Capítulo 36

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Ruedo los ojos y hago una mueca.

-De verdad, Akram, no hace falta que me cojas como a una niña pequeña, puedo llegar sola.-Gruño exasperada.

Aprieto su antebrazo entre mis dedos para dar más fuerza a mis palabras.
Su boca choca contra la cima de mi cabeza y sus pasos resuenan en la habitación.

Hunde su nariz en mi melena oscura y da una gran inhalación.

-Te dije que te convertiría en mi niña mimada ¿Recuerdas?-Su comisura se eleva y besa mi oreja.-Tienes que tener constante reposo.-Me acerca más apretadamente a su pecho.

Inclino mi rostro y lo miro fijamente.

-Salí del hospital hace un mes ¿No te parece eso suficiente reposo?-Inquiero con un ceño fruncido.
Miro hacia el tocador a escasos metros.-Demonios, puedo llegar sola hasta allí, no hay tanta distancia.-Suspiro.

Él me coloca lentamente en la silla y niega.

-Hasta que yo no note que estás cien por cien bien, no voy a dejar que pongas un solo pie en el suelo.
Yo puedo desplazarte a donde quieras, no me supone ningún esfuerzo.

Mis labios se aprietan.

-Sabes que estoy bien. Y no es cuestión que estés paseándome en brazos por toda la casa.-Miro hacia mi pierna y a la ligera venda apretada en ella.
La escayola ya no está, para mi alivio.

-Además, se supone que debo trabajar en esa pierna.-Gruño y miro su gran figura. Sus brazos cruzados en su amplio pecho dando gran volumen a sus brazos. Sus piernas ligeramente separadas en la clásica posición de macho alfa.-Contigo no podré hacerlo, si ni siquiera me dejas acercarme sola a la cama.-Suspiro.

-¿No te gusta estar en mis brazos?

Hago un bufido.

-Sabes que no es eso. Me encanta.

Su comisura se eleva ligeramente, la satisfacción dibujada en su duro rostro.

-Entonces no hay más que hablar.
Si a los dos nos gusta, todo está bien.

Muevo mi rostro con frustración para mirar mi reflejo en el espejo.
Paso mis dedos por las ligeras marcas blanquecinas, notando su tacto.
Mis ojos ya se ven completamente normales. La hinchazón completamente desaparecida.

Agarro un poco de la crema antibiótica y empiezo a dar algunos retoques sobre las heridas.
Por el rabillo de mi ojo, algo se mueve.

Con el ceño fruncido, giro mi cabeza hacia Akram y mis comisuras se elevan.

Una pequeña criatura se arrastra por el suelo, pasando entre las piernas de Akram. El pequeño bebé en pañales gatea torpemente por el suelo, su diminuto rostro sonrojado elevado, sus grandes ojos hielo expectantes.

Inmediatamente una gran sonrisa se dibuja en mi rostro al ver a la reciente nueva alegría del matrimonio Pietre.

Mis padres siempre quisieron concebir más hijos.
Siempre quisieron ser una familia numerosa, pero a raíz de mi parto,  supieron que otro hijo sería seriamente un riego para la salud de mi madre.

Por eso, al ver a la pequeña cosa gateando por mi habitación, una calidez se forma en mi pecho al pensar que realmente han podido traer a ese niño al mundo sin consecuencias graves.

Cuando el bebé intenta pasar por debajo de la silla, lo atrapo rápidamente y lo elevo, colocándolo sobre mi regazo.
Aplasto mis labios sobre su mejilla carnosa y sonrrosada con adoración.

-Es precioso.-Susurro.

El bebé gira sus grandes ojos hielo hacia mi, mirándome de nuevo con esa intensidad sobrehumana.
Para nada normal en un bebé tan pequeño.

ELEK (Maverick II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora