26. La marca de la libertad

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Margaery:

El juicio de mi hermano sería mañana, junto con el de Cercei, y a decir verdad había cierta calma en el ambiente que no era común para eventos relacionadas con la reina madre.  El mundo estaba quieto cuando todo debía estar agitado, algo en mis huesos me indicaba que este juicio no saldría tal como lo pensé, todo sería para peor, pero a la vez, nada me indicaba eso; el septón estaba muy seguro y nunca antes había tenido tanta autoridad y poder como en este momento, todos creían mi actuación, era Margery la bondadosa y devota reina de Poniente. 

Tommen estaba dividido, por un lado su fe en los siete era totalmente ciega, el creía todo lo que el septon supremo le decía, y lo aceptaba sin cuestionar absolutamente nada; pero otra parte, su parte más conectada con la niñez, le decía que la vida de su madre estaba en peligro. 

Cercei era un león enjaulado, luego de la expiación se había recluído en su torre a "esperar" el juicio, pero las largas tardes de instrucción y té con mi abuela me habían enseñado que una mujer como mi suegra no se sentaba a esperar a su destino, lo tomaba en sus propias manos sin que nadie se de cuenta. Y ese conocimiento era lo que no me dejaba tranquila.

La noche tan bella como nunca pasó demasiado rápido para mi gusto, pero me sentía agradecida, ya que luego del juicio mi horrible y poco fundamentado presentimiento se iría y podría seguir jugando el juego de tronos.  Por la mañana tomé mi desayuno con Tommen, y fui al septo de Baelor para poder estar con mi hermano un poco más de tiempo, no sabía cómo resultaría su sentencia, y quería aprovecharlo todo el tiempo que pueda, mi esposo se uniría junto a su madre llegada la hora.

Las horas pasaron y el momento del juicio se acercaba, pero no había ni vistas de Cercei ni de Tommen, esto alimentaba mis sospechas, me impacientaba más y más a medida que el tiempo corría despiadadmente. Fue muy poco antes de que comience el juicio que mi cerebro pudo hilar todas las ideas que me atormentaban, Cercei aceptó el juicio porque nunca fue su plan presentarse, y si ni ella ni Tommen se encontraban en el recinto, era porque algo malo sucedería, debíamos salir.

Me acerqué al septon supremo, y no me hizo caso, estaba enceguecido por su fe, sostenía que si Cercei no asistía a su juicio sería castigada por la fe de los siete, me trató de loca y paranóica. Casi pierdo mi fachada, sabía que si demostraba mi desesperación nadie saldría del septo. Me acerqué a mi padre y le planteé mi inquietud, pero él era un títere, nunca tuvo pensamiento propio ni crítico, me acerqué a mi hermano y le comenté lo mismo, pero aunque Loras tenía todo lo que le faltaba a mi padre, tenía más miedo a la fe de los siete que a la muerte misma. Me encontré sola en medio de una multitud que no hacía caso de mi advertencia, sabía que debía salir de ahí a como dé lugar, por lo cual le di una mirada de despedida a mi padre y hermano, y me escabullí entre la multitud para salir del septo, sabía que algo pasaría pero no qué, cuándo ni cómo.  Recorrí a toda prisa las calles desiertas, hice el mismo recorrido que realizó Cercei en su caminata de expiación, y unos momentos después, ya alejada pero no lo suficiente, escucho un estruendo ensordecedor, y un resplandor verde que se expandía. Comencé a correr tratando de que no me alcancen las llamas, pero era muy dificil, caían  chispas y trozos de las construcciones, telas, y fuego verde del cielo.   Mi cuerpo no aguantaba más no veía la manera de salir de ahí y fue en el preciso momento en el que pensé en rendirme, cuando un caballero tomó mi mano y me ayudó a subir a su caballo, no lo dudé ni un segundo ya que había algo en el que me inspiraba confianza, era eso o yo simplemente me había vuelto loca. Estabamos llegando al puerto entre chispas, explociones, fuego y locura,  cuando de pronto cayó desde el cielo una pequeña bola de fuego que impactó al lado de mi oído. Se sentía como aceite hirviendo, mi piel se derretía y el dolor era agonizante, solo recuerdo caer del caballo y tocar la fria arena, luego todo se volvió negro.

El retorno de los TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora