El retorno de los Targaryen

1. Amor joven

Jon:
Me había acostumbrado a ser un bastardo, me había acostumbrado a el maltrato de Lady Catelyn,  pero nunca me podría acostumbrar a estar sin ella. Se que esta mal, nos criamos prácticamente como hermanos,  pero cada vez que la veo se despierta algo en mi que no puedo controlar.  Siempre dije que no tendría esposa, ni hijos, no quiero darles el apellido Snow, no es un apellido digno de darle a las personas que uno ama; Desearía tanto tener otro apellido y pedir la mano de Dany. Esto era imposible,  los norteños lo verían mal, solo me queda aprovechar cada momento con ella, disfrutarla hasta que decidan prometerla a algún lord de apellido importante. 
Esa misma tarde era el día del nombre número 14 de Daenerys , Ned había organizado un gran festín,  el la quería como si fuera su hija. Cat por otro lado. La envidiaba, odiaba que ella sea más hermosa que su hija, que tenga más pretendientes, y que reciba más atención que Sansa.

_No se que regalarle Ary, que puede gustarle?  Le pregunto Jon a Arya
_No lo se Jon, no es como las otras chicas, digamos que es un intermedio entre Sansa y yo..... Piensa que todos le van a regalar cosas que le regalarían a Sansa, si tu le obsequias algo diferente a todos, se sorprenderá.  Debes regalarle algo como para mi_dijo Arya
_Eres la mejor hermana del mundo Ary. Ya se que le voy a regalar.
Le dio un beso en la frente y se despidió.

Estaba impactante por darle su regalo a Daenerys,  pero no encontraba el momento justo para hacerlo, no quería incomodaba delante de todos.  De pronto ahí estaba ella, radiante con un vestido abrigador color celeste, era su color preferido,  me quedé embobado, no podía articular ninguna palabra. Gracias a los dioses que Dany es más elocuente que yo y me lanzó una pequeña piedra para sacarme de mi ensueño.
Volví a la realidad y la llame para darle su regalo, era el momento perfecto, no había nadie alrededor nuestro. 
Dany abrió el paquete y sacó de el un arco y un juego de flechas, tenía sus iniciales grabadas, y tenía unas flores talladas y pintadas de azul. Ella no podía creer que por fin alguien le dio un regalo que realmente quería, sin dudarlo se abalanzó sobre Jon y le dio un abrazo, pero no fue cualquier abrazo.  Dany comenzó a sentirse cómoda con Jon a su lado, sentía el calor de su pecho y su aroma. Del otro lado ocurría lo mismo, Jon no la quería soltar, quería que ese abrazo sea eterno.
Estuvieron unos minutos así, y tuvieron que desprenderse del otro, justo pasaba Jeyne Poole,  la hija del mayordomo (que por cierto era una chismosa).
_Gracias Jon! Es el mejor regalo que me hayan dado en mi vida. Solo hay un problema,  tendrás que enseñarme a usarlo. 
Jon se ruborizó,  no había pensado que su regalo le daría tiempo con Dany,  al parecer había matado dos pájaros de un tiro.
_Cuando quieras Dany, mañana podríamos empezar.  Te parece bien? 
_Gracias Jon!

Jon le dio un beso casto en la frente y se despidió.
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Daenerys :

Estaba en el festín que había organizado Ned por mi día del nombre número 14, si bien se lo agreladecia mucho, no eran las reuniones que más me gustaban, no era ese tipo de chica, podía actuar bien, pero los que realmente me conocen sabían que no estaba a gusto.
Año tras año, Lady Catelyn me permitía sentarme en su mesa ese día, todos se veían diferentes desde ese punto,  podía ver a los hombres borrachos, a las chicas que servían el banquete ser acosada por estos últimos, y a él.  Era el único día en el año que estaba solo en la mesa, odiaba dejarlo ahí, pero Cat lo odiaba aún más que a mi, no me atrevía a invitarlo. Supongo que el se habrá sentido observado, ya que en ese momento,  nuestras miradas se cruzaron, se percibía el deseo que teníamos por estar juntos, mil veces hubiera preferido estar en esa mesa, la de la escoria,  un bastardo y una huérfana.
Sin pensarlo ambos nos levantamos al unísono y nos dirigíamos a la pista de baile, pero alguien me interceptó, solo pude ver los ojos de decepción de Jon alejarse de los míos. Quien era el que me había alejado de mi amado, giro mi cabeza y ahí estaba Rob, el hijo mayor de Ned. El había tomado mi cintura y mi mano y estábamos bailando, no voy a mentir, lo hacía muy bien, el estaba entrenado para esto.
_Estás muy bella esta noche Dany! _ dijo Rob
No pude evitar ruborizarme
_ Gracias Rob.
_ Tengo un regalo para ti Dany, pero preferiría dartelo en otro lugar, un poco más privado.  Te parece si vamos al balcón?
Hice un gesto de aprobación y nos dirigimos allí, mientras pasaba, pude ver la expresión de Jon, era de desconcierto o de pesar.
Una vez fuera en el balcón,  Rob sacó una pequeña caja de su chaleco, la abrió y allí había un hermoso anillo con el emblema de mi familia, el dragon de tres cabezas. En cada ojo tenían un rubí.  El lo sacó de la caja y lo puso en mi dedo anular.
Le agradecí,  pero sinceramente me asustaban las pretenciones que traerían semejante regalo.
Rob me miró y depósito un beso en mi mejilla,  pero no parecía un beso de hermanos, era mucho más, no sabia como actuar.  Hubiera deseado que ese beso me lo diera Jon, pero era muy noble como para hacerlo. En cambio Rob era más descarado,  todos sabíamos de sus visitas a los burdeles,  de su prostituta favorita,  Ross.  A él le encantaba contar todas las cosas que se hacían.
El entró nuevamente a la fiesta y me dejo allí sola, pensando en lo que había pasado. Acaso pensará que puedo ser su nuevo juguete?  No creo que Ned se lo permita,pero se que Cat no tendría ningún problema con ello.
Decidí que hoy no me preocuparía por ello.
Entré al salón y me encaminé a la mesa en donde Jon estaba sentado, mi mesa regular. Tome asiento a su lado,  y por debajo de la mesa tome su mano,  era el único hombre que me interesaba, quería que sepa que no me interesaba estar con Rob.
Nos miramos, y deseamos estar así por siempre.

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Jon:
Aun era de noche,  y habíamos quedado en encontramos con Dany a las afueras de Winterfell,  le enseñaría a usar el arco y flecha. Estaba preparando la diana y me preguntaba si vendría,  no podía sacarme mis inseguridades. Ghost me acompañaba,  era mi más leal amigo,  mientras esperamos a Dany se recostó en mi regazo, era un animal muy noble. Recuerdo cuando lo encontramos con sus hermanos, no podíamos dejarlos solos, había un lobo huargo para cada Stark, y apartado de todos estaba el, un huargo albino, diferente de todos, como yo. Desde ese momento supe que estaríamos juntos para siempre.
Levanto mi mirada hacia el horizonte y allí estaba ella, tan hermosa como siempre.  Traía bajo su brazo una pequeña cesta. Se había tomado el trabajo de escabullirse en la cocina y traer unos pasteles de frambuesas,  nuestras favoritos.

Pasamos varias horas practicando,  nunca la tuve tan cerca mio,cada vez que me paraba tras ella para indicarle la posición de sus brazos y espalda, me atravesaba un escalofrío por todo mi ser, sentía que estábamos hechos el uno para el otro, que nuestros cuerpos encajaban a la perfección.
Llegando al amanecer, decidimos terminar la sesión y nos tiramos en la hierba a comer los pasteles. Era un momento tan simple pero tan hermoso a la vez. Como si  existiaramos solos en el mundo.  Ella tomó mi mano como en el banquetes, y allí tomé valor y la besé.  Sus labios eran tan suaves y delicados, su piel siempre estaba tibia, pero esta vez parecía fuego. Ella tomó mi rostro con sus manos y detuvo el beso, me miró unos segundos, y me atrajo nuevamente a su boca, pero esta vez el beso era más apasionado, mas íntimo. 
Nos detuvimos al notar que el sol ya declaraba el inicio de un nuevo día. Y retomamos el camino a nuestro hogar.
Hacia mucho frio y comenzaba a lloviznas. Le di mi capa a Daenerys,  y caminamos hasta llegar a las puertas de Winterfell.
Ella se fue a su recámara y yo  la armería. 

Estaba ayudando al herrero, cuando entra Theon corriendo y gritando. Necesitaba mi ayuda para algo y no entendía para que, le pedí que se calmara y me dijo que Daenerys había desaparecido.