Capítulo 21

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ELEK.

Me precipito por el pasillo y una vez que encuentro mi habitación, cierro la puerta y me recuesto sobre ella, llevándome las manos a la cabeza.
Bajo mi mirada y reviso de nuevo el número en la pantalla de mi teléfono.

No ha sido una imaginación mía, realmente era él.

Akram.

Mi interior tiembla inquieto al recordar sus sollozos, la vulnerabilidad en su voz.

¿Qué le ha pasado?

Él me estaba pidiendo ayuda.

Se oía realmente necesitado.

Aprieto los dientes, sintiendo en mi pecho el corazón palpitante.
Camino lentamente hacia adelante, despegando mi espalda de la puerta. Coloco mis manos en mis caderas y tomo una gran respiración, sin saber que hacer.

Había estado apunto de ignorar la llamada, sabiendo muy claramente a quien le pertenecía ese número. El resentimiento y la rabia que todavía albergaba en mi interior me habían hecho dudar si debía contestar o no.
Había disfrutado cuando el teléfono finalmente había dejado de sonar.
Lo había visto como una rebeldía por mi parte, un claro ejemplo para demostrarle que ya no me importaba, pero cuando el teléfono empezó a sonar de nuevo, una y otra vez, sabía que algo no estaba bien.

Al final, con dedos temblorosos, había dejado de jugar con mi lado masoquista y había finalmente cedido.

Nada me hubiera preparado para lo que había venido después de eso.
Me había mentalizado para no dejarme ablandar. Quería mostrarme seca, fría y arisca para que supiese que ya había pasado pagina. Pero antes de que malditamente pudiera haber llegado a poner en prueba mi actuación de chica fuerte, había notado unos bajos sonidos al otro lado de la linea. Cuando finalmente mi cerebro habia logrado hacer click y darme cuenta del significado de aquellos sonidos, mi voz se había desvanecido.

Pedía ayuda.

Cierro los ojos y aprieto mis manos en puños.

Una parte de mi estaba machacandome para que me moviera y fuera directo a él. Con el propósito de borrar el dolor en su melodiosa voz y darle la paz que tan desesperadamente estaba pidiendo a través del teléfono.

Pero mi otra parte, la rencorosa y vengativa, me tenía atrapada aquí, en estas cuatro paredes.

¿Qué pensarían mis padres?

¿Ellos, que habían sacrificado todo por culpa de Akram?

Me debía a ellos y a la criatura que pronto sería un nuevo integrante en nuestra familia.
No debería correr a los brazos del lobo. No debería malditamente sentirme de esta forma por no ir corriendo a sus brazos.

Debería de sentir placer o satisfacción con el hecho de que él lo estaba pasando mal. Un punto a nuestro favor. Una debilidad en el enemigo.

Pero el problema era que yo nunca había sido ese tipo de persona que se alegraba por el mal ajeno, todo lo contrario. Me caracterizaba por mi lado vengativo, era una chica rencorosa, pero haber sido consciente de aquella llamada había hecho pedazos todos los muros que habia construido.

Mierda, él seguía importándome.

Y me daba tanta rabia por mi familia.

No podía ponerles en peligro, después de todos los sacrificios que habían hecho por mi, no podía traicionarles en el último segundo.

Cuando estoy apunto de hacer de tripas corazón y olvidar lo que sea que hubiera acontecido hace unos minutos, un golpe duro se escucha en mi ventana y me sobresalto.

ELEK (Maverick II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora