Capítulo 74

3.7K 279 23
                                    

Actualidad

Verónica

Escuchar salir esas palabras de la boca de Matt me derrite, literalmente. En verdad espero que sea así, que me protegerá por siempre. O mejor, espero que nunca lo tenga que hace. Lo veo con dulzura, porque todo lo que veo frente a mi es a un hombre que me mira con... amor, ¿tal vez?
No quiero ilusionarme. En el sentido de que, le gusto a Matt (lo veo. Y es recíproco) y el me gusta a mí, pero tengo un mal presentimiento. No lo sé, pero toda la historia de Igor me tiene muy ansiosa. Karina me ha asegurado que no ha dado señal de vida y todo esto se me hace muy sospechoso. Después de todo, ella no le ha dicho dónde estoy. Por eso, su "silencio" se me hace algo ambiguo. Tal vez me estoy preocupando sin motivo, tal vez el dinero de Dmitriy ya no es una prioridad para Igor.

«Más te vale» dice Ethan, apuntándolo con el dedo.

«¿Quieres saber un secreto?» pregunta Matt.

El pequeño asiente y se le acerca, inclinándose hacia Matt y poniendo sus manos como cucharón en su oreja, para poder hablar en secreto. Sonrío al ver esa escena y sonrío aún más cuando escucho las palabras de Matt.

«Si somos un equipo, Verónica estará siempre segura. ¿Estás?». El pequeño asiente. «Dame cinco».

«Tú también puedes ser mi hermano, si quieres». Los ojos de Matt transmiten cariño y levanta la mano para que Ethan pueda chocar los cincos con su manita.

«¿Sabes? Siempre quise un hermano».

Escucho su conversación en silencio, sintiéndome un poco fuera de lugar, pero gracias a las sonrisas fugaces de Matt y a las manitas de Ethan que juegan con mi cabello, me siento parte de un trío que podría ser perfecto.

Me pregunto cómo sería tener una familia... Una vez lo hacía, pensaba en eso a menudo, pero de forma superficial. De la forma en que lo hace una chica de dieciocho años cuando cree que su marido es para toda la vida, digamos. Ahora, tengo a la realidad frente a mis ojos. Matt es real y creo que podemos ser una familia. Algo único y especial, algo que nunca he tenido, algo mío... Claro está, no seré como mis padres. Nunca abandonaría a mi hijo.

«Verónica» me llama Matt.

Salgo de mis pensamientos y le doy mi atención con una sonrisa forzada. Todas esas expectativas me ponen tensa, no por él, sino por mí. ¿Seré capaz de crear, o tener, algo como eso?

«Sí, perdón. ¿Decías?».

«Ethan quiere bajar» dice, señalando al pequeño que – ahora que me doy cuenta – se agita entre mis brazos. Así que lo bajo y lo veo mientras corre hacia sus amigos para jugar.

«¿Todo bien?» pregunta, preocupado.

«Sí, solo estaba pensando».

«¿Y cuándo me dirás lo que piensas?».

Matt se acerca cada vez más y me toma por las caderas, dándome un casto beso en los labios.

«Siempre te digo lo que pienso». No lo que me daña, pero es inútil hacerle cargar a otra persona tus problemas, ¿no?

«Es verdad, ¿pero ahora en qué piensas?».

«Pienso en que, si Joss nos viera en estos momentos, nos sacaría a patadas de aquí» digo sonriendo.

«¡Bien dicho niña!». Del otro lado del salón veo a Joss y me apresuro a separarme de Matt, sonriendo.

«Vamos, vayamos con los niños».

Pasamos una hora a jugar con los pequeños. Matt es la novedad, por lo que estuvo rodeado de la mayor parte de ellos y contesto a las preguntas del tipo: «¿Comes espinacas? ¿Por eso tienes los brazos gruesos?», o, «¿Es verdad que los grandes tienen poderes?». Por primera vez, en todos estos meses, lo he visto en problemas. La cara de Matt era todo un poema y yo me divertí mucho. Al menos, hasta que tuvo que salir. Lauren lo llamaba, así que tuvo que irse antes de lo previsto, con la promesa de que nos veríamos más tarde en su casa. Los niños no estaban muy entusiasmados, pero cuando fue al Dairy Queen y luego, regresé con los dulces, se olvidaron de Matt.

Más tarde, comienzo a recoger mis cosas. Me pongo la chaqueta de piel y salgo a la calle, en dirección a casa. Como es un buen día, decido caminar un poco. Volvería a hacer ejercicio con Matt pero de solo pensarlo me canso. Ni siquiera tengo el tiempo de caminar cien metros cuando me topo con una mujer. Es justo como la recordaba, alta, largas ondas cafés que caen por su espalda y ojos negros de ciervo. Jennifer, la ex de Matt, me reconoce al instante después de una mirada. Si estuviera del otro lado de la calle, la hubiera evitado seguramente, pero me es imposible porque prácticamente estoy andando en su dirección.

«Hola» me limito a decir.

«Verónica ¿cierto? La novia de Matt».

«Sí, soy yo». Me sorprende el hecho de que recuerde mi nombre.

«Sé, de fuentes confiables, que lo de ustedes fue todo un acto en escena. Te va bien hacerla de prostituta, ¿sabes?».

Abro los ojos, lanzándole una mirada de odio. ¿Cómo se atreve a juzgarme sin conocerme?

«Bueno, te han informado con mentiras» digo, tratado de esconder mi enojo. Creo que no vale la pena hacer un alboroto, a parte, sé quién es la verdadera prostituta entre las dos.

«¿En serio crees que te voy a creer? Regresaré con Matt».

«Buena suerte, entonces» termino la discusión porque sé que Jennifer no tendrá ni una oportunidad con Matt. Trato de irme, pero siento como me aferran por la muñeca.

«No he terminado».

«No me toques» contesto entre dientes, soltándome de su presa.

«Mantente alejada de él. No permitiré que alguna se le acerque».

«Curioso» digo sarcástica. «Quieres a Matt de vuelta, no quieres que nadie se le acerque, pero tú eres libre de hacer lo que quieres, ¿verdad? Escucha, te aconsejo que lo dejes ir. Y, para que conste, ya estamos saliendo. Soy yo la que te aconseja de mantenerte lejos de él».

Sin agregar algo más, retomo mi camino, pero gruño por el enojo. Todo iba tan bien, pero el encuentro con Jennifer ha arruinado mi día, dejándome con una pregunta en la cabeza. ¿Es posible que Matt regrese a sus brazos si ella lo acaricia con los dedos?
Saco el celular del bolsillo y le escribo un mensaje.

TUVE UN ENCUENTRO ALGO PECULIAR CON TU EX

IGNÓRALA, BOMBÓN... APUESTO A QUE HA DISPARADO UN MONTÓN DE VENENO

ALGO ASÍ, ME HA AMENAZADO CON MANTENERME LEJOS DE TI

JENNFIER AÚN CREE QUE ENTRE NOSOTROS PUEDE HABER OTRA COSA

YA ME DI CUENTA, PERO LE HE DICHO QUE ERES MIO

LA VERDAD SIEMPRE ES LA MEJOR RESPUESTA :-)

Cuando leo su mensaje me siento terriblemente en culpa por todo lo que le he escondido. ¿Cómo puedo aún esconderé todo mi maldito pasado?

ESTOY LIBRE, SI QUIERES... ¿PASO POR TI?

NO... DARÉ UN PASEO... NOS VEMOS EN MI CASA <3

<3

Es tan dulce cuando me manda corazoncitos... Aun con la cabeza gacha en el celular, estoy por escribirle una respuesta cuando, a mis espaldas, escucho una voz con un fuerte acento extranjero. Habla en inglés, pero sé muy bien a quién le pertenece esa voz.

«Parece ser que no a todos les caes bien».

Cuando me volteo está ahí. El mismo de siempre con esa sonrisa malvada pintada en el rostro.

Igor.

Pero mi mente solo va en una dirección. «Karina» susurro, de repente en un ataque de pánico.

«Hola, Oksana».

© TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR Y TRADUCCIÓN RESERVADOS

No eres mi dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora