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Me abrigué bien ya que el frío aumentó aún mas, típico de estar en mitad de enero. De todos modos, me gusta vestir con estas prendas tan calentitas que me dan el calor que necesito. Además, me gusta usar esos gorros de lana que cubren prácticamente todo mi rostro dejando mi cabello suelto, bailando al compás del viento y llenándose de copos de nieve.
Eso es justamente lo que pasa mientras camino las pocas cuadras que restan hasta llegar al parque. Es una suerte enorme que el parque quede sólo a cinco cuadras de mi casa, puedo ir y venir como y cuando yo quiera. No necesito ningún bus que me lleve o de pedirle a mi madre que lo haga. Y es muy reconfortador, todo el mundo va allí a pasar tiempo con sus familias.
Me siento en una banca y le envío a Kristen un mensaje donde dice mi ubicación exacta ya que no acordamos en qué lugar del parque nos encontraríamos. Veo que me clava el visto a los pocos segundos y deja de estar en línea, suspiro. Sólo me resta esperarla para poder hablar y encontrar una solución, aunque estoy comenzando a dudar que pueda ayudar.
Me siento inútil por no saber qué hacer para encontrar a Emily. Hace veinticuatro horas, por no decir que son más, se la llevaron y ni siquiera llamaron para pedir dinero por el rescate. Nuestro padre está tratando de localizar la patente del coche que Melissa consiguió ver pero no está teniendo mucha suerte. Ninguno sabe qué le harán, qué planes tienen con ella. Intento pensar en positivo, que pronto la soltarán después de pedir dinero, pero algo dentro de mi me dice que no sucederá así.
De todas formas, todos podemos aportar un granito para encontrarla.
—Hola, Lexie.
Levanto mi cabeza de mi celular para mirarla y, antes de poder esbozar una sonrisa, siento un golpe seco y duro en la parte posterior de mi cabeza. Quiero pedirle ayuda pero ninguna palabra sale de mi boca y mi vista queda en negro.
Cuando consigo despertar otra vez, me doy cuenta que estoy entre cuatro paredes desgastadas y un colchón muy viejo. Mus ojos captan los azules de Emily, mi corazón galopea a más no poder. Quiero acercarme a ella, abrazarla y decirle que todo está bien, sin embargo estoy anclada a la pared por unas esposas. Soy como un animal en una jaula y eso me desespera.
—Nunca saldremos de aquí —solloza ella haciéndome doler hasta el alma.
—Sí lo haremos.
—No, Lexie Entiéndelo. Hemos perdido —musita para luego darme la espalda.
Se pasó los siguientes tres días repitiendo que no saldríamos, estaba rota, no tenía esperanzas. ¿Qué le pasó para acabar de esa forma? Emily es una chica alegre, risueña, positiva. No hay ningún rastro de esa Emily que conocí, ni siquiera regresa cuando aparece Melissa contando que tenía en su ropa un dispositivo casi invisible para rastrearla pero que lograron quitárselo.
Ella está cansada de las negaciones de la menor, yo también lo estoy, pero se nota que Emily está perturbada. Cada vez que Byron y Paul entran, ella intenta esconderse, se abraza a sí misma.
Su expresión de temor es algo que nunca olvidaré.
—¡¡¡Sorpresa!!! —exclama acercándose a mi con una enorme sonrisa psicótica en su rostro— ¿Te sorprendí? Dime que sí, por favor.
Quiero dar un paso hacia atrás al sentirla y verla tan cerca. Sus ojos azules me miran más divertidos que nunca, su lengua se pasea por sus labios de un lado hacia otro como si estuviera deleitándose con el miedo que, es consciente, causa en mi. Mi movimiento es impedido por el chico que me sostiene desde el brazo, haciéndome volver el paso que di hacia adelante.
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Viviendo con los Kings [VCLK]
Подростковая литератураLexie Eastwood quiere marcharse lo más lejos posible de su ciudad natal en los Estados Unidos, y Londres parece ser el lugar perfecto. Consigue una vacante en una fraternidad de la universidad de Cambridge que no llega a conocer ya que los miembros...