8. Herederos

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Daenerys:

Mi vientre estaba creciendo de a poco, podía sentir que había vida en mi. En unos días llegaríamos a Vaes Dothrak para mi presentación al Dosh Kaleen y para el ritual de la maternidad. Estuve preparándome, ya que era muy importante para su cultura que me coma un corazón de semental crudo, si lo hacía mi hijo sería sea fuerte, veloz e intrépido; Pero si me atragantaba con la sangre o me daban arcadas, los augurios son menos favorables: el niño podría ser débil, deforme, nacido muerto, o mujer. No me importaría si nacía con alguna de estas condiciones, mucho menos si era una niña,quería un bebe en mis brazos, yo lo amaría por sobre todas las cosas.   Comía cuencos de carne y sangre de caballo seca para acostumbrarme al sabor, y a partir de mañana guardaría ayuno para que el hambre me permita comer todo el corazón.

Había llegado el momento del ritual, el corazón estaba aún humeante, comencé a morderlo, su sangre tibia se escurría entre mis manos, podía sentir la mirada de todos sobre mi, la de Drogo principalmente. Por momentos tenía nauseas, pero no me permitiría vomitar, tenía que ser fuerte, por mi esposo y por mi hijo. Mientras masticaba el músculo la mirada de mi esposo y la mía estaban conectadas, cada vez que tragaba un pedazo, podía ver su orgullo crecer. Y así fué que con mucho esfuerzo comí el último trozo de corazón. El dosh khaleen predice que mi hijo será el Semental que monta al mundo , un conquistador Dothraki por largo tiempo profetizado, que llevaría al pueblo Dothraki a la gloria, conquistando y uniendo al mundo tras él.  Drogo no podía mas de su alegría.

Luego del ritual mi esposo ofreció un banquete para celebrar ya que no todos pudieron estar presentes cuando profetizaron el destino de mi hijo. Había bailarinas Dothraki, tenían sus pechos descubiertos, pero ya me había acostumbrado a la desnudez, la verguenza no era una característica propia de su tribu; también se servían delicias típicas como el guiso agridulce de yegua, o el pescado a la miel. Por otro lado estaba con mis doncellas Jhiqui e Irri, hablabamos de tod, nos reíamos y cantabamos, pero faltaba alguien, no había visto a Viserys desde la ceremonia, me preguntaba donde podía estar. De pronto entra con su espada y totalmente borracho, preguntaba a gritos donde estaba yo, Jorah trató de detenerlo pero el lo apuntó con la punta de su espada y me encontró con su mirada. Irri se puso delante mio para protegerme, pero la corrí, era tiempo de enfrentarme a mi hermano. Puso la punta de su espada en mi vientre, y dijo que venía a cobrar lo que era suyo, o de lo contrario me llevaría con el y mataría a mi bebe. Drogo se levantó y le dijo que tenía razón, que el debía llevar una corona de oro sobre su cabeza, dicho esto, sus jinetes de sangre tomaron a mi hermano por los brazos y se los sacaron de lugar, luego mi esposo derritió unas medallas de oro, y lo coronó. Viserys no era el verdadero dragón, los dragones no se queman.

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Aegon:

Ya había pasado dos meses desde mi boda con Ygritte, era muy feliz al despertarme con ella cada mañana, poder besarla y acariciarla, su piel era perfecta al tacto y cuando el sol se colaba por la ventana su cabello resplandecía. Me levanté y decidí llevarle el desayuno a la cama, me gustaba sorprenderla con pequeños detalles, me dirijí a la cocina y con un poco de ayuda llevé una bandeja con pastelitos de mora y limón, jugo de frutas (que a decir verdad no conocía pero sabían muy bien), un poco de pan tostado y huevos cocidos. Entré a nuestra habitación y la desperté con un beso tierno, ella abrió sus hermosos ojos y se sentó en la cama, comenzamos a comer y cuando se llevó un huevo cocido a su boca salió corriendo al cuarto de baño. Dejé todo sobre la bandeja y fui a verla, estaba vomitando sin parar, sostuve su cabello para que no se ensuciara y acaricié su espalda. Una vez que terminó, se limpió con un trapo y me dijo las palabras mas hermosas que había escuchado en mi vida_ Quería darte una sorpresa Aegon, pero ya no lo puedo ocultar. Estoy embarazada_ No podía creerlo,¡Sería padre!, nunca quise tener hijos por no poder darle un apellido, no quería que fueran bastardos, pero ahora todo era diferente, mi hijo sería un Targaryen.

El retorno de los TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora