Capitulo 11

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Los gemidos de la inescrupulosa acompañante de Patrick, no me dejaron dormir, por alguna razón y mi errado estado de ebriedad, hizo que mi mente enfureciera.

Aun no había avisado a Taylor que estaba bien, pero lo menos que quería era hablar. No podía creer que después de haberme confesado su amor hace poco hiciera esto, no era que yo pudiese corresponderlo, pero era indignante su falta de respeto hacia mi.

Ni siquiera una ducha había podido calmar mi mal humorado estado de animo.

Me coloque la sudadera de la universidad y un mono de mi pijama mas cómoda.

Saldré a correr un rato.

y Spy me acompañaría, no me sentía cómoda al escuchar a Patrick teniendo sexo. Eramos muy buenos amigos y nos conocíamos desde hace años, pero justo en este momento, no era igual.


...



-Patrick mueve tu asqueroso trasero o te juro que te golpeare, ya es tarde, debemos estar allá en cinco minutos.- íbamos a llegar tarde y mi madre se pondría como loca.

Mi amigo salio al fin vistiendo elegante, ahora sentía que no encajaría.

-Ya estoy listo mujer- expreso como si fuese gracioso.

-No te voy a esperar por siempre campeón.- era notorio mi enfado.

Ademas de que no vestía adecuada para la ocasión, mi madre me criticaría todo el banquete y no tenia tiempo para cambiarme, pero tampoco me veía mal y a mi me gustaba mi hermoso vestido blanco.

...

Después de conducir todo el camino escuchando al imbécil de mi amigo contarme sobre sus hazañas en Londres, por fin llegue a la mansión O'Donell donde residía una de las familias mas acaudalas de New York, dueños de múltiples negocios a nivel nacional y en el extranjero, fundadores de la empresa aseguradora mas importante de la nación, unas ejemplares personas y perfecta familia.

Mi familia, y todo una mentira.

Mi padre un honrado hombre de negocios, tanto que ha olvidado su familia.

Mi madre la perfecta y hermosa esposa de un magnate. Cruel, vacía, frustrada por no lograr sus propios sueños y solo apoyar los de mi padre.

Y sus dos perfectas hijas... Todo una increíble mentira.

Podía oír la voz chillona de mi madre atendiendo a todos los importantes invitados de mi padre.

Llegue al gran jardín donde era el importante evento, Patrick iba delante, el conocía esta casa como si fuese suya, mi madre lo adoraba, podría decir que incluso mas que a mi, tenia una estúpida manía de que Patrick fuese su yerno.

Todas las miradas se posaron sobre nosotros, principalmente sus ojos azules.

-Oh! querido Patrick, tiempo sin verte.- Mi madre levanto su escuálido cuerpo para saludar conmocionada a mi amigo.- Hola hija- dijo viéndome con indiferencia. -Sigues igual de guapo. sus elogios siguieron hasta llevarlo a su silla, y la mía estaba justo al lado.

El fornido, sensual e irresistible hombre que se encontraba frente a mi no podía quitar los ojos de nosotros, Köhler estaba atento a nuestros actos.

-Es un placer volver a verte chico, dijo mi padre animado- mi hermana no se encontraba en la mesa ¿donde esta Elle?

-Papa y Elle?- pregunte sin pensarlo

-Ocupada con unas cosas del colegio hija- Mentía, me había hecho perder muchas clases e incluso cursos por sus reuniones y sabia que con Elle no era distinto, no había razón razonable para mi papá por la cual faltaríamos a sus importantes obras de teatro.

No me mal entiendan. Mi padre es un hombre magnifico, excelente padre, nos amaba, pero con respecto a su imagen y sus negocios era inflexible.

Sabia que algo andaba mal con Elle.

No podía evitar estremecerme con los brillantes y enfurecidos ojos que me veían.

Mi amigo puso su mano en mi pierna, y comenzó hablar, animadamente con mi familia, nuestra mirada conectaba sin tapujos.

-Georgia, cuando harás a Patrick, formalmente parte de la familia?-Dijo mi madre siendo igual de imprudente que siempre.

-Sra O'Donell ya eso esta en proceso de creación.- Otra idiotez de parte de mi amigo.

Los ojos de Köhler, me miraban expectantes. Esperaba ansioso mi respuesta.

El hecho de que Elle no estuviera me tenia preocupada, no podía concentrarme ni en la sensual presencia del socio de mi padre, ni en la absurda conversación que había en la mesa y se basaba en mi.

-Mama, sabes que Patrick es como un hermano para mi, no le des esperanzas al pobre.- Solté de manera seria para luego reírme de la cara de mi amigo.

-Yo si podría tener esperanzas?-Pregunto con gesto arrogante uno de los chicos que adornaba la gran mesa, supongo que su estadía en este tipo de reuniones también era obligatoria.

Patrick, solo reía, sin escrúpulos como era el, y yo intentaba de no perder la cordura y hacer de esta reunión de mi padre un circo.

Mi padre me mira con una sonrisa en la cara, expectante de mi respuesta.

-Que edad tienes lindo?- respondí viendo al chico.

-23.- Respondió el muy seguro.

-Y que haces con tu vida, a que te dedicas?-

-Soy heredero de una inmensa fortuna, me dedico a gastar!- respondió como si fuese obvio, arrogante desde su falso puesto de poder.

-Eres heredero, no dueño. Yo no me sentiría tan orgullosa de alardear de algo que no me pertenece. Y no. No tienes esperanzas dudo mucho si quiera que tengas una buena conversación que darme.- La risa de mi amigo se hizo mas fuerte, mi padre, tenia esa cara de orgullo que siente por mi, aunque no le guste admitirlo, hasta el hombre de barba frente a mi agacho su cabeza para reír sin ser notado. La única indignada parecía ser mi madre, y obvio el idiota petulante.

-No es forma de tratar a los invitados Georgia.- espeto mi madre.

-Lo siento, iré al baño.- levante mi trasero de la silla, evadiendo la tan esperada discusión entre mi madre y yo.

iba caminando hacia la casa y podía escuchar los pazos acelerados de mi madre, por alcanzarme. por lo menos no discutiríamos en publico.

Entre al salón y escuche la puerta retumbar.

-Como se te ocurre insultar de tal manera a ese chico?! es hijo de uno de los socios importantes.-

-Todo es tu culpa, si no hubieses comenzado con tus comentarios de Patrick, tu sabes lo mucho que me gustaba Patrick mama, ademas el idiota ese me insulto a mi primero.-

-solo intentaba ser amable! y es un excelente partido-

-Basta mama!! yo soy un excelente partido, no tengo porque pararle a ningún imbécil. Ya deberías estar acostumbrada a que no obedezca tus estúpidas ordenes-

El sonido de la puerta cerrándose volvió a inundar el lugar.

Y ahí se encontraba mi ultimo polvo, Köhler era el único invitado a esta gran función

Lo Prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora