Lo había oído hablando con Taylor de negocios y sangre.
Debía saber a que se referían.
...
Me encontraba sentada frente a Köhler en el restaurante del hotel, no se como lograba hacerlo pero me sentía intimidada.
Por el.
Su presencia imponente, sus ojos oceánicos y su perfecto traje negro sin una arruga.
Köhler no parece un ángel, incluso parece todo lo contrario pero no me lo imagino asesinando a alguien.
El acababa su platillo de cerdo a la naranja, y yo solo bebía una cerveza y observaba sus increíbles rasgos.
-Que tienes con Taylor?- pregunto haciendome atragantar, el aun viendo su plato, sabia lo idiota que podía ser el tipo frente a mi. me quede en silencio unos segundos, buscaba la respuesta ideal.
-Porque debería hablar de eso contigo?- pronuncie seria.
-Porque si no puedo hablarlo yo con el.- Subio su mirada del plato a mi.
-Y porque eso debería preocuparme?, Sr Köhler- Dije haciendo énfasis en Sr. -No me preocupa mucho su amenaza para serle sincera, tampoco lo que pueda creer o pensar su hermano, si tanta curiosidad le da que somos Taylor y yo nada. Aun. Mejor cenemos tranquilos y disfrutemos de la compañía mutua, lo cual sabe que ansía.-
Sonrió de manera placentera y limpio la comisura de sus labios con la servilleta. Joder se ve tan sexy.
-Quiero ver la playa, hace mucho no la veo.- dijo con una sonrisa confiable.
-Vayamos entonces.-
La playa quedaba justo frente al hotel.
Silencio era abrumador durante todo el camino hasta el mar.
Se veía extraño caminando con su esplendido traje negro y sus bien pulidos zapatos sobre la infinita arena.
-Me gustas.- soltó de manera imprevista al encontrarnos a la orilla del mar. Mis pies descalzos tocaban la liquida espuma mientras el solo se encontraba expectante e inamovible.
No estaba segura de haber oído lo que había oído.
-Como dice?- dije en voz alta a unos cuantos centímetros de el.
-Que me gustas- respondió. esperaba haber oído mal, Pero no. Esas fueron sus palabras. Me hizo un ademan con su mano indicándome que me acercara. -Me encantas físicamente, y no eres una cría estúpida, vacía de mente y alma, eres muy inteligente y hermosa. No entiendo que haces con Taylor. Es mi hermano pero reconozco que es un cobarde, inútil sin cerebro.- no entendía que acababa de suceder. su mano se encontraba en mi barbilla, y en mi estomago algo punzante se arremolinaba.
-Pues gracias por sus halagos, pero no creo que usted sea el indicado para decidir eso, menos aun cuando usted tampoco es el indicado para mi, o si?- sus labios se enarcaron convirtiéndose en una sonrisa muy sensual, como todo que venia de el. -y no me interesa, no estoy buscando el indicado, no por los momentos.-
-Y si soy el indicado?- Las palabras salieron cínicas de sus labios que sonreían con fiereza.
-Un imbécil eso eres.- Quite su mano de mi cara y me di la vuelta, me ponía de malas, que pudiese jugar así con mis emociones que mi cuerpo respondiera a su tacto y a cualquier acto proveniente de el.
Halo mi brazo y estampo sus labios sobres los míos.
No pude evitar responderle el apasionado beso.
De mis labios escapo un jadeo reclamando por mas cuando la ausencia de sus labios se volvió notoria
-Tiene razón Señorita O'Donell soy un imbécil sin embargo aun asi usted no puede evitar que su piel se erice y la excitación recorra tus entrañas, por mas que que intentes que no suceda. Me deseas tanto como yo a ti.-
...
nos encontrábamos subiendo al penthouse, el robusto pelirrojo que me hacia compañía en el ascensor había pedido un cuarto supuestamente para no incomodar, lo que realmente deseaba era que se quedara en mi cama.
-Te quedaras conmigo.- Aseguro Köhler
-No.- dije rápidamente
-No era una pregunta, te estaba informando.- levanto mi cuerpo sobre su hombro como si no pesase nada, detuvo la puerta del ascensor con su pie y salio de el, conmigo a costas de manera tranquila.
Intente patear, incluso golpear su espalda la cual se encontraba firme como una piedra con el propósito de que me bajase, pero lo único que recibí fue una reprimenda en el trasero. Me había dado una nalgada con su mano libre. Se comportaba como un idiota. su hermano me esperaba en el penthouse.
Entramos a su cuarto. Cuando por fin mis pies tocaron el suelo lo abofetee tan fuerte como me era posible.
Su rostro era seco y su cuerpo, gigante cuerpo estaba inamovible frente a mi. Me beso.
Mi mano volvió a estamparse en su mejilla. Se me abalanzó encima.
Me tomo de cintura, mientras mis piernas se amoldaban a su torso, su manos me sujetaban del culo, las mías jugaban con su cabello, mientras su lengua bailaba dentro de mi boca.
Un gemido estruendoso resonó en la habitación en el momento que Köhler halo de mi cabrllo haciendome echar la cabeza hacia atrás, dandole permiso a besar mi cuello.
entre sus labios ahogue un grito de dolor cuando mi espalda golpeo fuerte con una pared, mordí salvaje su labio dejandole entender que me había dolido. meti mis manos en su camisa tocando su tonificado abdomen. Su lengua bajaba audaz por mi clavícula haciendome estremecer...
Iba a volver a tener sexo con el socio de mi padre y como si eso no fuese suficiente su hermano con el que salia esperan dormido y ebrio por mi.
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Lo Prohibido.
Teen FictionÉl era como esos frutos que por fuera aparentaban ser deliciosos y en su interior la podredumbre abunda. Una exquisita mentira que ella descubriría. Ella, era como las perfectas bailarinas de las cajas musicales, dulce y frágil. Una buena presa para...