25. La locura Targaryen

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Daenerys:

Un cuervo había llegado esta mañana, y no podía creer lo que mis ojos leían, caminates blancos!! Siempre pensé que solo eran cuentos de la vieja Tata, pero a medida que pasan los años, sus historias se van haciendo realidad, algunas felices como en el caso de nuestros dragones, y otras realmente espeluznantes.

Iba tomando sentido todo, en especial la profesía de Melisandre e Irina, el motivo por el cual tenemos que tener muchos hijos, cada dragón debería tener un jinete para la gran contienda contra los otros. El reclamo del trono pasaba a ser un tema menor, ya que si los caminantes blancos pasaban por el muro, no tendríamos reino cual reinar. 

Debía ser fuerte por mis hijos, por mi familia y legado, no era momento para temer ni dudar por lo cual inmediatamente después de recomponerme de la sorpresa, mandé a llamar a  Tyrion. Le conté sobre las noticias del muro, y no daba crédito de lo que le decía, le parecía algo imposible de imaginar, y si bien el conocía las mismas historias que yo, resultaba más escéptico. 

_Entiendo lo que me dice, pero no cree que tal vez ese mensaje fue escrito bajo las influencias de cierta bebida?

_ ¿Estás insinuando que mi esposo, tu rey, es un borracho?, sabes que Aegon no se caracteriza por ello, no suele pasar  sus límites en cuanto a la bebida_ contesté muy furiosa, ¿cómo osa pensar eso de mi esposo?

_ No alteza, es solo que lo que me relata parece salido de un cuento usado para aterrorizar a los niños.

_ ¿Y el concepto de los dragones no era lo mismo hasta hace un par de años? ¿Por qué le cuesta creer que en un mundo donde tenemos más de una docena de dragones no pueden haber más criaturas sobrenaturales?

_Tiene razón alteza, no lo vi de esa manera, recuerde que soy un ser que se rige por lo que ve, sepa disculparme_ dijo Tyrion entre apenado y asustado de mi reacción.

_Sus disculpas son aceptadas, ahora, debemos reunir al consejo para ver cpomo actuar.

Tyrion  asintió con la cabeza y salió de mi recámara para planear el encuentro con el consejo, si a él le costó creerme, a los demás les parecería una total locura. 

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_ Les he pedido reunirnos para contarles una cuestión bastante preocupante, y dificil de creer. Les pido que se mantengan abiertos y recuerden que hasta hace unos años, hablar de dragones era contar fábulas e historias del pasado_ dije recorriendo la sala de guerra... sería muy complicado de contar y esperar que me crean inmediatamente, parecería que los genes Targaryen hicieron estragon en Aegon y en mí, pensarían que la famosa locura de nuestra familia se apoderó de nuestras mentes.

_Alteza, puede estar segura de que confiaremos en su criterio y palabra_ Mencionó Jorah casi con una reverncia en su voz, el aún no sabía de la muerte de su padre.

Procedí a contarles lo mismo que leí hacía unas horas, esta vez con mayor seguridad en mis palabras, y dejando de lado el asombro inicial. Nadie habló ni se movió... todos quedaron pasmados, y en mi cabeza pasaban decenas de futuros posibles.. gente que nos quita su apoyo por locos, gente que nos encierra, nos entregan a Cercei, o lo peor, nos dejan solos y a la merced de los espectros.

_Les pido que digan algo, no importa qué.

El silencio seguía en la sala.

_ Alteza, entiendo lo que nos dice, pero parece un poco descabellado, por qué recién después de tantos años, los caminantes blancos resurgirían y querrían atravezar el muro?_ preguntó Gendry.

_No tengo una respuesta, pero mi intuición me dice que tiene que ver con el resurgimiento de la magia, la aparición de los dragones, y quien sabe que otra criatura más.
_Le pregunto, y espero que me responda con su mente y no con su corazón, ¿realmente cree que los relatos de su esposo son verídicos?_ preguntó una calma Lady Olenna Tyrell.

El retorno de los TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora