Lo último que quería era tener a Köhler justo frente a mi, no necesitaba mas problemas ni mas estrés en este momento.
Además de que fisicamente estaba destrozada. A mi misma me daba asco el cuerpo en el que me encontraba.
Baje la cabeza para que no notara lo mal que me veía y me di cuenta que mi cuerpo lo cubría una enorme camisa de Patrick
-No era necesario- dije intentando controlar mis emociones, pero podía admitir lo lleno de odio que sonó y preguntándome si debia disculparme o no, mi mente se lleno de interrogantes. ¿Que hacia aquí? Seguro quería justificar la presencia de un gorila siguiendome ¿Por que tenia a un tipo siguiendome? Tipo al cual había ordenado matar, ¿En serio era Tom un asesino? Yo misma lo había oído ya podía estar segura de eso.
Me di media vuelta, tenía que huir de ahí, cambiarme y maquillarme ocultar mis cicatrices. Pero para mejorar la situación mi frente se estampó con el pecho de mi amigo.
-¿Que hace este tipo acá?- preguntó lo suficientemente alto como para que el oyera. Aunque su verdadera pregunta era (¿Llamaste a este hombre?) Su pecho parecia el de un pavo real en apareamiento intentaba hacer notar su presencia, la testosterona se podía oler me causaria gracia en otra ocasión.
-No lo se- respondi de mala gana volviendo mi vista a Köhler el en cambio tenia sus ojos puestos en mis rodillas raspadas y parecía muy molesto. Aunque intentara mantener cara de poker, la fina linea que eran sus labios, su mandibula tensa y el puño apretado lo delataban. -iré a bañarme-
-¿De nuevo?- oí decir a James antes de salir practicamente corriendo de ese lugar.
-Georgia- oí decir a mi amigo que venia detrás de mi, no me detuve entre al baño dando un portazo pero la puerta se abrió a mi espalda y volvió a cerrarse. -Me puedes explicar que hace ese señor aquí?- preguntó haciendo énfasis en señor. -¿Le pediste que viniera?- pregunto en voz baja.
-No tengo ni puta idea Patrick, no se que hace ninguno de los dos aquí- su ceño fruncido desapareció. -¿Puedes salirte para yo bañarme?-
-¿¡Que!? No voy a estar allá afuera con esos dos asesinos-
-Patrick sal ahora mismo si no quieres que te saque yo- un puchero apareció en su rostro. -haz me un favor mas bien ya que estas aqui, ¿puedes buscarme algo de ropa y maquillaje con lo que pueda cubrir todo esto?- dije señalando con mi mano mi rostro y mis rodillas. Asintió y salio del baño.
Cuando la puerta se volvió abrir ya me encontraba enrollada en la toalla sentada en el inodoro
tenia en sus manos un jeans y una camiseta de los ramones que el me había regalado cuando aun estabamos en el colegio de el bolsillo de el jeans sacó una panty rosa que tenia un conejito en la parte delantera.
-Esto me parece demasiado sexy- dijo con una enorme sonrisa haciendome imitar su gesto mientras arrebataba la prenda de su mano -no sabia que maquillaje se usa para eso- señalo mi rostro -así que traje todo- me lo entrego y se dio vuelta
-¿No saldrás?-
-No, quiero que hablemos-
-¿De que quieres hablar?-
-Quiero saber como te sientes.-
-He estado mejor- suspire -pero estaré bien, sabes que no es la primera vez que me pasa.- la primera vez que esto me ocurrio fue cuando comence la universidad. En una fiesta dos chicos creyeron que era divertido violarme, a diferencia de esta ocasión uno de ellos lo logro. Después de eso me di cuenta que bañarme me alivia el alma, calma mis angustias. Después de eso también comencé a fumar.-Pero al igual que esa vez, estas conmigo.-
-Solo que esta vez no me dejaste partirle la cara- suspiró.
-ya se la partieron, ni siquiera se si este vivo James en serio lo dejo muy mal.-
-Por lo menos-
-Köhler le ordeno matarlo cuando lo supo.-
-¿¡Enserio!?-
-Si. lo oí cuando se lo ordenaba por teléfono.- Coloque mi camisa -ya puedes voltear-
-¿Entonces ya puedes creerme?-
-Si. Desde hace un tiempo que lo hacia.-
-¿y que vas hacer con ellos? Deben irse. Arruinan nuestras vacaciones.- Reí. Eso era lo que amaba de mi amigo, me hacia realmente feliz compartir tiempo con el. Podía hacerme reír con todo lo que decía.
-Necesito desayunar, iré con Köhler para aclarar todo esto.-
...
-¿Que les puedo ofrecer Señor?- Pregunto la mesera, mientras él me miraba para que respondiera.
-Señorita me regala el emparedado de atún mas grande que tenga y un sumo de naranja.- dije
-¿y su padre que desea?- No podía parar de reír internamente, en cambio el rostro de Tom era un poema.
-Pan tostado y un café doble bien negro.- "Como su alma" no puede evitar decir en mi mente. la chica camino a la cocina y mi acompañante hablo por fin.
-¿Como te sientes?- parecía genuinamente interesado y preocupado.
-¿Porque me mandaste a seguir?-
-queria asegurarme que estarías bien.-
-¿porque viniste?-
-me preocupe por ti.- paso sus manos por su cara -no quería dejarte sola.-
-No es necesario que te preocupes por mi, tu y yo no somos nada. Ni siquiera amigos solo hemos salido unas veces y luego de conseguir lo que deseas, no. Rectificó. Deseamos, no te tomas la molestia de escribirme ni un mensaje, es mas ni mi numero me has pedido.- llego la mesera y dejo nuestros desayunos encima de la mesa. -Así que por favor dejemonos de engaños. Yo se que soy una mas de tus perritas. Solo que con mas pedigrí, un trofeo y no me molesta yo también me divierto contigo. Pero si me molesta mucho que te tomes estas atribuciones e intentes confundirme haciendo estas cosas.- Suspiró de nuevo.
-Las cosas no son asi. Tu realmente me gustas, realmente me interesas. ¿Pero que quieres que haga? yo no sirvo para tener relaciones. Además aun sirviendo que hacemos voy y le pido permiso a tu padre para que bendiga esta relación, no seamos ridículos además no soy alguien para ti.-
-Estoy de acuerdo. ¿Quien mierda te crees para mandar a matar al chico de anoche?-
-¿Como sabes?-
-Te oí ordenarselo a James. Yo no puedo estar con un asesino Köhler y con estar me refiero en cualquier sentido, mejor dejame en paz. Dejemos esto así.-
-Lo siento mucho Georgia, no negare lo que soy, y si soy una mierda de persona. Pero no me alejare de ti.-
-¿Como que no?, no es tu decisión.-
-Si es mi decisión y haré lo que me de la gana.-
ESTÁS LEYENDO
Lo Prohibido.
Teen FictionÉl era como esos frutos que por fuera aparentaban ser deliciosos y en su interior la podredumbre abunda. Una exquisita mentira que ella descubriría. Ella, era como las perfectas bailarinas de las cajas musicales, dulce y frágil. Una buena presa para...