Capítulo 5

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-¿Estás mejor?-Susurro

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-¿Estás mejor?-Susurro.

Intento que mi voz salga suave para no alterarlo más de la cuenta.
Su cabeza se mueve y sus ojos revolotean.

-Sí.-Se lleva uno de los dedos a sus párpados y se los frota débilmente apartando las lágrimas ya casi secas.
Lame sus labios rápidamente, y baja de nuevo su cabeza, suspirando.

-Estoy mejor.-Su voz suena enrronquecida.

Aprieto los labios y miro sus manos sobre su regazo, temblando.
Aunque parece que intenta disimularlo apretando sus dedos fuertemente sobre sus rodillas.

Inclino mi rostro y veo como muerde su labio inferior con fuerza.
Sus mejillas normalmente pálidas se ven sonrrojadas por el llanto.

Alargo mi mano en el aire y la detengo justo delante de las suyas, dudando si debería de tocarlo para darle consuelo. Pero después lo pienso bien, y decido dejarlo.

Aprieto mis dedos en mis rodillas, copiando su posición, y lo miro. Algo se encoje dentro de mi al ver su estado.

-¿Nunca nadie te ha acariciado?
¿Abrazado? ¿Nada?.-Mi voz sale con una tonalidad extraña, pero es que todavía no me termino de créer que nunca nadie pusiera un dedo sobre él.

Parece algo realmente ilógico e imposible bajo mi punto de vista.
Yo nunca podría haber sobrevivido sin el cariño y el amor de mis padres.
Y una caricia de ellos, por ejemplo, siempre ha sido mi mejor cura cuando me encontraba mal, ya sea física o mentalmente.

Akram deja su labio quieto y eleva su cabeza para dejarme ver su rostro.
Sus pestañas todavía siguen algo húmedas. Sus pupilas deformadas parecen enfocarme, aunque ciertamente, no me ven.

Sacude su cabeza.

-La primera vez que toqué a alguien, fue cuando tome tu mano en el desayuno, cuando nos conocimos. Fue la primera vez que sentí la calidez de una persona, estando consciente.-Pestañea.-Mi madre me sostuvo al nacer.-Se encoje de hombros y traga saliva.-Pero cuando vio mis ojos, me tiró a la basura. No creo que importase, por que no lo recuerdo.
Así que para mi, tú eres la primera.

Frunzo el ceño.

-Eso fue muy cruel.

Vuelve a encogerse de hombros.

-No nací con suerte.-Murmura.

Elevo mis cejas y lo miro de reojo.

-Mis padres me han enseñado a créer en el destino, no en la suerte.
Mi padre siempre me ha dicho que las cosas malas aveces pasan por una razón.-Me toco los ojos y luego me detengo, por que no puede ver mi gesto.-Mis ojos son así por una razón. Ellos decían que solo la persona que de verdad me quisiera, los amaría.-Susurro.

-Yo los amo.-Afirma.-Los adoro.

Abro mucho los ojos y me atraganto.
Mis mejillas empiezan ha arder salvajemente.

ELEK (Maverick II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora