Cinco años atrás
Oksana
«¿Segura que estás bien?» pregunta Thiago a mi lado, mientras vamos al salón.
«Claro. ¿Ves algo mal?».
«Sí. Estás callada y ni siquiera me vez a la cara».
Odio cuando las personas se dan cuenta de que algo me perturba. Siempre he tenido está capacidad de ser un libro abierto, y es lo peor que puede existir. Sería una ventaja solo si la persona no tuviera nada que esconder. En mi caso no es así. Aún estoy un poco aturdida por lo que pasó con Dmitriy hace un par de días. Digamos que, aunque ya no ha habido "recaídas" en su forma de ser, las marcas en mis brazos me recuerdan que lo que pasó no fue un sueño. Digamos que, si me lo hubieran dicho, no lo hubiera creído. Dmitriy era tan amoroso que nunca pensé que tales episodios pasarían.
Así es como paso el resto de la clase, en pensé si hice bien o mal al meterme en esta situación. No me arrepiento de haberme casado, pero sí de haberlo hecho demasiado rápido y sin pensarlo un poco. Ese febrero estaba segura al cien por cierto, pero ahora creo que apresuré las cosas. Pensándolo bien, fue Dmitriy quien me orilló a hacerlo. Después de mi estadía en la clínica le estaba totalmente agradecida que hubiera hecho todo lo que me pidiera
Cuando, como de rutina, Thiago me acompaña al estacionamiento, me sorprende el ver a Dmitriy recargado en mi auto (obviamente la suya). No me quita la mirada – a excepción de una corta mirada hacia mi amigo, pero Thiago no se da cuenta – y cuando llego a él, me recoge en un abrazo. Le respondo porque, a pesar de que aún estoy resentida, me siento protegida. Desde que lo conozco, sus brazos han sido mi lugar seguro.
«Hermosa» me susurra en el oído. Y luego, cuando me suelta, le ofrece la mano a Thiago y le sonríe: «Un placer volverte a ver».
Claro, bien pudo haberse guardado la falsedad. Dmitriy me dijo muy bien que me mantuviera alejada de él (aunque no ha insistido mucho) porque no le agrada, pero no entiendo por qué le sonríe de esa forma. Thiago, por el contrario, le sonríe sinceramente.
«Cada que puedas has reír a tu esposa. Toda la mañana ha tenido el rostro serio».
«¿Y por qué, amor?» pregunta Dmitriy, dirigiéndose a mí.
«Nada. Lo normal. Ya sabes, los exámenes se acercan y todo lo demás» miento.
No quiero que sepa que aún estoy molesta con él, después de todo le aseguré que ya lo había perdonada y además, últimamente ha sido muy lindo. Sé que lo ha hecho porque de verdad está arrepentido.
«Está bien. Nos vemos, Sana. Dmitriy».
Nos despedimos de Thiago y me dejo guiar por mi marido. Cuando subo al carro veo que puso la jaula de Dobby en el asiento trasero.
«¿Vamos a alguna parte?» pregunto, poniéndome el cinturón.
«¿En verdad estuviste triste toda la mañana?».
«Un poco, pero solo porque no veía la hora de regresar a casa contigo» miento y le sonrío. Sé que estoy siendo paranoica, pero le tengo miedo a Dmitriy. Tengo miedo de las consecuencias si lo contradigo o le digo algo que no le gusta.
«Bueno, es tu día de suerte, pequeña. Hoy iremos fuera de la ciudad. Por eso he traído a Dobby».
Sonrío, esta vez con sinceridad porque en realidad necesito un día relajante y además, espero que las cosas con Dmitriy mejoren. No quiero que nuestra relación empeore. Lo necesito. Estoy en el momento de mi vida en donde si no lo tuviera, estaría completamente solo y tengo miedo de que así sea. Tal vez es por eso que justifico su comportamiento, pero lo importante es que ahora estamos bien.
◎◎◎
Algunos días después del relajante paseo en el campo, me encuentro entre los brazos de Dmitriy, sobre el cálido enredón. Esta es una de esas mañanas en las que quisiera quedarme a su lado todo el día. No puedo negar que estoy bien y que vivir estos momentos me recuerda a cuando todo iba bien entre nosotros. O mejor dicho, me recuerda a como era él antes. Tal vez ha cambiado en realidad o el matrimonio nos cambió a los dos, pero es cierto que aún quiero pasar tiempo junto a él.
Me di cuenta de que no lo amo. Sé que son palabras fuertes para decir, pero esa es la verdad. Probablemente si Dmitriy lo supiera, me pediría el divorcio. Le atraje a un hombre encantador y pensé que era amor. Todo pasó muy rápido con él que no tuve tiempo de pensar en mis verdaderos sentimientos. Me tranquiliza el hecho de que más pasa el tiempo y más me encariño con él. Así que, si algún día lo llego a amar, con el tiempo entenderé, pero sé que en este momento no lo amo.
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del timbre. Veo el despertador y me doy cuenta de que ya son las diez de la mañana. Extraño, porque los domingos no esperamos a nadie. Dmitriy se mueve a mi lado, pero sigue durmiendo, girándose y dándome la espalda. Así que, tomo la primera prenda que veo, me visto y me dirijo a la entrada,
Cuando veo quién está en la puerta, siento varias emociones. No sé si correrla a patadas o si abrazarla fuerte, pero entre nosotros ya sabemos que es lo que haré. El rostro de Karina está demacrado y sus ojos apagados, tristes. No la veía desde hace mucho y no he sabido de ella desde que terminó nuestra amistad. Quiero enojarme con ella por la forma en la que me trató o por el simple hecho de no haberme creído, pero lo mucho que la quiero supera todo lo demás. Así que, sin decir una palabra, la abrazo y así nos quedamos por un momento que parece ser infinito.
Cuando Karina se aparta de mí, sus ojos están llenos de lágrimas y lo que sale de su boca me altera. Literalmente.«Sana» comienza, llevando su mirada a la mía. «Han asesinado a Lyudmila».
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No eres mi dueño
Romance// COMPLETA // «No te desharás de mi fácilmente» es la frase que escucha Verónica cada vez que cierra los ojos. Para ella, escapar de su propio pasado es una tarea difícil, pero está más que consciente de que no todo vuelve a su lugar con un simple...