Capítulo 33

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-¡Akram!

Aprieto la mandíbula, exasperado.

-Dejame solo, Seis. No me interesa cualquier cosa que pueda estar sucediendo con ese niño ahora mismo. Quiero pensar en mi chica con tranquilidad, sin distracciones.

Ruedo mis ojos.

-Y por amor de Dios ¿Serías capaz de llamar a la puerta en vez de entrar de esa manera? Los lazos que nos unen no tienen por que cambiar tu respeto hacia mi. Sigo siendo tu rey.

Escucho sus pasos adentrándose.
No me hace falta ver para saber que sus ojos están tratando de encontrarme en la oscuridad que envuelve cada esquina de la habitación.

Todo se encuentra tan oscuro como el estado permanente en el que se encuentra mi alma. El silencio cargado con mi tensión hace que la habitación se torne pesada. Su respiración agitada es lo único que rompe el silencio en mi pequeño mundo de miseria.

-Seis, largate. Necesito estar solo.
Ahora mismo.-Mi voz sale baja, pero poderosa y dictadora.

-¡Pero Akram! Tengo que...-Doy un golpe con mi puño, harto de que no me dejen disfrutar de mi soledad.
Es imposible concentrarme en Elek con ellos rodeándome constantemente.

No entienden que encerrarme aquí, a oscuras y en silencio, rodeado del olor y las cosas de Elek es todo lo que me mantiene cuerdo.
En cierta forma, estar tan cerca de sus pertenencias me hace sentirla de algun modo como si ella estuviera aquí. Con su olor característico llenando constantemente mis fosas nasales y tranquilizándome, llevándome a un mundo de calma que solo ella es capaz de darme.
Las paredes de su habitación, decoradas por ella, me rodean como un escudo protector, dándome consuelo.

No solo se trata de hundirme en la desesperación, aunque también lo es en parte. Pero prácticamente esto es lo único que me mantiene con la cabeza sobre los hombros.

Cerrar los ojos y recordar nuestros momentos juntos o su voz hablándome al oído me impiden cometer alguna locura.

Me impiden atentar contra mi mismo por lo muy jodidamente estúpido que me siento por no poder hacer algo.

¿Por qué tienen que romper mi fantasía sobre Elek?

¿Cómo pueden ser capaces de romper mi pequeño mundo feliz, donde ella todavía sigue conmigo?

¿Con qué derecho se sienten para hacerlo?

Aprieto los dientes y formo las manos en puños, tratando de controlar mi respiración.

No me gusta levantarle la voz a Seis ni hacerla sentir mal. No es solo por el reciente descubrimiento de que ella y yo tenemos algún parentesco sanguíneo. Si soy sincero, una parte de mi, muy profunda, no sé siente del todo sorprendido por aquella revelación.

Es solo una afirmación de algo que desde siempre he creído.

No soy una persona dada a encariñarse de la gente.
De hecho, nunca he sido cariñoso.
Soy quien la vida me ha hecho ser.

Mi infancia no ha sido hermosa, ni digna de recordar con melancolía.
Ha sido un infierno, lleno de escasez de todas las cosas que en general se dan por sentado que debería de haber tenido. Amor, amistades, un hogar y un lugar donde encajar...

Nada de eso.

¿Una madre loca capaz de tirarme a la jodida basura como si solo fuera un puñetero error de la naturaleza?

Hecho.

¿Noches heladas y veranos asfixiantes en los bajos suburbios donde me tocó vivir como un niño pobre y huérfano?

ELEK (Maverick II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora