Capítulo 52

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Actualidad

Verónica

Cuando veo hacia arriba, me maldigo mentalmente. Fue mi idea poner ahí el muérdago. Fue una buena idea para decorar el salón, haciéndola cómoda para la navidad. Pero, ahora que estoy aquí abajo, me doy cuenta de que no fue bueno. Cuando veo a Matt, veo una espléndida sonrisa marcada en su rostro. Me ve como si no viera la hora de besarme y creo que yo estoy igual. Me pegaría a él y me dejaría ir como no lo he hecho con nadie. Como esta mañana. Si no tuviera este compromiso, me hubiera quedado un poco más entre sus brazos. Esta mañana, de hecho, me encontré como la presa de Matt, con las piernas cruzadas con las suyas y su respiración caliente contra mi sien. Ese fue uno de los momentos preferidos de los últimos cinco años. Me sentí protegida y sobre todo me di cuenta de que no quería dejar ese lugar seguro. Por eso, antes de irme, me tomé la libertad de darle un casto beso en los labios. No podía verme, además, Matt era tan guapo... que no pude resistir. Y ahora, teniéndolo frente a mí, en la espera de un beso, me pregunto si seré capaz de controlar la situación.

«No puedes echarte para atrás, bombón» me dice, con una sonrisa astuta.

«Matt» comienzo, negando con la cabeza,

«Los niños se pondrán tristes» susurra. «Esperan que te bese. No, esperan que tú lo hagas. ¿Piensas en desilusionarlos?».

«Claro que no, pero...».

«Entonces ven aquí» susurra.

Cuando Matt se acerca a mí, no encuentro la fuerza para resistirme y, cuando me toma el rostro en las manos, en un acto reflejo me acerco a él. Lo veo a los ojos de repente serios y llenos de deseo. Paso saliva cuando sus pulgares acarician mis mejillas y, con un movimiento brusco, reduzco la distancia entre nosotros, besándolo en sus suaves labios. Matt parece disfrutar y me atrae a él, recorriendo sus manos por mi espalda. Escalofríos recorren mi cuerpo y mi corazón quiere salir disparado de mi pecho. Acaricio su cabello y lo siento besarme con mayor fuerza. Me acaricia los labios con la lengua y desliza sus manos aún más. Cuando escucho risas, me acuerdo de que no estamos solos y entre sus labios susurro: «No puedes besarme de esta forma, Matt».

«¿Por qué no? Verónica, déjate llevar» me advierte, capturando una vez más mis labios.

Encuentro la fuerza para separarlo de mí y, cuando nuestras miradas se encuentran, aún puedo ver el deseo y la excitación de antes en su expresión.

«Tenemos público» le digo, señalando a los niños quienes sonríen con malicia.

Matt sonríe y luego se aleja de mí, cuidadosamente. Me avergüenzo, pero lo que acabo de sentir al besarlo fue algo único que me dejo sin respiración. Fue nuestro primer beso verdadero, considerando que en Portland estaba un poco borracha. Siento su mirada sobre mí, tan intenso que siento la necesidad de bajar la cabeza, pero me obligo a no hacerlo y lo veo de regreso, viendo con gusto que tiene las mejillas sonrosadas así que, sonrío sin darme cuenta.

«¿por qué sonríes?» me pregunta.

«Nada, solo estaba pensando» ... en lo mucho que te quiero volver a besar y atraer a mí y dejarme acunar en tu abrazo. Ofrecerme a ti como nunca lo he hecho con alguien. Eres tan guapo, Matt, que me cuesta creer en como decidiste perder el tiempo conmigo. Aléjate ahora que puedes, porque sé que yo no seré capaz de hacerlo y no puedo darte nada más que mi amistad. No puedo. A pesar de lo mucho que quiero.

Suspiro y me alejo un poco más de él, dejándolo perplejo. Por suerte llega Joss para salvarme, llamándome, invitándome a comenzar a preparar todo para los niños.

«Debo irme» digo.

«Está bien. ¿Paso por ti para el almuerzo?».

Asiento y al instante me maldigo. No sirve de nada pensar en mis sentimientos hacía Matt. No sirve lavarme el cerebro, tratando de convencerme que no siento nada por él. Supe que había algo que no encajaba (o mejor, que si lo hacía hasta hace poco) cuando comencé a sentirme bien con su compañía. Y todo lo que me prometí cuando llegué a Nueva York, nada de hombres y nada de relaciones, se fue al carajo después del contacto con sus deliciosos labios. Parece que las cosas han cambiado desde que conocí a Matt. Ya no quiero mantener la promesa que me hice.
Quiero estar con él

Matt

Casi no logro dejarla ir. ¿Qué me está pasando? Nunca sentí el impulso imparable de besar a una mujer. ¿Por qué todo parece especial con Verónica?
Me desvía Nunca tuve este tipo de relación con las mujeres que "frecuenté" en el pasado. Entre nosotros había un claro acuerdo y ellas sabían que no tenían que esperar nada más, al pasar la noche. Nunca contacté con ellas, pero quiero hacerlo con Verónica. Con la diferencia de que con ella solo han sido dos besos y nada más. Ayer en la noche, me pareció que las cosas han cambiado entre nosotros. No lo sé, pero el hecho de que me haya llamado cuando estaba sola, o solo el simple hecho de que no escapó cuando le confesé que la había observado, hizo que en mí creciera la esperanza. Las cosas han cambiado para mejor, desde que la conozco, por eso lo pienso. Su resistencia ha abierto sus puertas. Y yo quiero entrar ahí, o donde sea.
Quiero que Verónica me corresponda. Quiero enseñarle a confiar en mí. Sé lo que no les he dado a las mujeres, pero sé perfectamente lo que quiero darle a ella.

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