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Lunes 29 de marzo, 2010
No puedo explicar con palabras lo que sentí mientras James me sacaba de la residencia de los Pets, lo único que puedo decir que sentía la vidrios clavándose más allá de mi piel, temía mirar mis manos y mis piernas y encontrarme a mi misma bañada en sangre. No le tengo miedo a ese líquido rojizo, pero sí le tenía miedo a verme con los vidrios incrustados en mi cuerpo.
James le gritaba a todo el mundo que se corriera y que pidieran una ambulancia, una atrás de otra llegaron a los pocos minutos. Noah entró conmigo sin recibir reproche de los dos Kings, su rostro estaba bañado en lágrimas y al mismo tiempo en que intentaba darme fuerzas llamaba a nuestros padres para contarle lo que había sucedido. Ella no dejaba de pedirme que no cerrara los ojos, en otro momento me hubiese reído y quizás hasta burlado, pero sabía que eso podía suceder, si la sangre continuaba saliendo podría debilitarme y hacerme perder la consciencia.
Por suerte no pasó.
Apenas llegamos al hospital me trasladaron a una sala donde dos doctores me quitaron los vidrios después de hacerme estudios que confirmaran que no tocaron ningún nervio importante, sólo tuvieron que hacerme una pequeña cirugía para quitar dos trozos que tenía por dentro de la piel.
Luego me dejaron todo el día del domingo hasta que la anestesia se me pasó y volví a la casa, quise decirles que podía volver a Army y prometer que iba a permanecer en la cama sin mover un mísero músculo, pero nadie me escuchó, ni siquiera los Kings. Así que ahora estoy nuevamente en la casa que mi padre alquiló mientras todos están haciendo sus cosas.
Tengo vendas en mis manos, aunque para mi buena suerte no me cubren los dedos y puedo moverlos con libertad. En las piernas tengo vendas mayormente en la rodilla que son una molestia porque no puedo doblarlas, y luego algunas pequeñas en la parte del fémur.
—¿Ven? No tenían que ir a esa fiesta —espeta Bill con altanería poniendo sus ojos en blanco. A su lado, Pyper resopla cruzándose de brazos.
Esta mañana me sorprendí cuando el par de hermanos apareció en esta casa, no me esperaba su visita pero me contaron que Katherine les contó lo que sucedió esa noche porque Chad juraba que me había visto ensangrentada y porque se corrían algunos rumores entorno a aquello. Como ellos tienen clases por la tarde, decidieron pasar la mañana conmigo y alegrarmela, según Bill.
—Cállate porque a ti no te vi en toda la noche.
—Yo a ti sí, andabas colgada de Jared.
—Jared es mi novio, idiota —vuelve a bufar.
Sus peleas me hacen reír, aunque eso no quita el hecho de que prefiero no escucharlas.
—¿Siempre pelean? —cuestiona Noah tocando el puente de su nariz, fastidiada.
—Sí —le susurro en respuesta.
—Sucede que Billy se la da de hermano protector cuando hasta hace pocos meses me odiaba —le recrimina la rubia mirándolo enfadada de reojo.
—No te odiaba, sólo me molestaba que respiraras.
—Ni yo podría haberlo dicho mejor —ríe mi mejor amiga negando con su cabeza.
—En fin —Pyper ignora a Noah y a su hermano para centrar su mirada en mi—, ¿tú cómo estás? Katherine sólo nos contó que te caíste porque alguien —enfatiza mirando de reojo a Bill— la apuraba y la asustaba.
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Viviendo con los Kings [VCLK]
Подростковая литератураLexie Eastwood quiere marcharse lo más lejos posible de su ciudad natal en los Estados Unidos, y Londres parece ser el lugar perfecto. Consigue una vacante en una fraternidad de la universidad de Cambridge que no llega a conocer ya que los miembros...