Capítulo 37

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Maratón 2/3

Narra Luna
Estaba nerviosa, quería ver a Nina a toda costa pero me faltaba algo; avisarle a Matteo. Lo llamé como cincuenta veces y no me atendió, ¿qué le pasará al chico fresa?

Cuando me di vuelta vi entrar a Simón de la mano con Ámbar, ¿eran novios y no me contó?

L:¿Desde cuando salen ustedes?
A:Desde nunca -dijo Ámbar nerviosa soltándose del agarre de Simón.
S:Mentira, desde que me quedé en la mansión somos novios -desmintió mi mejor amigo.
L:¿Por qué no me contaste?
S:No tuve tiempo porque luego pasó lo de Nina. Bueno, hablando de ella... ¿hay novedades?
L:¡Sí las hay! Parece que en cualquier momento puede reaccionar -dije casi gritando.
S:¿Neta?
L:¡Sí, Simón. Es neta!

Ambos nos abrazamos y pude ver como Ámbar miraba hacia otro lado.

En fin, luego de abrazarnos vi entrar a Matteo y corrí a darle la noticia sobre Nina. Él se quedó boquiabierto, así que lo abracé lo más fuerte que pude.

L:Nina va a volver -le susurré al oído y me separé de él.

Narra Matteo
Nina, Nina iba a volver conmigo, no lo podía creer.
En eso, me llama el doctor Gutiérrez.

Dr:La paciente Simonetti, despertó.
M:¿Puedo entrar?
Dr:¡Por supuesto!

Allí estaba Nina, con su carita de muñeca divina. Apenas me vio, una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

N:Matteo ¿sos vos? -dijo con un hilo de voz.
M:Sí, mi amor, soy yo. Tu novio, Matteo.

Ella me acercó con sus pocas fuerzas hacia ella, juntó nuestras frentes y empezó a llorar quizá por alegría o por tristeza por saber que estuvo en coma y sufrió muchas heridas graves.

N:Sacame de acá, por favor.
M:No puedo hasta que me lo ordenen, en serio perdón.

Ella se desmoronó, empezó a llorar desconsoladamente y con suerte golpeaba la camilla. Odiaba verla así.

M:Cuando salgas nos vamos por ahí -le dije para que se calmara.
N:¡¿Y cuándo pretendés que voy a salir de este lugar espantoso?! ¡¿Sabés el sufrimiento que pasé y que estoy pasando?! NO porque a vos no te pasó -me gritó y yo me acerqué a abrazarla. Sabía que no estaba bien-. Soltame, por favor -dijo pero luego se cubrió la cara con sus manos y apoyé su cabeza en mi pecho.

Pasó a contarles: ella sufrió maltrato -de todo tipo- y abusos violentos que le causaron ciertos traumas. Los médicos, según sus teorías por las heridas, dicen que fue esclavizada.

Les di la noticia a todos, estos entraron uno por uno. Yo me fui a sentar en una banqueta que había por ahí sólo lloré y lloré, pero había alguien que no entró a la sala donde estaba Nina: Simón. Se sentó al lado mío y puso su brazo sobre mi espalda, en señal de apoyo.

S:¿Qué te sucede, bro? -dijo con TOTAL confianza.
M:Nada, a Nina no le tenía por qué pasar esto. Ella no hizo ningún daño, ¿por qué rayos le pasan cosas malas a las personas buenas? -grité y a la vez lloraba.
S:Hey, la vida da golpes duros. Ésos golpes nos ayudan a crecer y a madurar en cierta forma, mira el lado positivo ¡Nina está viva, wey!

Simón tenía razón. En vez de preocuparme tanto por el pasado, debía disfrutar el presente y la vida. Yo simplemente tengo 18 años, soy muy chico en verdad.

M:Tienes razón. Gracias, Simón.
S:Por nada, Matteo.
M:Ambos haríamos un súper Team, ¿quieres ser mi amigo?
S:¡Pues claro! -hicimos un saludo de puños y me fui afuera.

Mundos Confundidos-Nitteo-Simbar-Luston // EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora