Seis años atrás
Oksana
«Ven aquí». De un momento a otro estoy en los brazos de Dmitriy me susurra al oído: «Por favor, no llores». Me dejo en su abrazo, dejándome consolar por sus dulces palabras mientras lloro sobre su pecho. Cuando levanto la mirada hacia él, veo que su expresión se ablandó y ahora, en su rostro que me aguarda encuentro una sonrisa de aliento. Le sonrío débilmente, dirigiendo mi mirada y llevándola hacia el corte con sangre que ahora se encuentra en la sien derecha y la realidad me golpea de lleno en el pecho porque, si no me hubiera comportado así, si no hubiera sido imprudente, Dmitriy no estaría golpeado como lo está ahora.
«Lo siento» susurro. «Todo es culpa mía».
Estiro la mano hacia su rostro, pero Dmitriy la agarra en el aire y me impide tocarlo, cruzando sus dedos con los míos.
«No puedes tocarlo, Sana. Es doloroso» dice dulcemente.
«Disculpa» susurro, bajando los ojos.
«Vamos, no paso nada, pero ahora tengo que desinfectar la herida».
Me dejo conducir por el pasillo y, cuando llegamos a la puerta de la oficina de Igor, Dmitriy toca y, sin obtener respuesta alguna, entra llevándome con él. Solo he estado una vez aquí. cuando Karina y yo hicimos nuestra "entrevista de trabajo" aquí adentro.
De todos modos, esta es una zona fuera de límite del local, por lo que no tendría motivo alguno de estar aquí otras veces. Lo que me extraña, en cambio, es la naturaleza con la que Dmitriy se abrió paso aquí dentro.
Se que él e Igor son amigos, pero no creía hasta el punto de "invadir" el espacio personal del otro.Aún así, dejo de lado mis pensamientos y llevo la atención hacia el hombre frente a mi que, mientras tanto, está rebuscando dentro de la caja de primeros auxilios.
«Ni siquiera hay un espejo» se lamenta Dmitriy.
«¿Para qué quieres un espejo?».
«Para no quedarme ciego con el agua oxigenada» dice, señalando su ojo y sonriéndome.
«Déjamelo a mi. Siéntate en la silla».
Sin obtener ninguna respuesta, lo veo y pregunto «¿Pasa algo?».«¿Estás segura de que puedes curar una herida?».
«Sí, estoy segura» digo, quitándole el agua y el pedazo de algodón de las manos. «Confía en mi».
Después de dudarlo por un momento, Dmitriy hace lo que le digo y, cuando se sienta, me pongo frente a él. Lo hago levantar ligeramente el rostro hacia mi y pongo manos a la obra.
Pongo un poco de agua oxigenada en el algodón y comienzo a golpear suavemente el corte.
No es la primera vez que tomo el rol de una enfermera. Cuando era pequeña, los niños con los que vivía en la casa hogar se lastimaban, y yo era la que desinfectaba sus heridas y también las mías. Los padres substitutos no estaban tan al pendiente de nosotros, a ellos solo les interesaba recoger la paga al final del mes. Por eso, nos cuidábamos entre todos. Por lo que, ahora, pienso que tengo la práctica suficiente para poder hacer esto.«¿Te lastimo?» pregunto, buscando ser lo más delicada posible.
«No, en realidad, pensé que sería peor» bromea.
«No te hagas el chistoso. Si no hubiera sido capaz, nunca te hubiera tocado. Estas así por mi culpa, hubiera solo empeorado la situación» digo, viendo solo ahora su mandíbula hinchada.
«No es culpa tuya, es culpa de ese imbécil que se atrevió a tocarte. Si Igor no hubiera llegado, probablemente eso habría terminado en un charco de sangre» termina.
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No eres mi dueño
Romance// COMPLETA // «No te desharás de mi fácilmente» es la frase que escucha Verónica cada vez que cierra los ojos. Para ella, escapar de su propio pasado es una tarea difícil, pero está más que consciente de que no todo vuelve a su lugar con un simple...