28. Respuestas

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─ Es tu amigo, Camille. No hay celos y tampoco hay rencor ─ me susurraba a mí misma.

Lo que había visto cinco minutos atrás me dejó sorprendida y me sentía extraña al respecto. Yo quise esto, yo planeé que entre ellos pasara algo. Por eso los puse juntos en la misión. Cristal es linda y Adam es hombre, no está ciego. Necesitaba que él me olvidara porque ambos sufriríamos, pero al parecer soy la más afectada. 

Había estado los últimos tres años de mi vida evitando a los hombres, hasta que apareció Adam. No sé cómo ni por qué cambió toda aquella situación. Maldito, lo odio por ser tan él.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por  gritos de niños jugando en el patio de atras de la academia. Caminé hasta la ventana en el final del pasillo para ver qué sucedía. Me era muy extraño porque en este poco tiempo, jamás vi que dejaran jugar a los niños tan tarde y menos de noche.

Abrí la ventana y asomé mi cabeza. La ventana era bastante grande para que alguien se lanzará por allí.

Habían cinco niños que corrían para todos lados muy felices. Había globos y dulces, ya que al parecer era una fiesta de cumpleaños. Dos niñas llegaron con regalos en sus manos y uno de los niños con cabello muy negro fue a recibirlas. Era una escena muy linda.

En el fondo del lugar, se veían dos personas adultas cuidando de ellos, padres supongo. Quería ir con ellos, saber cómo se llamaban y quienes eran. Saqué primero una pierna por la ventana y cuando estaba a punto de sacar la otra, alguien tomó mi brazo llevándome hacia dentro.

─ ¿Estás loca? ¿Qué intentabas hacer?

─ Quería conocer a los niños Blas, no exageres.

Blas miró por la ventana confundido.

─ ¿Qué niños, Camille? Allí no hay nadie.

─ Si lo hay ─ miré nuevamente, pero toda aquella imagen, los niños y la fiesta desaparecieron. Estaba realmente confundida.

─ Estas mal, querida amiga. Necesitas descansar porque al parecer estar a cargo de una misión de ese tipo te dejó cansada ─ rio ante mi expresión. Quería golpearlo.

─ Creo que necesito dormir.

Blas me llevó directo a mi habitación y yo no podía dejar de pensar en aquella extraña situación.

No podía dejar pasar esto. Necesitaba saber que estaba pasando, pero me sentí incapaz de levantar un solo dedo de aquella suave cama. Mis ojos pesaban y ni siquiera tenía fuerzas para mantenerme despierta, solo quería dormir.

***

Los libros estaban perfectamente acomodados, probablemente alguien los ordenó. No venía hace un buen rato a esta biblioteca, así que tomé todos los libros necesarios y comencé mi investigación sobre este mundo.

Hasta que di con el clavo o al menos supongo que así es. Los poderes de los nefilim son especiales. Según dice aquí, es posible desarrollarlos, pero requiere una fuerza diferente. Si uno de nosotros es forzado a desarrollarlo es probable que en un mal intento, se llegue a la muerte.

Normalmente es algo que se da naturalmente. ¿Estoy desarrollando mi poder? ¿Que pasa si puedo crear portales a otros lugares? ¿Es por eso que vi a aquellos niños allí? Es extraño de explicar, lo sé, pero tiene sentido o al menos para mí.

Cerré aquel libro y tomé otro. En las primera páginas, estaba escrito acerca de los vampiros, exactamente lo mismo que me dijo Adam aquella vez; luego hablaba de los brujos y brujas, seres tan normales como nosotros. En la siguiente página, había una mujer muy hermosa dibujada con una expresión triste en su cara.

─ La Banshee ─ leí en un susurro ─ criaturas femeninas, que según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus gritos la muerte de alguien cercano. Son consideradas mensajeras de la muerte. Sus gritos pueden matar a miles de personas y también, saben el momento exacto en que alguien morirá. Se dice que es peligroso acercarse a una de ellas, pues se cree que si las miras directo a los ojos, te maldicen para toda la vida.

Los gritos de Mia hicieron eco en mi mente al leer esto. ¿Mia era una de ellas? Me cuesta creerlo porque ella ni siquiera es así, pero necesitábamos una explicación.

Busqué algún libro sobre estas criaturas hasta que encontré uno, lleno de polvo en la estantería más alta.

Las Banshees ayudaban a las cinco grandes familias de nefilim, eran sus consejeras y una manera de advertencia si la muerte se hacía presente. Eran protegidas por todos, hasta que las brujas iniciaron la rebelión de la Naturaleza. Querían que todas murieran,  ya que ellas solo traían muerte y desgracia. Esto va en contra de los principios de las brujas y brujos que eran considerados cuidadores de la naturaleza y de la vida en ella. 

Que contradictorio, ¿no?

En aquella rebelión triunfaron las brujas, dejando así la humanidad libre de aquellas horribles criaturas.

Recordé al brujo que quiso matar a Mia y aquellas palabras. Si ellas estaban extintas, ¿por qué existe Mia? ¿Es acaso un milagro de la naturaleza?

Necesitaba hablar con alguien lo suficientemente viejo que supiera y haya vivido todo esto. Ese era el gran Rey de Alana: Christopher Bravhe.

Aunque me tomara meses encontrarlo, lo lograría a como dé lugar.

Los Caídos #1 - Ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora