35. La batalla de Sansa

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La fría brisa de Darry soplaba con fuerza, arrastrando consigo las promesas de venganza y justicia.

Pocos días luego de la partida de Daenerys al Norte, el campamento de la tropa vencedora de la batalla contra los Lannister estaba lleno de actividad. Las banderas de los Targaryen ondeaban con orgullo, acompañadas por los estandartes de los Stark, Arryn, y algunas casas norteñas, incluso por lo bajo, se observaban algunos soldados Lannister que luego de la derrota se habían unido a la causa de los reyes dragones.

Sansa Stark estaba en el centro de todo, con el rostro imperturbable y los ojos llenos de determinación, nunca se había imaginado estar en ese lugar, ni en ese rol, pero los designios de la vida eran sorprendentes.

Había sido una dura victoria contra los Lannister, pero ahora, con sus fuerzas combinadas, ella sabía que el verdadero desafío estaba por comenzar: recuperar Winterfell y, con ello, la libertad de su hermano menor, Rickon. Había ideado un plan, ella no se consideraba una estratega natural, pero era paciente y le gustaba observar todo, tenía la filosofía de que una persona no solo aprendía de los buenos maestros, sino que también de los malos. De primera mano había escuchado a muchos maestros en su vida, y si bien siempre le remarcaron que era lenta para aprender, ella aprendía e interiorizaba cada concepto como si fuera marcado a fuego. Si bien su hermano y Daenerys aún estaban en el muro, ella no podía permitir que el tiempo se desperdiciara, sabía lo que tenía que hacer y estaba dispuesta a liderar la carga.

Reunió un pequeño consejo y les explicó cuál era su plan, que básicamente consistía en enviarle una carta a Ramsey convocándolo a una batalla por el dominio de Winterfell. Usaría de excusa que también el vencedor se quedaría con la potestad de Rickon, y del hijo que habían concebido, hijo que hasta ese momento Ramsey desconocía su existencia. En su plan, Sansa expresó que estaría fuera de la batalla, en un lugar más apartado, y liderando teniendo un panorama más completo del campo, técnica que de cierta manera funcionó contra los Lannister. El consejo estuvo de acuerdo, en parte porque se encontraban empoderados luego de la última batalla, y en parte por su odio a los Bolton.

Esa misma tarde, un emisario Inmaculado partió a Winterfell y entregó el mensaje a Ramsey, y como era de esperarse, él no pudo negar la propuesta, su sadismo y egocentrismo le indicaban que Sansa no podía ganar una batalla, ni siquiera con un ejército de inmaculados a su lado. Ramsey de seguro sabía que Aegon y Daenerys estaban más al norte, y no creería que Sansa tenga la osadía de usar un ejército que no fuera suyo. La batalla se desarrollaría en una semana, ese fue el tiempo que fijó el actual regente de Winterfell para prepararse. Un tiempo bastante corto teniendo en cuenta que el emisario de Sansa tardaría al menos 3 días en regresar al campamento, pero ella contaba con eso.

Mientras sus tropas se preparaban para la batalla, Se movía con precisión entre las tiendas, dando indicaciones a los dothraki e inmaculados. Sus palabras eran firmes, sus decisiones rápidas y calculadas. La estrategia era clara: primero, asegurarse de que sus tropas mantuvieran la formación y luego atacar con fuerza total para liberar Winterfell de las garras de Ramsay Bolton.

Llegado el día de la batalla, a medida que el sol se alzaba en el horizonte, Sansa se encontraba en una colina con Petyr Baelish. Desde allí, podía observar el campo de batalla y los movimientos de sus tropas. Los Dothraki estaban listos para su carga y los Inmaculados esperaban su señal.

Ramsey se acercó a ella montando en su corcel, seguido de su séquito, Rickon estaba apenas detrás de él, con una cara carente de expresión. Sansa lo mira, y le da una sonrisa para transmitirle cariño a su pequeño hermano, pero él no le devuelve ni una mísera sonrisa.

Sansa (dirigiéndose a Ramsey): _ Me alegra que hayas aceptado mi invitación.

Ramsey (sonriendo de manera cruel): ¿pensaste que te dejaría quitarme lo que es mío sin luchar? Aunque te reconozco, has sido una sorpresa. No pensé que tuvieras el coraje de enfrentarte a mí.

El retorno de los TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora