24.

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Harry me llevó a casa en donde nos despedimos uno del otro decidiendo era mejor no hablar con él de lo que había pasado entre Niall y yo esa noche.

...

Desperté a mitad de la noche al escuchar el ruido de algo caerse en la planta baja. Asustada busqué mi bata, mis pantuflas y un objeto que me sirviese de defensa. Con un bate de beisbol en las manos bajé asustada las escaleras intentando no hacer mucho ruido y pasar desapercibida de quién fuese estaba haciendo ruido en mi casa pues necesitaba llegar a él teléfono o mi celular que estaba olvidado en algún lugar de la sala. Al llegar a él primer piso la luz de el refrigerador desde la cocina y una sombra me indicaron que en efecto, había un intruso en mi hogar. Ahogue un grito. Con más miedo que antes y tomando con fuerza el pedazo de madera entre mis manos busqué a simple vista bajo la oscuridad mi celular pero no pude encontrarlo pues la luz que alumbraba era únicamente la que venía del refrigerador de la cocina y era demaciado baja. Me dirigí hacia donde de memoria conocía que el teléfono fijo se encontraba cuando un ruido más fuerte me hizo saltar y los pasos de el intruso acercándose me hicieron actuar con rapidez y tomar el teléfono para pedir ayuda. Una silueta masculina llamó mi atención y sín quererlo así el teléfono se deslizó de mis manos impactando con el piso.

La silueta se mantuvo ahí sin moverse para luego adentrarse en la oscuridad de la sala. Lo escuché detenerse y lanzarse sobre el sofá gruñiendo. Luego de unos segundos sin que el tipo hiciera nada que me dañase; corrí hasta el interruptor de la luz encendiendolo y provocando que se iluminará la habitación. Al parecer el tipo seguía en el sofá ahora fuera de mi vista, por lo que mi mente decidía si atacarle en defensa propia o salir huyendo de ahí. Tomando una decisión algo estúpida me acerqué lentamente a el sofá.

Con el bate en la mano y mi corazón a mil por hora me asomé sobre del sofá para encontrarme con el rostro del intruso: Cabello rubio raíces castañas, tez blanca y labios delgados.

-¡¿Niall?! -exclamé inmediatamente al verle. Niall estaba acostado sobre el sofá con los ojos cerrados. Gruñó al escuchar su nombre y se tomó la cabeza con ambas manos moviendola a ambos lados.

-No grites por favor -arrastró las palabras.

Dandole la vuelta a el sofá me acerqué a él y me inqué a su lado.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? -dije en un tono más calmado.

Niall señaló hacia un lugar sin sentido y luego chequeando los dientes metió la mano en su bolsillo y saco una llave dandomela.

-¿De dónde sacaste estás llaves? -pregunté.

-Bajo la rana de adorno en el macetero de la entrada... sé la escondes en caso de emergencia -dijo arrugando el rostro y apretandose la cabeza. Apestaba a licor.

-¿Tomasté? -dije más que preguntar.

Niall asintió en respuesta y tomó asiento.

-Lo siento creo que hice un desastre en tu cocina -dijo con tristeza para luego reír.

Negué.

-¿Qué te ocurre Niall? Tú no eres así -me lamenté y caminé a la cocina para encontrarme con un jarrón echó pedazos y la puerta del refrigerador aún abierta.

Woman || h.s.  (Completa/En Edición).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora