Los Caídos #1 - Ángel guardián

41. La marca

Adam

Admito que lo único que mantenía mi cabeza ocupada era entrenar una y otra vez, sobre todo por el hecho de que estas últimas semanas he visto a mi hermano muy cerca de Camille. No hay nada de malo en eso, no es que este celoso ni nada por el estilo, pero es extraño porque nunca vi a Tristán tan cerca de alguien y siento que hay algo que no me ha contado, al menos a mí aunque dudo que a Jasmine sí. Siempre fue un poco más alejado a nosotros, pero en serio no lo entiendo. ¿Por qué confiar tan rápido en Camille? La conocemos hace solo un tiempo y de nuevo, no son celos, sino que es otra cosa que no puedo explicar.

Lancé con todas mis fuerza un cuchillo a la pared especial para aquello.

─ ¡Ay! ¿Qué pasó? ¿Qué te tiene así? ─ preguntó mi hermana.

─ ¿Por qué nadie me cuenta nada en esta familia? ─ Mi tono fue algo desganado.

─ ¿A qué te refieres?

─ A que es obvio que mamá algo oculta, ya que se ha pasado los últimos cinco años de nuestras vidas inventando excusas. Papá es obvio que nos ama, pero ¿has notado que es algo indiferente con nuestro hermano? Luego estás tú que ─ lo pensé un instante ─ tú eres la excepción porque me cuentas todo o eso creo. En cuanto a Tristán, ¿te has dado cuenta que ha estado misterioso este último tiempo? Sin mencionar que anda de un lado a otro con Camille secreteándose y eso no es de Dios, Jas ─ lancé otro par de chuchillos mientras escuché su linda risa a mi espaldas.

─ Mamá siempre ha sido extraña y la verdad prefiero no meterme en sus oscuras situaciones. En cuanto a papá, lo sé, es como si no quisiera a Tristán y eso me molesta tanto. Yo, hermano, soy tu mayor confidente y sobre nuestro hermano, siempre ha sido reservado y misterioso. Oculta más cosas que nuestra madre y lo sabes, además si es amigo de Cami, está bien. Me alegra que encontrara alguien que lo entienda, pero creo que la situación de la otra noche quedó dando vueltas en tu pequeña cabecita.

─ ¿Por qué lo dices?

─ No puedes mentirme, Adam. Te conozco como la palma de mi mano. Sé que te gusta ella, no sé si hay sentimientos de por medio, pero algo hay. Solo te daré un consejo. Si nuestro hermano está feliz, tenemos que apoyarlo, he visto como él la mira y si es feliz, yo también. Piensa en que solo han pasado desgracias con él y sabes a qué me refiero. Él ya no merece más decepciones y si realmente sientes que debes luchar por ella contra tu hermano, tienes que hacerlo ahora o después será muy tarde porque cuando los sentimientos estén a tope, no podrás librarte y por favor se honesto con Cristal. La pobre anda como una inocente detrás de ti.

─ ¿Estás diciendo que entre ellos hay algo? ─ alcé mi ceja derecha.

─ Por la forma en que andan estos últimos días, diría que sí, pero ya sabes que soy pésima en esas cosas del amor. Lo mío es mas de conquistar por una noche ─ esta vez ella lanzó un cuchillo.

─ Eres imposible ─ reí ─ te amo hermana y gracias por el consejo.

─ Ahora fortachón, ve a darte un baño porque tenemos que salir.

─ ¿Dónde? - dije confundido.

─ ¿No te dijeron que pasó?

─ Ya vez que nadie me informa nada ─ dije y agarré mis cosas.

─ Pasó algo terrible.

Camille

─ No lo entiendo ─ dije.

─ ¿Qué parte de " vino una loca vampira a decirnos que había visto a un hombre muy parecido a Bravhe por las calles de esta maldita ciudad" no entendiste? ─ Blas hizo comilla con sus dedos.