4. Su extraño actuar

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Mi casa está algo apartada de la ciudad. Frente a ella solo hay bosques y los vecinos están como a dos kilómetros de distancia. No me gusta nada este lugar, pero mi padre lo heredó de mis abuelos y vivimos aquí desde que tengo memoria.

Mis padres pensaron en mudarse cuando mi hermano nació, pero decidieron quedarse y remodelar este lugar porque mi hermana mayor, Leonor, se los pidió. Desde entonces, la casa sigue igual, solo que ahora vivimos mi hermano Nick, dos años menor, Leonor y yo. Ella nos ha cuidado desde que mis padres fallecieron en un accidente de avión cuando yo tenía 6 años. Mi tíos también nos ayudaron porque Leonor aún era menor de edad en aquel entonces, pero apenas cumplió dieciocho todos desaparecieron.

Sentí que mi celular vibró dentro del bolsillo de mi pantalón, así que contesté inmediatamente cuando lo saqué.

—¿Hola?

—¿Dónde estás? —preguntó Mia.

—En casa —respondí—. ¿Qué sucede?

—Voy para allá. Por favor, no te muevas.

Me quedé mirando la pantalla del celular porque colgó y no me dejó decir nada. Esperé unos veinte minutos en mi habitación y Mia, bastante enojada, entró y arrojó su perfecto bolso de diseñador al suelo.Había ahorrado como dos años para comprarlo y ahora lo arrojaba como si nada.

—¿Qué te pasa? —pregunté.

—Blas pasa. Peleamos.

—¿Por qué? —Reí inconscientemente.

—Estuvimos hablando de lo que pasó y todo ese asunto y comenzó con sus actitudes sobre protectoras que tiene últimamente, lo cual me molesta mucho. ¿Desde cuándo se volvió nuestro padre? Soy yo la que siempre ha cuidado de ustedes, no él. Yo soy la mayor por tres meses.

—Vamos por un café al Valu, ¿si?

—Sí, por favor. Lo necesito. —Su cara cambió radicalmente a una de felicidad. No había nada en el mundo que ella amara más que el café. Eso y sus bolsos de diseñador.

* * *

Subimos a la parte de arriba de Valu porque desde allí se veían todas las mesas de abajo, lo cual me encantaba y se sentía más íntimo.

—¿Crees que si tomo dos litros de café, esté despierta toda una semana? —preguntó seria.

Reí a su pregunta, pero no respondí porque era lo usual. Ella hacía preguntas sin sentido y yo solo reía a sus raras ocurrencias.

—¿Qué van a ordenar? —preguntó el chico, mientras miraba su libreta esperando a anotar.

—Dos cafés simples. —Lo miré muy bien porque estaba segura que lo conocía—. ¿Will?

Él levantó rápidamente la vista y sonrió.

—Sí, disculpa. No te había reconocido con esa gran coleta —dijo apuntando mi cabello.

Mia carraspeó exageradamente para hacerse notar.

—¡Oh, sí! —dije—. Mia él es Will, Will ella es Mia.

—Un gusto, Mia —dijo él serio

—Lo mismo digo. —Ella se limitó a sonreír forzadamente.

Esto era muy incómodo.

—Bien, dos simples entonces. Vuelvo enseguida. —Will desapareció por la escalera en busca de nuestro pedido.

Miré a Mía para ver qué diría, pero se hizo la desentendida mientras miraba su celular.

—Vamos, suéltalo. ¿Qué piensas de él? Puedo verlo en tu cara.

—Nada, solo es muy extraño —dijo─. No sé, nunca lo había visto.

—Tal vez es nuevo en la ciudad, Mia. Dale una oportunidad. Se ve amable.

—Está bien.

En ese momento, llegó Will y nos entregó los tazas con café para luego irse rápidamente.

—¿Te causa curiosidad todo esto que te dijo Tristán? —preguntó ella de la nada.

─ Si, la verdad es extraño.

—¿Realmente crees que su raza exista? —preguntó—. Digo, cualquiera puede ir con una espada y un arco matando esas cosas, ambas lo sabemos. Es fácil tomar clases de arquería.

—Tú ni siquiera pasaste la primera clase, Mía. Insististe en que fuéramos y ya luego te saliste. Me quedé sola cumpliendo con todas las clases. —Alcé una ceja y reí divertida—. Volviendo al tema de Tristán, no me queda más que creer, ¿qué puedo hacer?

—¿Te imaginas a ti como una de ellos toda genial con esas armas y matando esas cosas? —preguntó emocionada..

—Estoy segura de que solo es una broma de mal gusto, pero lo que no entiendo es por qué Blas actuó de esa manera.

—Eso fue raro, pero es Blas, así que no pidas más de ese adefesio sobre protector.

—Sé que en el fondo lo amas.

—Obviamente, pero es como un hermano para mí —admitió—. Ahora, adiós porque tengo que encontrarme con mamá para hacer las compras.

Besó mi mejilla y se fue, pero no sin antes dejar el dinero de su café.

* * *

La tarde pasó y yo seguía en Valu. Las horas pasaron volando desde que Mia se fue, ya que había estado leyendo un libro. El cielo estaba oscuro afuera y ya casi no había nadie en el lugar, de hecho, solo estaba yo y supongo que los chicos que atienden el lugar. Quizás Will ya se había ido.

—Vamos a cerrar —dijo él sentándose frente a mí.

Quité la vista de mi libro y lo miré sonriente.

—Lo siento. No me fijé en la hora. Tu jefe debe estar enojado. —Sonreí lo mejor que pude para alivianar el momento.

—Solo estoy yo porque soy el encargado de dejar este lugar completamente cerrado cada noche. —Tomó mi taza vacía y comenzó a caminar hacia las escaleras.

—¿Qué te parece si me sirves otro café? —pregunté amablemente.

Sonrió y bajó la escalera, conmigo a sus espaldas. Al llegar al último escalón, tropecé porque no lo vi. Esperé a caer, pero mi cuerpo jamás tocó el piso; al contrario, solo se encontró con un par de fuertes brazos.

Will, que me sostenía entre sus brazos, me observó fijamente con sus ojos color miel. Estábamos tan cerca que podía ver perfectamente los lunares de su cara y lo suave que sus labios se veían. Un paso más y podríamos besarnos.

Tragué fuertemente y él pareció darse cuenta, así que lentamente me soltó y yo pude ponerme correctamente de pie.

—Gracias por salvarme de esa fea caída —dije tímidamente.

—No te preocupes. —Su entrecejo estaba fruncido—. Creo que es mejor que te vayas.

—Claro —dije confundida—. Hasta pronto, Will.

—Adiós —dijo fríamente.

Salí del lugar preguntándome qué hice mal para que él actuase de esa manera, pero no creía haber hecho algo en ningún momento. Quizás le molestó nuestro momento en la escalera, pero no era mi culpa casi haber caído. Si volvía a verlo, creo que sería mejor no hablar con él.

Los Caídos #1 - Ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora