Daenerys:
Los días pasaban sin mi amado, el estúpido de Joffrey no paraba de lanzarme miradas lascivas y hacer comentarios hirientes sobre la muerte de Jon _ ¡ Era un bastardo, no merecía vivir!, ¡Murió porque sabía que nadie lo querría como esposo!, _¡No era lo suficientemente valiente como para vivir! _ eran algunas de las frases de Joffrey. Cada vez que abría su boca para hablar, moría de ganas de matarlo, no podía entender como Sansa estaba enamorada de semejante bestia.
Ya había pasado un mes,en una semana Ned tenia que partir a Desembarco del Rey, Robert quería que fuese su mano, pero para nuestro pesar nos llevaría a Sansa, a Arya, y a mi, los muchachos podrían quedarse en Winterfell.
Estaba preparado mi equipaje, lo primero que puse fue el arco que Jon me había regalado, no había dejado de practicar nunca, quería que el este orgulloso de mi. Escogí la ropa de cama que llevaría conmigo, la más liviana puesto que el clima de Desembarco del Rey era mucho más caluroso que el de aquí, encontré el salto de cama que me había puesto una de las últimas noches que pasé con el, pero lo sentía más pesado de lo que lo recordaba, era de una fina seda color durazno, tenía bordados y encajes en las terminaciones y dos pequeños bolsillos, de allí era que venía el peso, introduje mi mano y encontré un guardapelo, era hermoso y simple, de color plata con forma de rosa, lo abrí y encontré un rizo de color oscuro, casi negro, lo reconocía a la perfección, y abajo del mismo había una nota diminuta: Recuerdame. Jon
Inmediatamente comencé a llorar, Jon me había dejado un regalo, el regalo que necesitaba para no sentirme sola, ambos habíamos pensado en el otro, yo le había puesto el collar del Huargo, y el me dejó una parte de sí.
Emprendimos el viaje a nuestro nuevo hogar, tardamos casi tres meses porque el Rey Robert paraba constantemente para cazar o entrar a algún burdel, mientras que la Reina Cercei también nos obligaba a parar para estirar las piernas. Entramos a la ciudad por la Puerta del Dragón, fuimos pasando por las diferentes calles, de las mas pobres a las mas ricas de la ciudad, hasta llegar a la Colina Alta de Aegon, allí estaba la Fortaleza Roja, nuestro nuevo hogar.
Llegamos y nos mostraron nuestros aposentos, cada una tenia un cuarto individual. El mio era el más apartado de todos, estaba casi al final de nuestra ala, y me pregunté porque sería, era de los más grandes, una Targaryen no lo merecería, y allí comprendí todo. Joffrey.
Sabía que me tendría que cuidar, que el intentaría hacerme suya, quería que fuera su puta. Me las arreglé para conseguir una daga que llevaría conmigo todo el tiempo. Esa noche no pasó nada, pero cada vez que nos veíamos en la cena me miraba fijamente, eso me daba escalofríos, les rogaba a Arya y a Sansa que no me dejen sola.
Una noche, estábamos con Sansa y nuestra Septa durante la cena, se nos acerca una moza con una bandeja con tres copas, _el príncipe Joffrey les manda una copa de vino a cada una_nos dijo. No quería tomar ese vino, no quería aceptar nada de Joffrey, pero la septa nos dijo que sería descortés no aceptarlo. La muchacha nos otorgó una copa a cada una y se retiró, el Príncipe nos observaba desde la mesa principal y alzó su copa y nos dio una sonrisa de costado, Sansa se sonrojó y le devolvió el gesto, pero yo no lo haría, no le agradecería nada. Tomamos el vino y al poco tiempo comencé a sentirme mal, nunca me había pasado, en Winterfell había tomado muchas mas copas y no me había embriagado ni nada por el estilo, le pedí a Sansa que me acompañe a mi habitación pero no quería, estaba muy entretenida coqueteando con Joffrey. Con mucha dificultad me levanté y emprendí el camino a mi recámara. Los pasillos del castillo estaban vacíos y lúgubres, nunca en toda mi estadía allí los había visto de esta manera,cada paso que daba me costaba mas que el otro, todo me daba vueltas, tuve que apoyar mi frente en los fríos muros de la fortaleza para tratar de estabilizarme, pero sentí un calor en mi espalda, alguien corrió mi cabello y comenzó a mordisquear el lóbulo de mi oreja, traté de salirme de esa presión pero mis piernas me fallaron, me dió vuelta poniéndome frente a él, era Joffrey. _¿Acaso te ha caído mal el vino del sueño dragoncita?, debes moderarte, no me gusta coger con ebrias ni muertas, pero esta vez haré una excepción_ bruscamente levantó mi falda y comenzó a separar mis piernas, trataba de zafarme pero el vino cada vez me incapacitaba mas, al no poder evitarlo comencé a llorar, dejé caer mis brazos y Joffrey rompió la tela mi escote para tocar mis senos._ ¡Se lo suplico su alteza!_ dije entre sollozos. El no se detenía, se desató su pantalón para sacar su miembro y volvió a ponerme de espaldas a el , mi cuerpo temblaba de miedo e impotencia,¡Maldito Joffrey!. Justo cuando iba a introducir su sexo dentro del mio llega Ned
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El retorno de los Targaryen
FanficEste es un #Jonerys fanfic. Cuenta la historia de como habría sido todo si Jon se hubiera criado con Daenerys en Winterfell y hubiera descubierto la verdad sobre su origen, la verdad sobre sus padres.