Los Caídos #1 - Ángel guardián

57. Estúpido todo

Después de ir corriendo a ver a Mia, me topé con mis amigos junto a ella. Mi mejor amiga estaba inconsciente. Podría pasar un camión sobre ella y jamás lo sabría.

─ ¿Hiciste algo con ella? ─ mi voz sonó ronca.

Me sentía algo débil luego de lo ocurrido con Christopher; lo de Mia fue la bomba que estalló posteriormente.

Will me dio una mirada sorprendida mezclada con una seriedad que no logró comprender.

─ Nada, ¿qué crees que pude haber hecho?

─ ¿De verdad lo preguntas? ¿Además de llevarla por los aires como si fuera una estúpida marioneta?

─ Nunca haría algo para dañarla, Camille. Protegí a tu mejor amiga y a ustedes de morir. ¿Sabes qué hubiese pasado si se quedaba allí con ustedes?

Di un suspiro, ya que sabía que podía pasar, pero no quería escucharlo. Me limité a asentir con la cabeza para luego mirar a los demás, quienes estaban callados.

En todo este tiempo he aprendido a comprender a Will. Él es completamente diferente a nosotros, está a otro nivel. Su cariño y comprensión me saca de mis casillas. Incluso en los momentos más extraños, él está sereno y tranquilo. Lo quiero, demasiado para mi gusto, pero hay algo que me dice que aún oculta cosas y no lo culpo porque todos tenemos secretos.

Estúpidos sentimientos y estúpidas las lágrimas que comenzaron a correr por mis mejillas en un momento así y no, no lloro por él. Lloro porque es mi maldito miedo, perder a mi mejor amiga es mi maldito miedo.

Aparte las lágrimas que rodaban por mis mejillas con rabia. Me acerqué hasta ella y me puse a su altura para acariciar su frente con delicadeza.

Tenía el cabello mojado por la lluvia, sus mejillas estaban de un rosado pálido y su respiración era muy pausada. Tomé su mano y la apreté ligeramente. El color rosado desgastado de sus uñas resaltaban en su pálida piel, lo cual me hizo dar cuenta de lo descuidada que había estado de sí misma. No es la Mia que conozco desde que tengo memoria. Todo esto es mi culpa, yo la traje a este espantoso mundo y ella ha pagado los platos rotos por mí.

─ ¿Cuándo fue la última vez que viste a una banshee, Will?

─ Hace muchísimos años. Mia es la primera que veo en unos mil años.

─ Menuda mierda, ¿mil años? ¿En serio? ─ Blas que estaba al otro lado de la habitación se acercó hasta nosotros.

─ Si. Las banshees fueron erradicadas por las brujas y los elementales. ¿Ustedes jamás asistieron a sus clases de historia de los Caídos? ─ Will hizo comillas con sus dedos para dar énfasis al famoso grupo.

─ Yo si ─ Jasmine, Cristal y Adam dijeron al unísono luego de levantar sus manos.

Blas y yo suspiramos frustrados.

─ Ósea que es completamente imposible encontrar una banshee además de ella ─ apunté a Mia ─ no sabemos ni podemos ayudarla.

─ Deben apoyarla y  animarla a controlar su poder. Su grito puede ser más fuerte que todos nosotros juntos. Cuando comprendan eso, comprenderán completamente lo que ella siente. Mia está débil en estos momentos por eso no despierta.

─ ¿Cuánto tiempo estará así? ─ me senté en el suelo frente al sofá en el que se encontraba ella.

Tomé su mano entre las mías y no pretendía irme de aquí hasta que despertara.

─ No sé, todo depende de ella y de cuanto resista.

Cerré mis ojos recordando nuestra anterior vida, antes de que todo esto comenzara y me dejé llevar por aquellos lindos recuerdos.