radar...
-¿Se puede saber por qué me has dejado caer al agua antes? -expulsé el humo el cigarrillo.
Normalmente solo fumaba cuando me sentía superado por la situación, ya que era un vicio caro y no me lo podía permitir. Y como mucho, me podía gastar diez euros al mes, en uno que me sintiera muy estresado... Pero por culpa del capullo este ya llevaba treinta euros gastados en la misma semana. Tras unos segundos, respondí.
-Porque te he agarrado con el brazo que tú me dislocaste. Como siga haciendo fuerza con el hombro me van a tener que operar y no tengo dinero para pagarme la puta operación. Como comprenderás, no voy a terminar de joderme el hombro para evitar que la persona que me lo jodió se moje un poco.
-Es tu deber, estás al servicio de los clientes. Además, podrías haberlo evitado. Igual que me soltaste, podrías haberme sacado -eso era verdad, pero me importaba muy poco.
-Soy un empleado, no un esclavo.
-Eres un imbécil.
-Mira, te lo vuelvo a repetir. Lo único que quiero es que me dejes en paz.
-¿Cómo puedes tener tan mal gusto de haberme rechazado?
-¿Quieres que te diga por qué? -le encaré- Porque me hablaste como si fuera un perro, cuando yo no tenía la culpa de tus putas frustraciones de niño rico. Luego, me trataste como si fuera una vulgar puta, ofreciéndome dinero por acostarme contigo... Y luego, me chantajeaste con acusarme de que te iba a violar si no te comía la polla. Mira. Me pones, mucho. Pero no soy un puto. Si me hubieras hablado de buenas maneras, seguramente me habría acostado contigo. Pero así no. ¿Y quieres que te diga por qué? Porque eres un gilipollas. Eres precioso y estás muy bueno, te lo admito. Pero dime, si el mundo fuera ciego, ¿a cuánta gente impresionarías? -Tiré el cigarrillo a medio fumar por la borda y me fui a pedirme la puta baja. Ya no aguantaba más el dolor de hombro. Ya vería lo que hacía con el dinero... O les contaría cualquier movida...
Entré a la enfermería y estaba Eva animadamente hablando con un tío que... Estaba MUY bueno.
-Perdón, ya salgo, no sabía que estabas ocupada -fui a salir pero me dijo.
-No, Tom, no salgas. Tengo una noticia genial para ti.
-¿Cual? -dije desconcertado- Este chico es Peter -le di la mano.
-Encantado -le dije.
-Igualmente -dijo comiéndome con la mirada. Sonreí de lado.
-Verás, él estudió conmigo medicina, pero él se especializó en fisioterapia. Y es muy bueno. Le he pedido el favor de que te cruja el hombro un rato. Y ha accedido. Te puede hacer que esta misma noche estés totalmente recuperado del hombro y puedas moverlo y hacer cualquier esfuerzo con él, como siempre y sin problemas -me alegré.
-¿En serio? Yo que venía a pedirte la baja... -se rió.
-Pues ya no hace falta -dijo él sonriendo seductor.
-Ya veo... -Eva se dio cuenta de la tensión sexual entre los dos y se fue discretamente metiéndome un condón en el bolsillo sin que Peter se diera cuenta.
-Bueno, pues túmbate y quítate todo... lo de arriba -le hice caso teniendo más ganas de follármelo o de que me follara él que de otra cosa- Te va a doler bastante -me dijo seductor al oído- Pero si quieres... Luego te puedo compensar el mal rato. Te voy a hacer gritar en ambos casos -misterio resuelto de quién se iba a follar a quién.
-Me parece una gran idea -dije yo.
-Bueno, pues empiezo -me dijo que iba a doler y cumplió su palabra. Estuvimos como tres horas ahí. Me aguanté los gritos de dolor como pude, aunque no pude evitar soltar alguno. Pero fue mano de santo.
-Ya está. Mira, mueve el hombro bruscamente y coge algo haciendo fuerza, ya verás cómo ya ni te duele –le hice caso y era verdad. Se me había curado el puto hombro. No sabía Peter la alegría que me acababa de dar.
-Muchas gracias -sonrió.
-De nada, pero espera, que aun así te voy a hacer una radiografía. Nunca está de más asegurarse -asentí y me fui a donde él me indicó. Empezó a hacer ruido la máquina esa.
En seguida le vi observando la radiografía con el ceño fruncido.
-¿Pasa algo? -pregunté preocupado.
-Que por darme prisa no se ve una mierda en la radiografía. Lo siento. Voy a tener que hacértela otra vez -suspiré aliviado y volví a ponerme donde estaba. Tras hacérmela, me dijo:
-Esta vez sí se ve bien. Enhorabuena. Estás curado -me dijo.
-Pues habrá que celebrarlo, ¿no? -le dije yo esta vez acercándome a él y nos besamos con vicio
-Me puse la camisa del uniforme a medio abrochar y pasé de ponerme la chaqueta. Fuimos por los pasillos comiéndonos mutuamente el uno al otro. De repente, vi al niñato mirarnos rojo de ira, pero le ignoré olímpicamente, centrándome en Peter. No estaba tan bueno como el niñato, pero tenía un polvazo de la hostia.
Peter era rubio, de alto más o menos como yo. Tenía unos ojazos azules y era más blanco de piel que yo, pero no blanco feo, blanco porcelana. Y los músculos bien marcados...
Llegamos a su camarote chocándonos contra todas las paredes y nos dejamos caer en la cama desnudándonos mutuamente. Follamos dos veces. Una vez yo a él y otra él a mi. Habían sido de los mejores polvos de mi vida. Nos quedamos tumbados jadeando en la cama. Cuando recuperé la respiración, me empecé a vestir.
-Gracias por lo del hombro -le sonreí- Y enhorabuena, por los dotes que Dios te ha dado -nos empezamos a reír.
-Puedo darte la enhorabuena por lo mismo -me guiñó el ojo- A ver, no suelo repetir con nadie, pero vamos, que voy a estar aquí toda la semana, y oye, que nos quiten lo bailao, ¿no? -asentí riéndome. De repente, alguien llamó al camarote. Abrí la puerta porque estaba más cerca y vi a mi jefe con cara de cabreo y a Bill espiando desde la esquina del pasillo. No me jodas... Me quedé blanco.
-Estás despedido, por acostarte con un cliente -se me cayó el mundo encima.
-No, espera -dijo Peter- Le he chantajeado -abrí mucho los ojos- Sé que no he hecho bien. Yo no soy así, no sé lo que me ha pasado, pero está tan bueno... Él tenía el hombro dislocado y tenía que pedir la baja, y yo soy fisio y le he dicho que le curaba si a cambio se acostaba conmigo. Al principio se ha negado, pero luego le he dicho que le acusaba de haberme robado algo y haría que le despidieran, entonces no le ha quedado más remedio que acceder. Aunque me he comportado como un hijo de puta, tengo conciencia, así que no puedo dejar que le eches -mi jefe me miró con pena.
-Anda, vístete, no te despido -me acabé de vestir totalmente callado como una puta- Y usted, no se le ocurra volver a acercarse a mi empleado. Tom, ya sé que te toca limpiar esta habitación, pero que esta la limpie Gustav y tú limpias cualquiera que le corresponda a él... -se quedó ahí hasta que acabé de vestirme. Salí sin poder agradecérselo. Mañana le daría una nota a Eva para que se la diera a él. Mi jefe me dijo que si me encontraba mal y necesitaba, que me tomara el día siguiente por asuntos propios, que no me lo tendría en cuenta, pero ya me pareció tener demasiada cara.
Me dediqué a escribir la nota.
"Peter, muchísimas gracias por lo que hiciste por mi. No sabes hasta qué punto me salvaste. Siento no haberte dado las gracias y haberme callado como una puta, pero no puedo perder éste trabajo. No tendré vidas suficientes para agradecértelo. Lo siento muchísimo"
Me eché a dormir sintiéndome salvado y agradecido, aunque también un poco miserable por haber permitido esto. Y me dormí.
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Against the odds
FanfictionTokio Hotel. Twc no relacionado. La vida de Tom Trümper, un chico humilde y trabajador, se ve alterada cuando Bill Kaulitz, el hijo engreído y narcisista de un millonario se cruza en su camino. Sucumbiendo a todos sus caprichos día a día, la pacien...