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Las pocas personas que vivimos en Army, son algunos que ya no podían pagar un alquiler y otros que pidieron un cambio de residencia, estamos sentados alrededor de la mesa desayunando. Ya se había tornado una rutina durante esa semana el pasar el desayuno juntos, hasta entablábamos algunas conversaciones aunque no tantas que nos permitan entrar en un ambiente de confianza.
Estoy muerta de sueño, me levanté sólo para llevar a Kath a la uni ya que hoy no puede movilizarse por su cuenta y mis clases fueron canceladas.
En total somos diez, incluyéndonos a Kat, Brandy (la chica castaña que me recibió) y yo. Luego son tres chicos y el resto son chicas, de los cuales todavía no logro aprenderme bien los nombres.
—Deberíamos dar una fiesta —comenta una chica de cabello rosa, creo que su nombre es Pyper—, ya ha pasado casi un mes desde que volvimos y no hemos hecho nada.
—¿Será, quizás, porque la última fiesta que planeaste terminó con un incendio? —le cuestiona un chico. Pyper rueda sus ojos echándose hacia atrás.
—Ya dije que no fue mi intención.
—¿Y para qué querías una vela? No era una fiesta de esas que la luz sólo proviene de velas, ni tampoco era algún ritual satánico de esos que te gustan a ti.
—Cierra la puta boca, Chad —espeta, claramente, con furia.
—Lo dices porque tengo razón —sonríe sintiéndose ganador y sigue engullendo su desayuno.
—No peleen —interviene Brandy—, hemos vuelto y podríamos hablar con Sean para que nos de una oportunidad.
—Tenemos una King aquí, además —enuncia otro chico mirándome con una sonrisa ladeada que logra ponerme incómoda—. De seguro mantienes una relación informal con Sean.
—No creo...
—Yo sé que sí —me interrumpe—, te dejó vivir en la residencia de su sobrino y luego te dio hasta fin de mes para que vuelvas. ¿Por qué no nos haces un favor y le pides que nos deje hacer una fiesta? Si es necesario dile que la culpa del incendio la tuvo la estúpida de mi hermana.
—¡Billy! —se queja nuevamente la chica de cabello rosado. El tal Billy, su hermano, hace un ademán con su mano para que se callara.
¿Qué problema tiene con su hermana? Dudo que sólo sea el incendio, como también dudo que Pyper haya iniciado el incendio a propósito. Creo estar segura de que fue sólo un descuido, aunque no logro encontrar una explicación lógica para que haya encendido una vela en una fiesta.
—¿Entonces, Queen K? —enfatiza el apodo que sólo los Kings me dicen.
Por algún motivo que desconozco, aquello hace nacer una llama de ira dentro de mi. No sé si es el tono arrogante y amenazador que utilizó, o el hecho de llamarme Queen K, o el haber tratado de esa forma a su hermana, o el tener sueño, pero Bill logró que me enojara, siendo que aquello es muy difícil que suceda.
—Escucha, rubito —escupo la última palabra con ironía—, si tanto quieres una fiesta ve a decirle tú a Sean. A ti, no te debo nada.
—No a mi, pero sí a todos.
—¿Qué les debo? —cuestiono mirando a los demás. Ninguno responde, mantienen los ojos en otras cosas que no somos nosotros dos— Fue culpa de ustedes el incendio, yo ni siquiera estaba en Londres. No me importa cómo y por qué sucedió, y tampoco me importa hablar con Sean para pedirle permiso, pero no lo haré si tienes esas actitudes horribles conmigo. ¿Lo entiendes o quieres que te lo dibuje?
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Viviendo con los Kings [VCLK]
Fiksi RemajaLexie Eastwood quiere marcharse lo más lejos posible de su ciudad natal en los Estados Unidos, y Londres parece ser el lugar perfecto. Consigue una vacante en una fraternidad de la universidad de Cambridge que no llega a conocer ya que los miembros...