Woman || h.s. (Completa/En Edición).

11.

Tomé mi tiempo en subir las escaleras hasta el segundo piso, caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta de mi habitación encontrándola medio abierta; el sonido de alguien dentro me tomó por sorpresa apesar de saber quién era exactamente.

Tomé una bocanada de aire y sostuve el pomo de la puerta para abrirla completamente. Harry estaba sentado al píe de mi cama sosteniendo algo entre sus manos, levantó la mirada hacia donde estaba parada y palmeó el lugar vacío a su lado.

—Ven, siéntate.

Dudé un momento en seguir su petición sín saber realmente qué decir o hacer; un poco sorprendida por su atrevimiento e indecisa de si, debía reclamarle o dejar pasar el echo de que se haya abierto paso en mi alcoba y tocado mis cosas sin permiso.

Lo escuché soltar una pequeña risa.

—No muerdo. Ven —palmeó otra vez sonriendome para inspirar confianza.

—Veo que te has vuelto muy observador... —dije acercándome hacia él y notando era un albúm lo que sostenía. Al ver que yo no tomaba asiento se puso de pie junto a mi y me indicó una fotografía en el albúm.

—Tu cabello... Erá más corto entonces —señaló.

—El tuyo también —contesté. Ambos nos miramos al mismo tiempo y estallamos en risas.

—¡Hey! Mi cabello tiene... ¡Tiene estilo! —defendió con fallida seriedad pues, ahogaba risas mientras lo decía.

—Lo sé, toda pequeña de seis años sueña con una muñeca con el cabello como el tuyo —bromeé.

—¡Ésta! —exclamó apuntando a otra imagen e ignorando mí comentario anterior—. ¿Recuerdas esa vez en la que subiste a la rueda de la fortuna casí a rastras y luego...

—Me bajaste a rastras porque insistía con que diéramos una vuelta más —continué.

—Ya era tarde y tus padres me matarían sí no llegabas a tiempo a casa —dijo. Un dolor en mi pecho me hizo cerrar los ojos de golpe pero, podía escuchar a Harry continuar—. ¿Recuerdas la semana en que no pudimos vernos porque mi madre me castigó porque te llevé tarde a casa? No sé porqué pero creo que estaban confabulados, algo como una Mafia Parental —Harry rió pero luego se detuvo y acarició mi brazo—. ¿Emma, estás bien?.

—Sí. Sí recuerdo Harry —traté de ocultar lo que sentía.

—Ésta, es mi favorita —nos señaló de dieciocho años: yo; sonriente, él; depositando un beso en mi mejilla—. Ese fue el mejor día de mi vida... ¿Recuerdas ese día, Emma? —lo último salió de sus labios casí en susurro. Podía sentir su mirada en mí. Mi corazón se estrujó cual hoja de papel y una lágrima rodó sin poderla detener.

—¿Qué haces? —susurré—. ¡¿Qué haces!? —grite ésta vez. Harry se mantuvo inmóvil frente a mí sin emitir palabra alguna—. ¡Diablos, Harry! ¡¿Qué haces, dímelo?! —exclamé.

—Yo...

—¿Porqué haces ésto? —chillé.

—Solo... Tú dijiste que es bueno revivir recuerdos...—dijo.

—¡Gran idea, Styles! ¡Vamos, revive los recuerdos que botaste a la basura! ¡Revive los recuerdos de una relación que solo fue una mentira! —exclamé.