XII

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Nada lo preparo para eso, pero Dick no era ningún virgen. Había salido con chicas en la escuela de Gotham, incluso había estado junto a Barbara. Pero jamás con un chico, jamás.

No se sentía mal.

Los labios de Roy eran suaves, pero toscos, moviéndose sobre los de él de una manera tan experta y pasional que solo lo incentivo a corresponder de la misma forma, dejando que sus manos y dedos se enredaran en su rojo cabello. Y una de sus piernas buscara colarse entre las ajenas para causar fricción.

Su lobo lo estaba calentando desde su interior, exigiendo salir y hacer de esos movimientos, suyos —Tranquilo, pajarito. Deja que yo me encargue. —Susurro el mayor contra sus labios, descendiendo su boca directamente a su mandíbula y luego cuello. Movió su cuerpo y de paso su cabeza, dejando que hiciera lo que desease allí.

—Mierda, Roy... —No pudo impedir que la maldición saliese de su boca; sus manos dejaron los cabellos, para ahora tocar cada centímetro de piel descubierta en la espalda ajena. Su lobo gruño y él lo hizo de igual forma.

—¡Joder! —Abrió sus ojos de golpe –Apenas notando que los había cerrado–. Sintió el rostro arder, sin verlo venir, había dejado que sus garras aparecieran y se clavaran allí.

—Lo siento... yo...

—Shhh. —La derecha del pelirrojo rozo una de sus mejillas, volviendo a besarlo, solo que con más calma y ternura —Podrías incluso romperme un hueso y ya estaría bien en la mañana. —Bromeó con ello y él rodó sus ojos en respuesta —Sabes, desde que me dejaste ver ese encantador rostro que tienes... Bueno, francamente es desde antes. ¿Por qué demonios eres tan atractivo? ¿Huh?

Se soltó a reír — ¿Enserio crees que este es un buen momento para decir esas cosas, Harper?

—Claro que sí; si lo hubiera dicho antes, seguro y me pateas. —Beso la punta de su nariz y recorrió con sus manos callosas sus costados, hasta llegar al monte de su trasero y apretarlo.

Jadeo en respuesta, elevando un poco su cadera para que tuviera más acceso en acunarlos, sin molestarle el solo hecho de que se encontraba cubierto de arena.

—Te he visto volverte en el chico que eres ahora, Dick. —Volvió a retomar las caricias que antes había estado trazando a lo largo de su cuello, amasando con lentitud y saña la carne entre sus palmas —Cada parte de ti, se ha vuelto tan, maldita y jodidamente caliente. —Dejo ver su rosada lengua, desplazándose cada vez más abajo, hasta atrapar entre su boca y dientes uno de sus pezones.

Un espasmo recorrió toda su espina dorsal, arqueándolo y obligándolo a abrir finalmente sus piernas, en donde el pelirrojo no tardo en acomodarse y frotar su no tan flácida entre pierna contra la suya ya necesitada y húmeda — Roy, nng... sí sigues diciendo eso, voy a... ¡Dios! —Clavo su izquierda en la arena, mientras que la derecha capturo nuevamente los mechones y los tiro, empujándolo más contra su pecho. Aquella lengua se sentía demasiado bien contorneando su ahora endurecida carne y es que, ¿Quién iba a creer que también se sentía fenomenal en un hombre?

De nuevo, era la primera vez que se metía con alguien de su mismo sexo.

—Donna está de acuerdo conmigo, incluso el mal nacido de Wally. —Su aliento choco contra la carne sensible, haciéndolo temblar —Y estoy seguro de que Garth también lo cree...

Jugo con su otro pezón y al soltarlo, continuo bajando por su abdomen, dejando mordidas y besos húmedos a su paso. Richard ya no sabía en qué pensar, se sentía como una gelatina o un volcán a punto de estallar y no sabía sí era por las sensaciones que recibía o las solas ideas de imaginar lo que su equipo pensaba de él después de esos años —Maldición, quiero saberlo... por favor, Roy.

Rogó retorciéndose en la arena, sobresaltándose cuando un digito se coló en medio de sus nalgas y acarició su entrada anal con suave malicia. El mayor le dio una sonrisa maligna una vez llego al hueso de su cadera y dejo una fuerte mordida allí que envió una descarga certera a sus testículos y miembro —Dejaré que lo pienses pajarito. Y no te preocupes, puedes pensar en que soy cualquiera de ellos. —No supo a lo que se refería, pero cuando una de las manos abandono su trasero y agarró su miembro con firmeza, lo entendió.

Pero no, deseaba solo pensar en él. Es Roy Harper.

Dejo escapar un jadeo ruidoso y aclamado, sin perder de vista como su capullo y tronco se perdían en el interior de aquella cavidad bucal: Tan caliente, tan estrecha y húmeda. Harper no le dio tregua, solo se lanzó a devorarlo de manera acelerada y profunda que hizo que solo viera estrellas y universos. Su propia cadera se comenzó a mover, siendo consciente de uno que otro sonido de asfixia que soltaba el mayor cada que se encontraban.

El dedo en su entrada hizo que palpitara deseoso de sentirlo, por lo que en un rápido movimiento, envió su brazo libre tras su espalda y atrapo la muñeca de este con su mano. Roy no se detuvo, pero si ralentizo la mamada, para mirarlo con duda. Dick relamió sus labios y lo miro hambriento, y junto a un hazlo, casi rugido, se movió contra este y logro sentir como el anillo de carne medio evitaba el paso del intruso.

El gemido regular por parte del arquero fue suficiente como para que finalmente entrase por completo, lastimándolo. El azabache se volvió a quedar sobre la arena, dejando que el mayor se encargara de satisfacerle mientras evitaba quejarse ante el dolor que ardía de manera punzante y deliciosa. Solo debía soportarlo.

En todo aquel rato no notó que el mismo Roy se había encargado de usar su mano libre para masturbarse, rápido, balanceando su cadera para encontrarse con su misma calidez.

Un grito salió de la boca del ex pupilo de Batman cuando algo en su interior fue tocado, obligándolo a que su orgasmo arribase con fiereza. Un quejido resonó en sus oídos pero lo ignoro, vertiéndose concentuosamente en la boca que lo rodeaba. Fue hasta que soltó la última gota de simiente que el pelirrojo se separó, sacando de paso su dedo de su entrada, dejándole una sensación extraña e incómoda —Ven aquí. —Musitó ronco, jalándolo de sus oscuros cabellos para que quedase arrodillado y él de pie.

Sus mejillas se acaloraron cuando vio la envergadura de Harper frente a sus ojos, siendo tocada con dureza por el propio chico. Cerró sus ojos cuando lo sintió, viniéndose en su rostro. Los jadeos por parte del otro le hicieron sentir complacido, aunque algo asqueado por el semen en su nariz, labios, parpados y estaba seguro que también había en su cabello.

Eso... eso había sido una cosa más en su tan acentuada y extraña amistad.




Todos los Titanes se encontraban en la sala principal charlando. Trataban de no tocar el reciente tema del despido de Dick, pero igual, para ellos, seguía siendo su Robin.

Eso sí, no esperaron que el chico se pusiera frente a ellos y hablara —Amigos, sé que hemos pasado por mucho y hemos logrado unir nuestros lazos, de amistad y hermandad. Son los primeros amigos en quienes realmente confío y sé que ustedes me han confiado muchas cosas. Y ahora que ya no estoy bajo la tutela de Batman...

Ambos pelirrojos se vieron a los ojos, Donna sonrió tiernamente al chico y Garth asintió a sus palabras, elevando el pulgar arriba en símbolo de apoyo.

El azabache tomo una respiración y tomo el marco de sus lentes, apartándolas de sus ojos. Todos se mantuvieron en silencio, viéndolo y pudo apreciar la sorpresa en las únicas personas que no lo habían visto antes. Roy en cambio, solo se acomodó en el espaldar, expectante, y con una sonrisa dirigida a él. Se la regreso y volvió la mirada a los otros —Me llamo Richard Grayson, pero me encantaría que pudiesen llamarme Dick. Solo mi familia lo hace. Y... tengo muchas cosas que decirles.

❝ Aullando a la Luna ⌜ ᴅᴄ ⌟Where stories live. Discover now