Los Caídos #1 - Ángel guardián

29. Te extrañé

─ ¿Estás ocupada, Camille?

─ No, Mía. Pasa.

Mi amiga entró a mi habitación. Estaba tomando un pequeño descanso antes de ir por ella, pero llegó antes.

─ ¿Qué pasa? ─ habló mientras se llevaba una galleta a la boca.

─ Nada. Siéntate conmigo, necesito que veas esto, Mia. 

Extendí los libros sobre la cama para que pudiera ver cada uno de ellos.

─ ¿Qué es esto? ─ dijo ella confundida.

─ Solo lee las parte que marqué y toma tu tiempo.

Ella comenzó a leer minuciosamente cada frase.

─ ¿Se supone que soy una Banse? ─ puso cara de confusión.

─ Si y es Banshee, no Banse ─ reí.

─ Pero no soy como en la descripción del libro en absoluto.

─ ¿Recuerdas el brujo que quiso matarte, principalmente a ti?

─ Si, pero...

─ ¿Y los gritos? Cuando tuviste esa extraña sensación de muerte ─ hice un ademán con mis manos.

De pronto ella se llevó una mano a la boca.

─ No, Camille. No quiero y no puedo ser una mujer que traiga solo desgracia a la vida de ustedes.

─ Mía, tranquila. Nos salvaste dos veces, así que  eres especial, no eres como las del libro. Eres totalmente diferente. Se supone que están extintas, pero tú estás aquí y dudo que alguien más, además de ese asqueroso brujo o yo, sepan que eres realmente. No encuentro otra explicación lógica.

Puso ojos de huevo frito, no podía más con la impresión.

─ ¿Estás bien? ─ pregunté.

─ Obviamente no, Camille. ¿Qué pasa si esto se descontrola? No quiero lastimar a nadie.

─ Lo sé, pero encontraremos una solución lógica. No te asustes y tan solo piensa que, humanas o no, estamos destinadas a protegernos. Jamás te dejaré sola, ¿lo entiendes, verdad?

Ella suspiró y asintió con la cabeza.

─ Hay que contarle a los chicos, pero no ahora. Primero necesitamos saber la historia completa.

─ Está bien, iré a casa ─ dijo ella.

Cerró todos los libros de golpe y se fue sin decir adiós.

***
Entré al salón y allí estaba Blas junto a Cristal. Ella se veía más feliz de lo normal.

─ Hola, chicos ─ saludé.

─ Hola  ─ respondieron ambos animados, estaban viendo videos de quién diablos sabe qué.

─ Cam, ¿sabes por qué Mía se fue así como un alma en pena? ─ preguntó Blas confundido.

─ Nop ─ me hice la desentendida.

Me senté en uno de los sillones observando por la ventana.

─ Hola ─ dijo Adam entrando alegremente junto a Jasmine.

─ Hola ─ dijeron los chicos sonrientes.

Esta demás decir que Cristal era la más feliz allí, ya que se paró rápidamente y se colgó del cuello de Adam. Cursi nivel extremo.

─ Hola  ─ dije a Adam y sonreí forzadamente.