• • •
Viernes 25 de septiembre, 2009
Estoy viendo por internet algunas pinturas para cambiar el color de mi habitación. No es que no me guste el verde manzana que está en las cuatro paredes, pero siento que no combina conmigo. Me gustaría algo más... no lo sé, rústico o vintage. Sí, son dos extremos distintos, pero ambos me gustan así que...
Debería hablar con Maia, la madre de Trent, para pedirle un poco de ayuda. Aunque creo que si llego a hablarle a mi suegra, Trent se enojaría de sobremanera conmigo. Ellos dos están súper peleados y hace meses que Trent no le habla.
Así que descarto esa idea.
Sigo buscando por unos minutos más hasta que encuentro una alfombra grande que podría combinar a la perfección con el color de las paredes. También compro una cama, esta la dejaré para cuando invite a alguien a dormir. Finalmente, cuando estoy satisfecha con las compras y de haber matado la tarjeta de mis padres, decido buscar algún lugar para comprar sushi.
Me fijo en el Google Maps qué es lo que más cerca está. Hay un local en el centro, lo cual queda a veinte minutos en auto de la fraternidad y ninguno de los chicos está ya que fueron al mercado. Como tenía que hacer algunos resúmenes y también decidir la decoración de mi cuarto, le anoté a Sam en un papel todo lo que necesito junto con el dinero.
Por suerte, hay otro local a tres cuadras de aquí. Me pongo mis zapatillas y emprendo camino para poder degustar aquel aperitivo delicioso.
—Hola, buenas tardes, ¿qué desea? —dice la mujer detrás del recibidor.
—Mmm, todo —río mirando qué elegir. Al final, me decido por una tabla combinada de doce.
Todo eso entra en mi estómago.
Espero a un costado. Me dedico a mirar el lugar, nada fuera de lo normal, está lindo. Es pequeño y cálido, tiene numerosas promociones que de seguro explotaré en cualquier momento. En el interior, están colocadas algunas mesas para comer aquí mismo, y también fuera.
Sonrío al ver en la mesa a una pareja. Ríen a carcajadas. Me hace extrañar a Trent, hace sólo pocos días que llegué pero realmente lo extraño. Me acostumbré a estar con él, a sentirme contenida por él, y ahora que estamos a miles de kilómetros de distancia... Siento que podría tomarme un avión e instalarme en Nueva York sin problemas.
Frunzo mi ceño lentamente. Por afuera del local veo a una persona, una mujer, vestida con ropas oscuras, dejando a la vista únicamente su cabello rubio y lacio, el cual oculta ligeramente por un sombrero negro.
Trago saliva sintiendo mis piernas a punto de fallar. Quiero gritar pero nada sale de mi boca, no me puedo siquiera mover. Parpadeo varias veces viendo cómo la mujer se adentra al local, se quita su abrigo negro y seguidamente su sombrero. Creo que siente que la estoy viendo porque voltea hacia mi, me mira de muy mala manera y la escucho insultarme para después pasar de mi.
Suspiro pesadamente al darme cuenta que me preocupé por nada.
Ya todo pasó. No hay nada de qué preocuparse.
Me lo repito hasta que me entregan mi pedido y prácticamente corro hasta la fraternidad. Nada más ingresar, Alex me intercepta.
ESTÁS LEYENDO
Viviendo con los Kings [VCLK]
Подростковая литератураLexie Eastwood quiere marcharse lo más lejos posible de su ciudad natal en los Estados Unidos, y Londres parece ser el lugar perfecto. Consigue una vacante en una fraternidad de la universidad de Cambridge que no llega a conocer ya que los miembros...