Capítulo 11

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Bajo rápidamente las escaleras y cuando llego a la puerta, miro por encima de mi hombro para asegurarme de que mis padres todavía siguen dormidos.
Finalmente, centro mi mirada en el manillar y lo envuelvo con mis dedos, girándolo hacia abajo.

Cuando finalmente la puerta se abre y el aire frío de la mañana golpea en mi rostro, me estremezco.
Cierro lentamente la puerta a mis espaldas y elevo mi mirada para ver la figura alta y gruesa del hombre de pie debajo de mi ventana.

¡Mierda! ¿Cómo no he caido antes?

Cualquiera puede verlo desde aquí.

No sería raro que mi padre reciba rumores sobre su visita infraganti.
Y aunque ya sabe sobre él, todavía no es un buen momento para que lo vea allí, de pie en nuestro jardín.

Mi padre lo mataría.

Rápidamente corro hacia él, mirando varias veces a mi alrededor.

-¡Akram!-Medio susurro medio grito.

Su rostro se mueve hacia el sonido de mi voz y frunce el ceño.

-Elek...-No termina su frase.

Lo tomo de la mano y lo dirigo lo más rápido que puedo hacia el cuarto de trastos viejos en la parte de atrás de mi casa.

Con la respiración agitada, lo empujo dentro y cierro la puerta a mis espaldas. Ambos caemos casualmente en el sillón orejero que papa retiró hace poco de nuestra casa, por lo tanto, todavía no esta repleto de suciedad y polvo, como el resto de las cosas aquí.

Cuando consigo reunir suficiente aliento, lo miro.

-¿Cómo se te ocurre presentarte así?
Todos sabrán de ti, Akram.
No quiero que mi padre...-Él acerca su rostro al mio, deteniéndome.

-¿Has aceptado? ¿Realmente lo has hecho?.-Sus ojos brillan.
Frunzo el ceño, preguntándome de qué habla, pero después sus dedos palpan tentativamente los mios y tocan el anillo de serpiente.

Mis mejillas se calientan al recordar las palabras de Seis y lo que se supone que ese anillo implica en nosotros.
Mierda, todavía somos demasiados jóvenes para casarnos, por más que me guste la idea de eso.
Pero tengo que pensar con lógica.
Tengo que conocerle más, saber en qué se ha convertido, quién es ahora. ¡Demonios! ¡Ayer hablamos por primera vez después de ocho años!
Además, ¿Cómo se lo diría a mis padres?

Tengo que intentar suavizar mi respuesta todo lo que pueda.

-¿No crées que es un poco apresurado?-Estrecho mis ojos.-Quiero decir, el matrimonio es una cosa importante y...-Él vuelve a interrumpirme.

-¿Matrimonio?-Sus ojos brillan.
Sus comisuras se elevan.

Intento acomodarme mejor en el sillón, pero él alcanza mi cadera y me empuja hacia su regazo, manteniendome tan cerca de él, que su olor masculino y salvaje se filtra por mis fosas nasales en cada inhalación.

Y pronto, por estúpido que parezca, me veo mareada por esa fragancia.
Borracha de toda ella.

¡Mierda! Eso podría ser perfectamente una droga de alto riesgo de adicción.

Ocasionalmente, apoyo mi palma izquierda sobre su antebrazo para estabilizarme y un escalofrío me recorre. Mis mejillas empiezan a ruborizarse al notar los músculos duros debajo de su ropa.

En mi mente recuerdo las palabras de Seis.

¿Tenemos que tener sexo?

Momentáneamente, mi cabeza recibe una muy detallada imagen de él sobre mi, besando con sus increíbles labios cada parte de mi.

ELEK (Maverick II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora