Capítulo 7

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Seis años atrás

Verónica

«¿Qué tienes?» me pregunta Karina. «Estás muy callada».

«Nada, sólo estoy un poco

nerviosa» balbuceo.

«Relájate».

Sí, es más fácil decirlo que hacerlo. ¡Relájate! Estoy por tener una entrevista de trabajo la cuál se encuentra en un lugar algo cuestionable y su consejo es "relájate".
Me dan ganas de reírme y juro que me regresaría directo a casa, pero sé que tan difícil fue para Karina conseguir esta oportunidad y también ampliar "la invitación" para a mí, por eso tengo que hacer un esfuerzo y aguantarme. Al parecer, Igor es un tipo difícil, por lo cual me debo de sentir afortunada por estar aquí, al menos eso dijo Karina.
Además, no me gusta la manera en la que estamos vestidas. Nos presentamos en el local para obtener cualquier trabajo que nos den. Estoy consciente de que parecemos prostitutas y no estoy segura si me gusta la impresión que podemos dar a primera vista. Karina dice que tenemos que impresionar. «No importa lo que hagamos, lo importante es ganar dinero». Aunque no pienso como ella, solo sé que lo primero que haré será dejar en claro mi postura, es decir no estoy ahí para bailar.

Continuamos a caminar en silencio hacia el Red Light Club y a pesar de que es mayo sigue haciendo frio. Me abrazo más contra mi falso abrigo de piel para detener los escalofríos que recorren mi cuerpo. No sé, quizá estoy asustada o simplemente solo siento frío. Claro está que, la minifalda no es de gran ayuda.

Cuando cruzamos el umbral del local, me veo inundada por un fantástico olor floral. El club está saturado de perfume de rosas. Ya que es temprano, el local todavía está vacío, pero parece que todo ya está listo para esta noche. Todo está en orden: los sillones están en su lugar, todo perfectamente acomodado frente a las tarimas de las bailarinas; las pequeñas mesas están en una posición estratégica y también el escenario del bar parece estar forrado de palos para el pole dance. Las luces bajas en cambio dan un aire muy chic y audaz, y al mismo tiempo lo hacen misterioso y pienso que no es exactamente un lugar adecuado para mí.

«¿Karina?».

Escucho una voz a mis espaldas y me giro inmediatamente. El hombre frente a nosotras es tan hermoso como para cortar mi respiración. Tendrá poco menos de treinta años, con un cuerpo definido y musculoso, su cabello rubio está amarrado en una cola de cabello baja y sus ojos son de color gris ceniza, magníficos, a tal grado de capturarte con la mínima mirada. Si antes estaba tensa, ahora lo estoy mucho más, porque este hombre enserio es intimidante.

Antes de acercarse a Karina, me lanza una corta mirada, deteniéndose un momento en mis ojos, por lo que me veo obligada a apartarlos de los de él, pero aun así observo la escena que tengo frente a mis ojos. Él la besa en la mejilla. ¿Se conocen? ¿Por qué Karina no me lo dijo?

«Tú debes ser su amiga. Yo soy Igor» dice, tendiéndome la mano.

Me presento y a la vez aprieto su mano. Su expresión es imposible de descifrar. Está rígido y absolutamente serio, sin rastro de una sonrisa en los labios.

«Gracias por esta oportunidad, Igor» dice Karina, sonriéndole.

«Me servirá el personal nuevo» dice él «Síganme».

Asentimos y juntas seguimos a Igor hacia su oficina donde nos invita a acomodarnos. Cuando se sienta del otro lado del escritorio, nos dice detalladamente de lo que consistirá nuestro trabajo.

«Para iniciar trabajarán juntas. Aunque eso podría cambiar. Con el cuerpo que tienen también pueden ser bailarinas, pero no contrato menores de edad para bailar en mi local. Sin embargo, no tendrán que hacer gran cosa: una se encargará de servir en la barra y la otra se ocupará del servicio a las mesas. Harán turnos. El local está abierto de martes a domingo. La única tarde que tendrán para descansar es el lunes, así que sepan que no será fácil. Si quieren este trabajo deben ser puntuales. Se inicia a las ocho, pero no se sabe a qué hora se termina» concluye mirándome.

No eres mi dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora