Capítulo 40

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Actualidad

Verónica

Siento inmediatamente una sensación de "vació" cuando Matt rompe nuestro contacto y en seguida siento la falta de ese calor que me invadió apenas puso sus labios en los míos. Aunque sé que esta noche me pasé de la raya con el vino que llegó después de la cena, estoy del todo consciente de lo que estoy haciendo y besar a Matt es justo lo que quiero seguir haciendo. Solo que hay una vocecita en mi cabeza que me sugiere alejarme de cualquier hombre que se ponga en mi camino, pero no puedo dejarme manipular por lo que sucedió en el pasado. Tal vez mi mente pensaría con más lucidez y de seguro no estaría en esta situación en este momento y estuviera sobria, pero ignoro deliberadamente aquella idea y miro a Matt en la espera de que haga algo, pero no. Su comportamiento me deja un poco perpleja porque él fue el que se detuvo y no estoy segura si eso es lo que yo quería. Llegamos a su habitación y en lo único que pienso es en terminar en la cama junto a él después de haberlo arrastrado conmigo con un "juego diabólico". El hecho es que él fue quien empezó todo al iniciar la noche. Si no se hubiera presentado en mi habitación, justo ahora estaría durmiendo desde hace muy buen tiempo y claro está que no estaría con este deseo de tenerlo cerca. El corazón parece querer salir de mi pecho y mis labios se sienten ansiosos por reunirse con los de él, por lo que, me acerco tratando de besar otra vez a Matt, quién, al inicio me corresponde, pero se detiene al instante apoyando su frente contra la mía, jadeante.

«No podemos, Verónica» susurra indeciso.

Por lo que, pregunto impulsivamente: «¿Por qué?».

«Porque sé que, si estuvieras en ti, no hubieras dejado que te besara» termina, abandonado su posición, pero aún sentado al borde de la cama. Así que lo imito y me siento a su lado.

«No es cierto, Matt. ¡Estoy consciente! Estoy un poco borracha, pero eso no quiere decir que no sepa lo que quiero. Estoy consciente y te puedo asegurar que en un par de minutos estaré aún mejor y tendré el mismo deseo de besarte que ahora».

Inmediatamente me tapo la boca con las manos por haber dejado escapar mis sentimientos con tal facilidad. Así es como llamo la atención de Matt quien me mira a los ojos con una mezcla de diversión y frustración, y luego se lleva las manos al cabello, tirando de ellos ligeramente. «Eso es a lo que me refiero. Eres todo lo que siempre he buscado en una mujer, Verónica, y no sabes lo mucho que me está costando alejarme de ti, pero no quiero arruinar lo bueno que tenemos. Tal vez tu no pienses igual, pero estoy bien contigo como estamos ahora y no me quiero aprovechar para después ser odiado».

La dulzura de sus palabras me llega dentro. Desde que nos conocimos, siempre tuve una opinión positiva con respecto a él, por eso fue que es el primer y único hombre por el cual me he dejado conocer después de cinco años. Llámenlo sexto sentido, pero siempre tuve la impresión de que Matt era alguien en que podía confiar a ciegas. Todos los pequeños gestos y las atenciones hacia mi han influido en que tenga un cierto tipo de "afecto" hacia él. Además de que, su aspecto físico es la cereza del pastel.
Aún pienso en lo que me dijo porque de ahí veo el respeto que me tiene. Cualquier otro hombre hubiera tomado lo que le hubiera ofrecido, pero Matt me ha demostrado de ser el caballero que es. Por eso, lo abrazo tomándolo por sorpresa. No hay nada malicioso en mi gesto, solo gratitud por lo que ha evitado que pasase. Eso no implica que ya no lo quiera, pero si sucederá quiero que los dos estemos en todas nuestras facultades mentales.

«Gracias» susurro.

Matt me abraza de regreso, apretándome a él, pasando sus brazos alrededor de mis caderas y volviendo a encender esa chispa de excitación que ya se había apagado.

«Tal vez es mejor si nos separamos» sugiere. Le sonrío y, contra mi voluntad, me suelto de su abrazo, levantándome. Veo – de soslayo – como Matt, al levantarse, se acomoda sus partes bajas y eso no hace más que alimentar mi risa.

«¿Por qué te ries?».

«Por nada» respondo, encogiéndome de hombros.

«No me estás diciendo la verdad, bombón».

Indecisa por si decírselo o no, comienzo a buscar una excusa. «Me rio porque... me rio...» comienzo. Como no se me viene nada a la mete, opto por la verdad. «Se te ve todo» digo, apuntando a su bragueta, pero mirando hacia otro lado.

Cuando lo vuelvo a ver, veo que se volvió a sentar en la cama cubriendo "todo" con un cojín. Así comienzo a reír cuando, con vergüenza, se disculpa-

«Okay... creo que iré a la cama».

«¿No te quieres quedar un poco más?» propone. «Pensaba en que podíamos hacer un snack y ver la tele».

Acepto al instante por dos razones: uno, si como algo me desharé del alcohol que bebí. Y dos, no estoy segura de que la compañía de Matt haya sido suficiente por la noche. Así ordenamos una pizza y comenzamos a ver una película.
No sé si sea una señal o una burla del destino, pero la protagonista de la película es una chica que huye de su pasado y comienza una nueva vida creándose una nueva identidad. Matt parece estar muy picado en la película y yo me siento una mentirosa.

«¿Hey?» me llama. «Si no te gusta la película podemos ver otra cosa».

«No, disculpa. Me distraje por un segundo».

«Okay».

Lo que guardo es un secreto inconfesable, es el salvavidas que me ha permitido no ahogarme, algo que me ha mantenido con vida, sin embargo, eso me siento terrible por no podérselo confesar a Matt. Confío en él, quisiera decirle la verdad, pero creo que perderé toda su confianza. No creo que entienda – no lo exijo, sobre todo – y no quiero que piense que sea una mala persona solo por haber estado escondiendo mi verdadera identidad.
Todo lo he hecho para salvarme, para salvar a otras personas y para evitar que la historia se repitiera.

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