El retorno de los Targaryen

14. Familia

Aegon:

Luego de encarcelar a los antiguos amos, Daenerys pidió que se derribe la figura de la Arpía de la pirámide central, y en su lugar, flameó la bandera con el estandarte Targaryen. Se cerraron los fosos de lucha y se quemaron todos los collares de cuero de los antiguos esclavos, todo parecía salir según lo planeado, vencimos a la esclavitud en la ciudad más poderosa, pudimos darle la libertad a mas de cien mil personas, habíamos logrado todo lo que nos propusimos.

Siguiendo el consejo de Melissandre, nos asentamos en Meereen, Dany era una excelente monarca, todos los días luego del almuerzo, recibía a sus súbditos, los escuchaba y en caso de que le plantearan un problema, siempre encontraba una solución. Era embriagador verla reinar. Luego por las tardes salía a recorrer las calles, tomaba nota de lo que habría que mejorar y de lo que debía seguir igual, a decir verdad, me atemorizaba no estar a su altura, pero pondría todo mi esfuerzo para lograrlo.

Habíamos fijado la fecha de nuestra boda para dentro de dos meses, lamentaba que nuestra familia no pudiera estar presente, pero cuando volvamos a Westeros tendríamos una ceremonia frente al Arciano de Winterfell.  Tyrion y Missandei serían los encargados de la organización, ya que Dany estaba muy ocupada, y yo no era muy hábil para esas cuestiones.

Si bien aún no estábamos casados, aquí compartíamos recámara, pasaba todas las noches junto a mi amada, tal como lo había querido desde que tengo memoria, y aunque estuviera agotada por sus tareas reales, siempre se tomaba el tiempo para estar a mi lado, para darme el amor que siempre anhelé, para ser una familia.

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Daenerys:

Mi padre Eddard tenía razón, el decía que todas las noches se acostaba con miedo, puesto que ser un lord de Winterfell era como tener cientos de hijos a quienes cuidar, en mi caso, el reinar estaba produciendo el mismo efecto en mí, no quería decepcionar a nadie. Mi único momento de paz era cuando Aegon me abrazaba en nuestro lecho y me prometía que todo iba a estar bien.  Se que el no puede controlar todo, pero el escuchar esas palabras me daban una sensación de tranquilidad momentánea.

Pasaban las semana y nuestra boda se acercaba, pero también aumentaban los problemas, habíamos encontrado a unos diez inmaculados asesinados en prostíbulos, todos degollados. No entendíamos que hacían allí y tampoco los juzgaríamos, pero lo más importante era que nuestro asesino no había dejado rastros. Por lo cual, decidimos posponer unas semanas la ceremonia.

Aegon me contaba lo que Sansa nos escribía, en Winterfell anda todo bien, Arya seguía practicando con sus armas, y los pequeños crecían cada vez mas. Me hubiera encantado estar allí para ellos, verlos crecer y ser parte de sus vidas, pero el destino nos propuso otro camino por un bien mayor.

  .................................................................................................................................................................................... Aegon:

Habíamos descubierto quienes andaban tras los crímenes de los inmaculados, se trataba de un grupo de personas que no estaban felices con los cambios, se hacían llamar "Los hijos de la Arpía" , llevaban unas máscaras de oro con la figura típica de la Arpía de Meereen. No odíamos controlarlos ni apresarlos, cada vez que tratamos de capturarlos, se salian con algún truco. Era un tema sumamente preocupante, lo cual requería numerosas reuniones del consejo.

_Creo que hay que darle una distracción al pueblo_ mencionó Tyrion

_¿A qué te refieres?-preguntó Dany