7.Segundas oportunidades

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Daenerys:

Ya haían pasado varias semanas desde mi unión con Drogo, al principio me asustaba, ni hablábamos el mismo idioma, incluso nuestra boda no fue muy agraciada, por lo menos así lo pensaba en ese entoncés. Lo recuerdo como si fuese ayer, algunos hombres montaban  a las mujeres como si fueran yeguas, otros peleaban a muerte por estas últimas, de hecho pude contar al menos 7 muertos (Decían que si en una boda Dothraki no habían por lo menos 4 muertes no era digna de tal). Allí conocí a Jorah Mormont, el había huído de su hogar, mi padre adoptivo lo había sentenciado a muerte por traficar esclavos, y para cambiar su destino huyó con su esposa. El pidió mi indultó y ofreció su espada a mi servicio, todos merecen una segunda oportunidad así que lo perdoné. Ese día también me rencontré con Gendry, estaba muy delgado y no parecía el mismo, salvo por sus ojos, los podría reconocer en cualquier lado. Supe que no lo podría tener a mi lado, mi esposo lo mataría por celos, pero le encomendé una misión muy importante; Debería encontrar a Aegon y advertirle de Viserys, yo haría mi parte desde aquí.

  Irri y Jhiqui me trajeron al presente cuando entraron a mi carpa, traían agua caliente para prepararme el baño, ellas eran las doncellas que Drogo me había regalado en nuestra boda, cada una me enseñó a ser una Dothraki de diferentes maneras. Me ayudaron a entrar a la bañera y comenzaron a tallar mi cuerpo con algunas escencias dulces, no podía definir su aroma, pero eran muy agradables.  Salí del baño y me ayudaron a vestirme, hoy no me había levantado muy bien, me sentía débil, pero era probable que tanta carne de caballo esté afectando a mi cuerpo. De pronto esas náuseas que había tenido por la mañana volvieron a mi, pero esta vez no pude contenerlas, Irri levantó mi cabello para que no lo ensuciara, y luego deslizó su mano hacia mi vientre.
_Khaleesi, hace ya dos lunas que no llega su flor roja. Creo que puede estar esperando un pequeño Khal_ dijo Irri.

Traté de hacer memoria y era verdad, desde mi boda que no tengo la flor, una sensación de alegría se apoderó de mi, tendría a un pequeño de ojos violetas. Entonces recordé que el bebé que tenía en mi vientre no era de Aegon, era de Drogo, y si bien estaba comenzando a tomarle cariño y el me trataba mejor de lo que esperaba, no era el amor de mi vida. Decidí que a mi hijo lo amaría sin importar quien sea su padre, era un regalo de los dioses.

Esa noche, cuando me encontré con mi esposo en nuestro lecho, le conté que esperaba a nuestro primer hijo,aunque no tenía el mejor acento del mundo ,había aprendido a hablar su lengua muy rápido. El me tomó de la cintura y me hizo girar, su felicidad desbordaba de sus ojos, comenzó a besar cada parte de mi cuerpo, eso no era típico de un Khal ni de un Dothraki normal, pero el se había enamorado locamente de mi y hacía hasta lo impensado para hacerme feliz. Esa noche fui feliz como cuando era una niña en Winterfell, esa noche fue auténtica, tenía un esposo que me amaba y el fruto de su amor en mi vientre, debía darme una segunda oportunidad en el amor.Tendríamos que partir pronto, nuestro viaje a Vaes Dothrak  estaba tardando mas de lo debido, pero con esta buena noticia en puerta tendríamos otro motivo para llegar.

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Aegon:

Ya me estaba acostumbrando al clima de las Islas de Verano, mi piel estaba ligeramente bronceada y cada vez me cansaba menos el calor. Entrenaba todas las mañanas junto a Aurane, por las tardes me dividía entre aprender a hablar en Valyrio con Everard, y en aprender sobre navegación y comercio con Melcart, pero Melisandre decía que me faltaba mucho aún, había partido hace unos días para buscar a alguien que me entrene en cuestiones de política.

Phantom y Ghost estaban creciendo más rápido de lo que esperaba, y cada día eran más unidos, cazaban y comían juntos a su presa, yo temía que algún día uno ataque al otro, pero parecía que aquello no iba a pasar nunca. 

El retorno de los TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora