ELEK (Maverick II)

Capítulo 1

Corro rápidamente por el largo pasillo, deslizándome y esquivando todos los obstáculos que se interponen en mi camino.
Mi corazón palpitando locamente en mi pecho, al mismo tiempo que fuerzo a mis ojos a buscar algún sitio seguro donde poder esconderme y así, poder ganar el juego.

Escucho a la lejanía el lento contar de Andrew, y los susurros de Lena y Josh, discutiendo por aquel lugar que han encontrado al mismo tiempo, y del que planean apoderarse antes de que Andrew deje de contar.

Mientras tanto, sigo corriendo y buscando, consciente de que pronto Andrew detendrá la cuenta atrás, y se dispondrá a buscar a cada uno de nosotros.

Pero minutos pasan, y todavia no he encontrado ningún lugar lo bastante seguro para pasar desapercibida.
Entonces, escucho las voces de Lena y Josh, seguidas de la de Andrew y sé que ya no hay más tiempo.

Mis ojos localizan el único lugar seguro donde sé que ni Andrew, ni tampoco Josh o Lena, se atreverían a buscar.

Agarro rápidamente el manillar de la gran puerta y la empujo, adentrándome en la gran habitación.
Mis ojos encuentran la puerta del armario de arce, y entonces sin pensarlo, me deslizo dentro, dejando una pequeña rendija de luz para orientarme.

Los pasos suenan detrás de la puerta, pero nada más.
Me quedo en silencio, tan sólo escuchando mi respiración.

Después de lo que parece una eternidad, la puerta se abre y veo las piernas de dos personas.
Unas más delicadas y enfundadas en unos elegantes zapatos de tacón rojo.
Otras más largas y gruesas, cubiertas por cara tela oscura y zapatos relucientes de cuero negro.

Entonces, mis ojos descienden y los veo enteramente.

Papa ríe mientras envuelve a mama por las caderas, apretándola a ella y susurrándole algo al oído.
Mama ríe y camina hacia la cama, sentándose en ella y quitándose aquellos molestos zapatos rojos que tan impetuosamente se fuerza a llevar, apesar de que siempre se queja del dolor que le provocan.
Papa se deshace el nudo de su corbata y se sienta junto a mama, besando su hombro y su cuello, acariciando su rodilla desnuda...

Mi corazón se sacude.

Nunca he visto a dos personas amarse tanto como ellos dos lo hacen.
Incluso cuando no están cerca el uno del otro.

Cierro mis ojos y aprieto la madera entre mis dedos.

Papa siempre me ha dicho que en algún lugar, hay alguien para mi.
Alguien que ha sido creado únicamente para amarme sobre todas las cosas. Alguien que me querrá tal y como soy. Alguien destinado a ser mi mitad, mi complemento en la vida.

Tal y como mi madre es para él.

Al principio, albergaba la esperanza de que eso realmente pudiera ocurrir.
Pero lamentablemente, la realidad machacó y quemó aquella baga esperanza.

Mis padres están preocupados.
Saben sobre mi marginación y el rechazo que causo ante los demás.
Por ello, aunque siempre me lo han querido ocultar, hablaron con tío Archie para que inscribiera a su hija Lena en el mismo colegio que yo.
Y así no estuviera tan sola y pudiera tener por lo menos alguien con quien hablar.

Papa y mama intentan hacerme feliz, intentan hacerme olvidar lo que los demás me hacen sentir.

Y lo consiguen.

Soy feliz junto a ellos, por que me aman por ser el resultado de su amor.
Pero una parte de mi queda vacía, por que sé que nadie nunca podrá comprenderme.

Papa también sufrió el rechazo que nuestros rasgos causan, pero él encontró a su complemento cuando era muy pequeño.
El siempre supo que alguien le amaba, que esperaba por él.