Viviendo con los Kings [VCLK]

Capítulo 003

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Sábado 19 de septiembre, 2009

Sentir el aire chocar contra mi rostro es una sensación agradable, y aún más con el clima aquí. Creo haber dicho incontables veces que el clima húmedo, las lluvias, tormentas, la nieve y, especialmente, el frío es mi clima preferido. No me gusta andar con la rooa pegoteada contra mi piel cuando es verano, lo que sí me gusta es meterme a la piscina y broncearme (aunque con el color de mi tez no necesito de mucho tiempo).

Noah varias veces me dijo que siente envidia ya que ella necesita de varios días bajo el sol para lograr su bronceado deseado, mientras que el mío viene ya desde nacimiento.

Miro el Google Maps, desde que salí de la casa para comprar algunas cosas para después almorzar y ahora para salir a correr un rato, usé esa aplicación para no perderme. En la mañana no vi a Sam para preguntarle de algún mercado o kiosco por aquí cerca, tuve que aliarme con la tecnología y buscar por cada calle algún sitio para comprar algo. Y no es que no quise pedirle a los demás, sino que sólo estaba despierto Nathaniel pero sólo se presentó para servirse un vaso de jugo y volvió a su cuarto.

Limpio el sudor que cae por mi frente con el dorso de mi mano. Faltan cuatro días para que el verano termine y parece ser que serán los últimos cuatro días más calurosos.

—Ey, intrusa —escucho una voz masculina. Lado mi cabeza hacia la derecha encontrándome con Nathaniel.

—Hola —le sonrío.

—¿Te gusta correr? —asiento, sintiendo una pizca de alegría al ver su interés— Genial, a mi igual. Te reto a una carrera.

—Yo...

—A no ser que tengas miedo de humillarte, claro.

Arqueo mi cejas al escucharlo. Pongo derecha mi espalda mirándolo intentando no cruzar mis brazos, tengo la creencia que el cruzar los brazos es una forma de protección y yo no tengo por qué protegerme de él.

—No lo tengo —admito con firmeza—, tú dime por donde ir.

—Lo anotaré en tu celular, ¿estás usando el Google Maps?

—Sip.

—Bien, préstamelo.

Dudando, le extiendo mi celular ya desbloqueado. No veo qué es exactamente lo que hace, me da miedo que quiera hacerme una broma y termine en otro lugar totalmente desconocido. Cuando vuelve a entregarmelo, veo que la dirección de la residencia sigue siendo la misma pero que el recorrido ha cambiado sólo un poco. A él también le gusta dar vueltas y no ir en línea recta o solamente quiere molestarme.

—Yo ya conozco el recorrido, lo hago siempre. ¿Comenzamos? —vuelvo a asentir presionando mi celular con mi mano derecha— Bien, ¡ahora!

Dejo que mis pies hagan lo que quieran y corran a su propia velocidad. Sé que soy muy rápida, hace dos años el entrenador del equipo de básquet femenino me dijo que por mi altura no podía quedar pero si fuera un deporte de resistencia y velocidad sería la primera persona a quien llamaría.

No veo por dónde es que viene Nathaniel, ni siquiera sé si hablaba enserio con esto de la carrera. De todas formas, me estoy diviertiendo y estoy conociendo más lugares. Aunque el anterior recorrido no había sido en línea recta, tampoco había pasado por aquí. Hay calles de doble mano con una especie de vereda en medio donde se puede caminar, también hay césped, árboles y flores adornando. A los otros lados de las calles, hay más residencias tapizadas de distintos colores y temas con un enorme cartel en la cima que dice el nombre del college.