Capítulo 32

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AKRAM

-Está muerto.-La voz fría y distante de Maverick llega a mis oídos.

Mis ojos se mueven completamente frenéticos. Mi pulsación a mil.

-¿Seis?

Ella hace un sonido bajo.

-Elek ya no está aquí.

-¡¡JODER!!-Aprieto mis dientes con fuerza y golpeo con mi puño la pared a mi derecha.

La única oportunidad que teníamos desperdiciada.

Sintiéndome vacío, con una extraña sensación de ansiedad en mi pecho, trato de salir afuera como una bala.
Cuando el aire golpea mi rostro, grito con fuerza, lleno de impotencia.

Grito de nuevo, tratando de tranquilizar todo lo que siento en mi interior, pero me es imposible.
La adrenalina llena mi sistema.

Solo hay una persona que puede calmar a la bestia.

Mi Blizkiy.

Mi Elek.

Mis ojos arden y, con un gruñido, paso mis nudillos lastimados sobre mis párpados, frotándolos para despejar las lágrimas.

Tengo que ser fuerte por ella.

Ella me necesita más que nunca.

Cierro los ojos y hago un último intento por calmarme.
Respiro hondo e imagino su rostro.
Pienso en sus ojos mirándome.
Recuerdo sus caricias sobre mi piel pálida e inmediatamente mi cuerpo se estremece como si de verdad ella pudiera estar acariciándome.

La bestia dentro de mi tiembla.

Abro los ojos de golpe y miro la oscuridad que siempre me acompaña.
Aprieto en mis dedos la AK-47, afianzándola en mis manos y midiendo su peso como si fuera una parte existencial de mi.

Mi rostro se oscurece.

No habrá una segunda vez.

No volveré a quedar con las manos vacías.

Giro sobre mis pies, entrando de nuevo a la casa.

-No voy a perderte, Blizkiy.-Sentencio, imaginando que mis ojos la miran fijamente.-Nadie jamás podrá apartarme de tu lado.-Gruño.

Aprieto mi mandíbula.

-Si hace falta atravesar el jodido infierno para encontrarte, que así sea.

***

-¿Qué ha pasado? ¿Y Elek?.-La señora Pietre se abalanza sobre nosotros como una fiera.-¡¿Dónde está mi hija!?

Apretando los dientes, ignoro a todas las personas que están allí congregadas, como testigos de nuestro inminente fracaso.

Es así como me siento.

Como un gran y jodido fracasado.

No me quedo para escuchar la explicación de Maverick a su mujer.
Camino todo el camino de memoria hacia el único lugar que puede calmarme.

Con pasos rápidos atravieso el gran pasillo y entro en la única parte de la casa que se siente como mi hogar.
El único sitio donde siento que puedo respirar tranquilo.

Cierro la puerta a mis espaldas y me apoyo en ella, sintiendo como mis rodillas tiemblan incontrolablemente.
Cediendo, me deslizo lentamente hasta tocar el suelo.
Rodeo mis rodillas con mis brazos y apoyo mi cabeza en ellos.

Mi respiración es lo único que se oye en la habitación.
Aprieto mis dientes con fuerza, tratando de retener los sollozos.

No quiero que nadie escuche mi infierno personal.

ELEK (Maverick II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora