06.

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Pasó una semana sin notícias de Adam o escuchar de Harry. Los preparativos para el anuncio del compromiso formal de Josh y Lis estaban completados. El compromiso sería un domingo, precisamente aquel día y yo no podía estar más nerviosa. Todo me tenía nervios de punta: el compromiso, mi novio que no contestaba o daba señales de vida, el ver de nuevo a Harry luego de lo ocurrido la última noche que le ví en la playa y el verme presentable logrando ocultar bajo la ropa que era toda un desastre en esos momentos.

—¿Estás lista? —la voz de Niall se escuchó venir desde el otro lado de la puerta.

—¡Sí, solo un minuto! —exclamé devuelta.

«¡Claro Niall! En cu-an-to encu-en-tre la manera de sub-ir éste zi-per». Pasó por mi mente mientras batallaba para lograr cerrar mi vestido color rosa viejo.

Sin verlo venir, dando vueltas por mi habitación tropecé con uno de mis tacones lo que me hizo caer de lado contra el ropero. Inmediatamente cayeron de sobre de él varios álbumes, folders viejos etc.

—¡Auch! —exclamé al sentir un álbum caer en mi cabeza provocando un punzón en el tobillo que había ligeramente doblado gracias a los zapatos de tacón con los que tropecé.

—¡¿Todo bien?! —escuché a Niall golpear nuevamente a la puerta con algo de desesperación.

—¡Sí, eso creo! —contesté mientras buscaba algo en que apoyarme para llegar hasta la cama y tomar asiento para revisar si no era nada grave.

—¡¿Emma?! —Niall insistió.

Intenté ponerme de pie pero un dolor agudo debilitó mi paso haciéndome caer soltando un grito de dolor.

—¿Emma? —Niall llamó nuevamente pero el dolor me había dejado muda por un instante. Sin responder pude escuchar a Niall alejarse mientras hablaba a alguien más, los murmuros a lo lejos no eran claros para mí hasta que escuché el ruido de alguien bajando con rapidez las escaleras y los pasos de un segunda persona acercarse a mi habitación. Tocaron a la puerta.

—¿Emma? —la voz pertenecía a Harry—. ¡Dios mío, Emma! ¿Estás bien? —lo escuché jalonear la puerta—. Emma, voy a entrar... ¿Emma? —mi garganta parecía haberse cerrado y las lágrimas estaban por doquier mientras sostenía mi pie sintiendo cada vez más dolor—. ¡Diablos! —lo escuché maldecir por lo bajo y sus pasos alejarse, de momento un estruendo en la puerta me hizo dar un salto y enfocarme en el chico de cabello rizado entrar apresurado a mi habitación buscando dónde me encontraba; su mirada se conectó a la mía y de inmediato se arrodilló junto a mi.

Su mirada era de preocupación y angustia, sus ojos estaba húmedos y su cabello alborotado por aquí y por allá. Con respiración agitada cerró sus ojos por un momento para luego tragar una bocanada de aire y soltar un suspiro.

—¿Estás bien? —susurró rozando mi rostro con la punta de sus dedos.

Por un momento me perdí en su tacto pero rápidamente arrepentida de mi reacción alejé mí rostro y negué con la cabeza sintiendo el dolor punzante real nuevamente.

—Dejame ver eso —dijo pidiéndome permiso para tomar mi pie con cuidado y examinarlo. Mientras palpaba mi tobillo mordía su lengua contra su labio inferior y fruncía el ceño. Dejó mi pie con cuidado en el suelo y me vio a los ojos con preocupación para luego ponerse de pie y pasar un brazo por detrás de mí cintura indicándome tratase de ponerme de pie con el pie que no estaba lastimado mientras pasaba mi brazo detrás de su cuello para que me apoyara.

Woman || h.s.  (Completa/En Edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora