Capítulo 045

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—¿Por qué no nos dijiste?

La voz triste de Sam llena la habitación. Puedo percibir que la noticia le cayó demasiado mal, a pesar de que últimamente no estamos tan unidos como lo estábamos al principio, él siempre va a ser mi favorito de los cinco Kings y creo que saber de esa manera que voy a irme, no fue la mejor. Los demás tampoco tuvieron una reacción buena, yo sabía que algo así iba a suceder, pero esperaba que sucediera en la sala de la residencia mientras se los contaba con calma y no porque otra persona lo dijo primera.

James, después de escuchar mi confirmación, se fue del comedor sin decir una palabra. La tal Alma tenía una sonrisa plasmada en su rostro, ni siquiera la borró cuando Camille amenazó con golpearla y sus ojos no se despegaban de los míos.

Ella había ganado y yo no tenía idea de que estaba jugando.

Perseguí a James, no entendía de dónde sacaba esas ganas de querer explicarle todo, pero me dejó muy en claro que no quería hablar conmigo.

No pude soportar el peso de la situación, por lo que tomé mi auto y conduje hasta ese lugar alejado de la carretera que Cameron me mostró hace unos días. Allí, lloré, lloré y lloré hasta que ya no me quedaron más lágrimas. Para cuando regresé, todos excepto James estaban en la sala y Sam no dudó en ser el primero en hablar.

—No lo sé —respondo haciendo una mueca.

—¿Planeabas irte sin decirnos? —inquiere Alex con notable molestia. Niego de inmediato con mi cabeza, eso jamás se me habría cruzado, no puedo irme sin despedirme— ¿Y entonces? ¿Por qué tienes que irte justo ahora cuando comenzamos a llevarnos bien? ¿O sólo has estado fingiendo?

—¿Qué? ¡No! No quiero irme, pero tampoco puedo quedarme.

—Poder es querer —murmura Nate.

—No siempre es así —suelto un suspiro. Voy a proseguir hablando pero Cameron me interrumpe.

—¿Y cómo es, Lexie?

—Sean me dijo que para quedarme aquí Kings tiene que ser una residencia mixta.

—¡Pero qué puto! —exclaman Nate y Alex al mismo tiempo.

—Ya mismo lo estoy llamando para que cambie de opinión.

—No, Nate, no lo hagas —le pido sosteniendo su mano cuando saca el teléfono de su bolsillo—. Ya me dejó claro que no hay otra opción y tengo hasta fin de mes para volver. ¿Por qué mejor no aprovechamos estos días antes de pelear? —intento sonreír. Alex se pone de pie y me mira durante una corta cantidad de tiempo.

—Porque los aprovechemos o no, te irás —sentencia encaminándose a su habitación. Miro a Nate, esperando que su respuesta sea contraria, pero simplemente se aleja de allí siguiendo a su mejor amigo.

—Cameron —digo su nombre en una súplica.

—Mañana será otro día —se limita a decir y sigue los pasos de los otros dos.

Mi última opción es Sam pero enseguida se coloca sus audífonos y cierra sus ojos, ignorándome por completo.

[...]

Martes 23 de febrero, 2010

Los días siguientes transcurrieron como si esa pelea jamás hubiera existido y como si yo aún no viviera en Kings. El único que me habla es Nate debido a un desayuno el sábado en el que dijo que me perdonaba con la condición de que le contara por qué lo había escondido. En realidad, no existe un verdadero por qué, simplemente contarles era caer en la realidad, dejaba de ser sólo un pensamiento.

Viviendo con los Kings [VCLK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora