53. Sorprendente que me sienta así

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Habían pasado cinco minutos en los que caminé de un lado a otro mientras los chicos solo me observaban. No tenía ni la mínima idea de donde pudiera estar Will y eso me frustraba.

─ ¿Estás bien? ─ Tristán se acercó sigilosamente a mí. 

Lo miré y asentí con la cabeza.

─ Jasmine, ¿tú sabes dónde podría estar? ─ la miré ilusionada, pero ella movió su cabeza de izquierda a derecha.

Y otros cinco minutos más pasaron. Todos estaban callados hasta que una pequeña luz se prendió en mi cabeza.

Miré a Mia sonriente y ella me miró algo asustada.

─ Necesito que grites.

─ ¿Qué? No, Camille, me agota.

─ Por favor ─ supliqué. ─ Él siempre escucha tus gritos.

─ ¿Y si eso atrae a los demonios acá? ─ se veía asustada.

─ Es mejor que no, Camille. No la obligues ─ Blas me miró serio.

Maldito hijo de su bellísima madre. Dios.

─ Adam...

─ ¿Si? ─ Todos me observaron para ver que locura diría ahora.

─ ¿Tu sabes que Will es tu...?

─ Si, lo sé.

─ Bien, ¿recuerdas esa noche en que iban a sacrificarnos y todo eso?

─ Lo recuerdo ─ dijo él algo confundido

─ Le pregunté a Will como supo que estábamos allí y dijo que además del grito de Mia, yo lo había llamado, pero estoy segura de que ni siquiera me acordé de él en ese momento.

─ No entiendo a qué te refieres ─ dijo él aún más confundido.

─ Él estaba haciendo esa extraña cosa de hablarme directo a la cabeza para que hiciera el portal y he de suponer que nadie más escuchó, ¿verdad? ─ miré a los demás y todos negaron con la cabeza. ─ Tu si, Adam, sé que sí.

─ Si, yo lo escuché ─ dio un suspiro. ─ Pero jamás lo llamé, al menos no conscientemente y dudo que ahora sepa cómo hacerlo, Cam.

Suspiré decepcionada, ya que tampoco quería forzarlo a nada.

─ ¿Dónde está cuando más lo necesitamos? ─ grité a la nada.

─ Vamos a casa, Camille ─ Mia se veía preocupada.

─ Juro que cuando lo vea lo voy a matar ─ susurré enojada.

─ ¿Por qué vas a matarme? ─ me di la vuelta y ahí estaba fresco como una lechuga. Maldito. Quiero golpearlo y supongo que el enojo en mi cara es evidente.

─ ¿Por qué voy a matarte? ¿Por qué? Porque tienes la maldita culpa de todo, William ─ me acerqué hasta quedar cara a cara con él.

─ ¿Podrías explicarme qué hice?

─ Tu... ─ quería decir algo y no podía. ¿Qué hizo él realmente?

─ Daniel es el que ha estado matando a mis asignados. Por él, Bravhe es vampiro y por él, todo. Si tienes que reclamarle a alguien, es a él no a mi, Camille ─ dijo enojado, pero su cara no parecía estarlo. ─ Estuve hablando con Christopher para saber si podíamos contactar a Daniel.

─ ¿Pudiste hablar con él? ─ dijo Blas acercándose a nosotros. ─ Asombroso.

─ ¿Qué dijo? ─ lo miré atenta.

Los Caídos #1 - Ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora