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Viernes 6 de noviembre, 2009
Escuchando las canciones de Justin Bieber a un volumen súper alto, no dirigimos a una óptica del centro para poder retirar los lentes de contacto que Katherine había mandado a hacer. Hacía unos días, nos contó que quería realizarse un cambio rotundo, que quería dejar de usar sus gafas y comenzar a cuidar su cabello, ya no le gustan sus rulos y, además, quiere probar un nuevo estilo.
Isabella se alegró al escucharla ya que adora ayudar a los demás con sus cambios, más específicamente con cambios femeninos que requieren de ir al centro comercial y a la peluquería. Yo, simplemente, le pregunté si estaba segura de hacerlo y me respondió con tanta seguridad que la apoyé, también.
—Dios santo, me da miedo —expresa mientras caminamos hacia la puerta del local.
—Más miedo del que teníamos ayer lo dudo —Bella carcajea. Ayer fue el cumpleaños de James y Olive quiso hacerle una fiesta sorpresa; sin embargo, él se enfureció diciendo que no pidió nunca que hagan eso y, además, Cameron también se enojó con Olive por no avisarle.
Así que, mientras Olive se lamentaba y se preguntaba qué hizo mal, nos comimos el pastel.
—Pobre Olive. —Kath hace una mueca. Las tres soltamos un suspiro e ingresamos a la óptica para poder retirar sus lentes de contacto—. Katherine Morrison, vine a buscar unos lentes de contacto —le dice a la recepcionista. Esta asiente y busca en los cajones hasta que los encuentra.
—Pasa por esa puerta de allí para que te ayuden a colocártelos.
Esperamos alrededor de cuarenta minutos. Kat tenía que aprender a ponérselos y sacárselos y, además, tenía que dejárselos puestos durante veinte minutos para acostumbrarse. Cuando ya estuvo todo ello, nos fuimos de allí. Kat va contenta por no tener que usar sus gafas, al menos, cuando no esté en la residencia.
—Esta peluquería tiene un acuerdo con mi papá —nos informa Bella antes de entrar, plasmando una sonrisa—, no tendrás que pagar y te dejarán divina.
—No es necesario...
—Para mi sí, andando —ordena sin más y entramos al local—. Hola, soy la hija de Caccini —le entrega su identificación. La recepcionista abre sus ojos sorprendida y deja de lado,todo lo que estaba haciendo—. Mi amiga quiere un nuevo corte.
—Puede pasar por aquí —le dice a Kath después de que Bella la haya señalado. Las tres la seguimos, Kath se sienta en la silla que le indica y nosotras nos quedamos a los costados. Durante los primeros minutos, esperamos a que un hombre de unos treinta años aparezca y comienza a inspeccionar el cabello de nuestra amiga.
—Tienes un cabello precioso.
—Ya estoy cansada de los rizos.
—Bueno, ¿qué corte quieres? Puedo hacer maravillas con esto —sonríe mirándola por el espejo.
—Sorpréndeme.
El hombre, que lleva el nombre de Carter, mueve sus manos, tijeras y demás cosas sobre el cabello rizado de nuestra amiga. Bella aprovechó para que otras personas nos cortaran un poco el cabello a nosotras, yo simplemente les pedí que cortaran las puntas, lo poco que tenía ya descuidado.
Al cabo de dos horas, salimos las tres satisfechas de allí. Kath nos detiene en medio de la calle para gritar:
—¡Las amo!
Su cabello está súper corto, le llega por los hombros y Carter le hizo un flequillo que mira hacia su costado izquierdo. Además, la maquillaron a pedido de Bella, al igual que a nosotras dos.
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Viviendo con los Kings [VCLK]
Подростковая литератураLexie Eastwood quiere marcharse lo más lejos posible de su ciudad natal en los Estados Unidos, y Londres parece ser el lugar perfecto. Consigue una vacante en una fraternidad de la universidad de Cambridge que no llega a conocer ya que los miembros...