58. El gran plan de Blas O'Donnell

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─ ¿Cómo sucedió? ─ salté a la cama y me senté de piernas cruzadas.

─ Fue hace un año. Es extraño porque, por lo general, te dejan el cuidado de niños pequeños y no de adolescente problemáticos ─ bromeó.

─ Que gracioso, señor mil años─ reí y golpeé su brazo.

─ Me contaron acerca de ti y en ese entonces llevaba años siendo ángel de Adam, pero quisieron darme otra responsabilidad y me mandaron a conocerte. No sabia que tipo de problemas tenías o los que te esperaban, pero cuando los arcángeles piensan que alguien necesita ayuda extrema, asignan y ya.

─ ¿Qué peligro podía correr yo?

─ Ahora muchos ─ ambos reímos, tenía mucha razón. ─ El caso es que no podía encontrarte, cada vez que iba a tu casa no estabas, hasta que un día te vi en el Valu con Mia y Blas. No fue aquel tipo de click como el de Adam. Fue totalmente distinto como si te conociera hace millones de años, ni yo mismo supe que pasó conmigo o con lo que sentí en ese instante.

─ Y... ¿qué sentiste?

─ Senti... no lo sé, la necesidad de estar contigo ─ se encogió de hombros ─ e inmediatamente dije que sí a ser tu ángel guardián. Uno escoge si quieres que tu asignado te conozca  o no. En tu caso no resistí y pedí empleo en el lugar que más te gustaba y ese mismo día me topé contigo en la entrada del Valu.

Recordaba eso como si fuera ayer, aquel día en que Tristán me contó de todo este nuevo mundo para mi.

─ Eso es lindo Will y extraño ─ reí, ─ pero ¿por qué jamás quisiste que Adam te conociera?

─ Por qué el estaba bien así, siendo nefilim. Tenía suficientes problemas en su vida como para lidiar con la idea de alguien vigilando a toda hora, tu sabes como es él.

─ ¿Y yo no tenía los suficientes problemas ? ─ me hice la ofendida

─ Te faltaba uno muy pequeño ─ me miró de reojo con una gran sonrisa.

─ ¿Pequeño dices? ─ me burlé de él un momento.

─ Me adoras, no puedes negarlo.

Apreté su mejilla y reí.

A la mañana siguiente, cuando desperté, estaba tapada con una manta. El espacio a mi lado estaba vacío. ¿En qué momento se fue Will? Miré la hora en reloj que estaba sobre la mesa de noche y marcaba las diez en punto. El cielo estaba nublado, ya que obviamente seguiría  lloviendo como anoche.

Después de un par de horas fui a ver a Mia porque necesitaba saber como se encontraba.

─ ¿Han sabido algo de esta gran invasión de demonios? ─ miré a mis tres amigos.

─ Nada, aún no llegan a algo en concreto ─ anunció Blas.

─ Eso o nos mienten. Tu sabes como son los directores, Blas ─ dijo tajantemente Cristal.

─ ¿Por qué nos mentirían? ─ pregunto Mia confundida.

─ Ellos defenderán a muerte la raza y por más que ellos te acepten, Mia, no confiaran ningún dato importante a un no nefilim y por ser nuestra amiga, tampoco nos dirán a nosotros ─ noté que Cristal trato de ser lo más delicada con mi mejor amiga.

─ Soy una intrusa ─ Mia tenia una expresión amargada, se que debe sentirse mal por todo lo que ha pasado. ─ No encajo aquí, ni en casa, ni siquiera en el instituto porque lo dejé por ustedes y no me arrepiento,  pero al final del día siempre termino sola.

─ No digas eso, tu perteneces aquí, a nuestro lado ─ le sonreí amablemente.

─ Sí, nunca te dejaremos sola, ¿verdad, Blas? ─ Cristal miró a Blas, quien no había dicho una palabra.

Los Caídos #1 - Ángel guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora