Los Caídos #1 - Ángel guardián

30. Te encanta este cursi

Nos sentamos en una banca frente al mar en el muelle para descansar un rato. Ya casi oscurecía por completo y las luces de la ciudad iluminaban todo.

─ La rebelión de la Naturaleza, ¿sabes lo qué es?

─ Si, brujas contra Banshees.

─ Y elementales ─ agregó él.

─ ¿Qué son los elementales?

─ Personas que dominan los cuatro elementos, algunos controlan un elemento, otros dos o tres e incluso los más desarrollados controlan los cuatro.

─ Genial ─ sonreí.

─ Ellos también querían exterminar a las banshees, excusándose con que eran seres horribles. Ellos aman su naturaleza y son algo obsesivos, pero muy buenos cuando los conoces. El punto es que elementales y brujos, con sus poderes, exterminaron por completo a las banshees. Ellas pudieron defenderse con sus gritos, pero los brujos oprimieron sus gritos con campos de protección, así que era imposible ganarles, no había manera. Supongo que algún descendiente quedó vivo porque no hallo una respuesta lógica al porqué Mía es Banshee, además de esa.

Pensé un instante y era la respuesta más lógica que me habían dado hasta el momento. Me quedaría con ella hasta que llegara alguna aún más justificada, pero por el momento está bien.

─ Gracias por ayudarme, ella realmente estaba algo frustrada.

─ Tienes que apoyarla, tal como ella lo hizo contigo.

─ Lo sé ─ me quedé mirando a la nada.

─ Oye, tranquila. Ella estará bien ─ dijo él para darme ánimos.

─ Sé que estará bien. No es eso lo que me preocupa porque sé que ella es fuerte y solo está asustada.

Me paré rápidamente y subí un escalón de la escalera que había allí para llegar a la calle.

─ ¿Entonces qué? ─ Se puso de pie frente a mí quedando a mi altura.

Me sentía feliz de que solo medía un escalón de diferencia o eso creía.

─ Nada, es solo que ─ reí desganadamente ─ creo que Adam está con Cristal. Yo lo planeé y funcionó, pero jamás creí que cayera tan rápido y la verdad es que me siento mal.

─ ¿Te dan celos? ─ rio.

─ No ─ negué rápidamente.

─ Él te quiere, solo no lo demuestra. No fuerces nada, Camille. Cuando las cosas suceden solas y fluyen es porque es lo correcto y lo que el destino quiere para ti, ¿sí?

─ Está bien. Sin embargo, algo en mí, de cierta manera, cambió. No sé.

─ ¿Duele? ─ preguntó él.

Lo miré directo a los ojos algo triste y asentí.

─ No importa ─ respondí.

Él me abrazó por la cintura y yo rodeé su cuello. Sí, es una pose bastante íntima para un par de amigos; para una chica y su ángel guardián, pero hay que dejar que las cosas fluyan, ¿no?

Me acerqué un poco y junté nuestras frentes. Él mantuvo sus ojos completamente cerrados por un instante. Me sentía mal por querer a Adam y a la vez estar aquí con Will.

Acarició mi nariz con la suya y yo sonreí. La verdad es que estaba nerviosa, lo admito. Me acerqué aún más y cuando estuve a punto de besarlo, él volteo un poco su cara y mis labios chocaron en su mejilla. Por un momento sentí vergüenza y quería que la tierra me tragara.

¿Me rechazó? Digo, está en todo su derecho, pero eso me hace sentir algo mal.

─ No quiero dañarte, Camille ─ me miró con sus lindos ojos color miel.

─ ¿Dañarme? ¿Por qué?

─ Es complicado, lo dije una vez, ¿recuerdas? ─ asentí lentamente.

Él se separó y caminó hasta estar en el borde de la baranda del muelle. Estaba de espaldas a mí, mientras que yo permanecí allí parada, ya que no sabía qué hacer o decir.

<<Lo siento, nadie debe saber lo que acaba de pasar>>

Su voz rebotó en mi mente. Hizo exactamente lo de ese día para que creara el portal y no tenía ni la menor idea de cómo lo hacía, pero era extraño.

─ No ha pasado nada ─ dije yo algo decepcionada.

Él volteó a mirarme.

─ Creo que debo irme, es algo tarde ─ dije.

─ Espera ─ dijo.

Me miró unos instantes completamente quieto y en silencio.

No quería irme, pero tampoco quería quedarme como una tonta allí parada.

─ A la mierda todos. Lo que siento es más grande ─ dijo en tono bajo, aunque si pude escucharlo.

Se acercó rápidamente a mí, tomó mis mejillas entre sus manos y me observó un par de segundos. Sus ojos expresaban un sin fin de cosas que no podía descifrar y eso me molestaba mucho. 

Mordió su labio inferior un instante y quise morir en ese momento. Internamente gritaba ''bésame'' porque no quería esperar más.

Cuando mis pensamientos estaban ocupados en él, me besó dulce y tranquilamente, disfrutando de aquello. Sus labios acariciaban los míos suavemente, como si quisiera demostrar todo lo que había estado ocultando este último tiempo. ¿Es esto real? ¿Will y yo? ¿Yo y Will?

Lentamente se separó de mí sonriendo y eso valía todo para mí en estos momentos.

─ Quise hacer eso desde hace mucho, pero no me lo permitía.

─ Es el pasado ─ sonreí.

─ No puedes decírselo a nadie.

─ Prometido ─ le di un rápido beso y ambos sonreímos.

─ Eres una traviesa.

─ Lo sé.

Me besó nuevamente, pero esta vez elevándome para dar una pequeña vuelta.

─ Eres un cursi, Will ─ dije cuando me bajó.

─ Pero te encanta este cursi, admítelo.

─ Solo un poco.

─ Si, claro. Como digas

Ambos reímos, ya que sabíamos que después de todo era la verdad.