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Me parece un poco extraño que el rector Everett se haya ofrecido a llevarme a mi nueva residencia. Es decir, no tenía por qué hacerlo, pude haber pedido un taxi para que me llevara o, simplemente, caminar. Durante los diez minutos que tardamos en llegar, le envié un mensaje a Ian para que les avisara a aquellos hombres que llevarían mis valijas que tendrían que hacerlo a otra dirección. Y tuve que prometerle que luego llamaría para contar qué sucedió.
Ahora me encuentro de pie frente a la enorme puerta de color rojo a la espera de ser atentida. El rector Everett sigue de pie a mi lado.
—Vas a ver que te caerán bien —me dice con una sonrisa. Hago una mueca ante tanta cortesía.
—Eso espero.
La puerta se abre apenas termino de suspirar, dejando ver el cuerpo de un chico pelinegro de ojos azules completamente desnudo, salvo por la única prenda que lo cubre, la cual son unos boxers negros. Enseguida desvío mi mirada sintiendo mis mejillas tornarse rojas. No necesitaba ver a un chico en estas condiciones, menos a un chico más grande que yo porque claramente se nota que lo es.
—Alex, ¿qué es esa forma de recibir a las visitas?
—Lo lamento, tío Sean, la próxima me pondré unos pantalones a no ser que esta chica quiera hacerlo por mi —esboza una sonrisa ladeada mirándome. Frunzo mi ceño y hago de todas mis fuerzas para no mostrar mi disgusto e indignación ante esa frase.
—Esta chica vivirá con ustedes así que respétala.
—¡¿Qué?!
—Lo que escuchaste.
—Oh, no —murmura con dramatismo y luego cierra la puerta de golpe. Abro mis ojos sorprendida, ¿tan maleducados son con el rector aquí? El rector Everett no dice nada, sólo suelta un suspiro.
—¿Qué ha sido eso?
—Tú solo espera —es lo único que dice. Me cruzo de brazos "esperando", hasta que la puerta vuelve a abrirse pero es otro chico quien aparece. Este viste con más decencia, pantalones y remera.
—Tío Sean —saluda al rector. Frunzo aún más mi ceño—, buena broma le hiciste a Alex —ríe apoyándose sobre el marco de la puerta—, está hecho un ovillo en el sofá.
—No es una broma, Nathaniel.
El tal Nathaniel se endereza enseguida deslizando su vista hacia mi. Arquea sus cejas abriendo su boca para decir algo pero vuelve a cerrarla a los pocos segundos.
—Lexie vivirá aquí con ustedes hasta que Army pueda volver a utilizarse.
Ah, sí, le pedí que lo favor me llamara Lexie y no Alexandra.
—¿Qué culpa tenemos nosotros de que se haya quemado su lugar de vivienda?
—Nathaniel —dice en tono de advertencia. El castaño bufa y asiente, haciéndose a un lado—. Puedes pasar —me dice el rector. Me dedico unos segundos a mirar a ambos, no estaría entendiendo qué es lo que sucede.
—¿Vas a pasar o no? —inquiere brusco— Tenemos el aire prendido y con la puerta abierta va a ingresar el calor.
—¿De acuerdo? —murmuro confusa y pongo un pie dentro de la residencia. Mala decisión.
—¡Lo ven! —grita el chico en bóxers, Alex si mal no recuerdo— ¡No era una broma!
—¿Qué significa esto, Sean? —pregunta un chico alto, castaño de ojos tan oscuros que logra intimidarme nada más se pone de pie.
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Viviendo con los Kings [VCLK]
Подростковая литератураLexie Eastwood quiere marcharse lo más lejos posible de su ciudad natal en los Estados Unidos, y Londres parece ser el lugar perfecto. Consigue una vacante en una fraternidad de la universidad de Cambridge que no llega a conocer ya que los miembros...