Dark Clak [✓]

Prólogo.

Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente como para convertirte en un villano —Harvey Dent.

No era la primera vez que ocurría. Y tenía la oscura certeza de que no sería la última.

Quise cerrar los ojos, provocar que aquello dejase de reproducirse, aislarme del dolor y del medio que me devoraba las entrañas. Deseaba, por encima de todo, que fuera rápido y la agonía no sobrepasara lo humano.

Demasiado conmocionada apagué el televisor, dejando que las muertes silenciosas dejaran de pesarme en la conciencia.

Suspiré y desplacé la vista un par de metros, enfocando mi atención en la ventana. Un jadeo incrédulo escapó de mis labios, mientras quedaba irremediablemente atrapada en la mirada más temible y fascinante que jamás había visto.

Sus ojos eran felinos, amarillentos, dos iris rutilantes que transmitían tantas sensaciones que me estremecí hasta la última fibra de mi ser.

Sacudió la cabeza y compuso una mueca de desagrado, como si no aprobara mi actitud.

Como si ansiara seguir siendo espectador de la debacle que había silenciado.

En ese instante no lo sabía —nadie podía habérselo imaginado— pero mi destino quedaría férreamente amarrado a ese inescrupoloso ser cuyo nombre sería temido por la prensa y alabado por los fanáticos.

Dark Claw.