Estaba sentada junto a Jonathan en uno de los sofás de la sala de mi casa y mi mamá estaba frente a nosotros mirándonos fijamente.Ya había comenzado a pensar que mi madre es mitad estatua y mitad humana. Se la pasaba mirándonos sin decir nada.
-Disculpe señora-Dijo Jonathan rompiendo el silencio- Soy Jonathan y lamento que su hija esté tan tarde en su casa y en ese estado-terminó de hablar Jonathan mientras se sobaba el pelo, algo incómodo.
Mi mamá no dijo nada, seguía con la misma pose y mirándome enojada.
-Mamá...
Ella seguía igual y ya estaba comenzando a sentirme mal por no haberla llamado.
Jonathan me miró algo incómodo, y lo entendía, esta situación se tornaba extraña.
-Mamá, lo siento ¿si?, no sabía que estaba haciendo hasta que me encontré perdida. Jonathan y su amigo Dave me ayudaron. Y creo que deberías dejar de mirarlo así. Con los ojos no se agradece por salvar a tu hija.
Jonathan volteó a verme algo sorprendido y luego comenzó a reírse.
Mi mamá y yo nos quedamos mirándolo hasta que paró.
-Lo siento-Dijo sonriendo-Me pareció gracioso lo último que dijo Kayla.
-Okay, basta-Habló mi madre haciendo que Jonathan se sobresaltara-Jonathan, te agradezco lo que hiciste, pero creo que es bastante tarde y deberías volver a tu casa.
Jonathan asintió y se despidió de ambas.
-Lo siento-volví a decir.
-¡No puedes andar por lugares que no conoces!, ¿¡acaso perdiste la cabeza!?-Dijo mi madre bastante molesta.
-Lo sé, lo siento, no pensé en las consecuencias, estaba enojada y simplemente comencé a caminar.
-Simpliminti ciminzi i ciminir, ¡¿No sabes el peligro que hay allá afuera?! ¡Te pudieron haber secuestrado! ¡O peor!
-¡Pero no pasó! ¡Estoy bien!
-Si no fuera por ese señor, creo que hubiera perdido a mi hija-Dijo Karen mas calmada pero bastante preocupada.
-¿Señor?-pregunté algo confundida.
-Yo tampoco soy una señora-Dijo mi bella madre Karen mientras se iba hacia su habitación.
Al darme cuenta que hablaba de Jonathan, comencé a reírme.
******
-¡Kayla!-Volvió a gritar mi mamá mientras tocaba la puerta de mi cuarto-¡Es la quinta vez que te llamo!¡Levántate perezosa!
-¡Ya voy!
Estaba demasiado cansada, no había dormido casi nada, ya que pasé la noche entera hablando con Dave y Jonathan por skype.
Hoy me iba de esta bella ciudad, iba a extrañar muchas cosas de aquí pero no podía hacer nada. Dave y Jonathan me dijeron que no me ponga triste, que me escribirán diario e irán a visitarme cuando puedan.
Pero eso me pone más triste.
Creo que ellos son lo mejor que me pasó aquí, tener que dejarlos me duele.
-¡Cinco minutos!-gritó mi madre tras la puerta-¡uno!, ¡dos!...-la escuché decir a medida que se iba a no se dónde.
Me puse mis zapatos y bajé a desayunar.
Creo que nunca estuve tan feliz en mi vida.
No lo digo porque mi mamá hizo algo distinto a pancakes, sino por la sorpresa que me dieron mis amigos.
-¡Es bellísimo!-dije mientras los abrazaba a ambos.
-De nadas, sabíamos que te encantaría-Dijo Dave sin parar de abrazarme.
-Esperamos que te vaya de maravilla, y no te vayas a olvidar de nosotros-Dijo Jonathan sonriendo.
-Nunca los olvidaría, son lo mejor que me ha pasado-Dije y volví a abrazarlos.
-¿Hola? Yo creí que era lo mejor que te había pasado, sin mí no hubieras existido-Dijo mi mamá, interrumpiendo nuestro abrazo.
Los tres la miramos y comenzamos a reír.
******
Estábamos los tres en la sala jugando con mi nuevo perrito, mientras mi mamá terminaba de recoger.
-Deberías llamarlo Dave, el cachorro es muy guapo y yo tuve la idea de comprarlo-Dijo Dave mientras cargaba al perrito.
-No es mala idea-Dijo Jonathan y lo miré confundida-Los dos son iguales cuando comen.
Dave lo miró mal y yo comencé a reír.
-¡Tenía hambre!-dijo Dave
-El perrito también
-¡Chicos Basta!- les grité aún riéndome.
Ellos me miraban como si se me hubiera quedado el cerebro en el hospital cuando nací.
Se que no me río normal, pero no es para tanto.
-lo siento-dije parando mi risa.
-Kayla, es hora de irnos-habló mi madre mientras bajaba las escaleras-Despídete de tus amigos, ya es hora.
Dave y Jonathan nos ayudaron a subir las cosas al auto y yo me encargué de llevar a mi nuevo cachorro en una jaula. Ya no se sentía la misma alegría de hace un momento, ahora todos estábamos tristes porque en unos minutos me iría a otra ciudad y no se cuando volvería.
Mi madre se montó en el carro, esperando que me despidiera, para al fin ya irnos.
-Hace poco te conocí y ya te quiero como a una hermana, no cambies Kay-Dijo Dave mientras me daba un abrazo,el cual le correspondí al instante- te quiero un montón, se que te irá genial allá.
-Gracias Dave, también te quiero.
Nos separamos y luego Jonathan se acercó.
No dijo nada, solo me miraba como la primera vez en aquel barrio.
-Jonathan...
-te extrañaré mucho Kayla-me interrumpió.
No dije nada, me quede observándolo por unos segundos y luego lo abracé.
-Yo también voy a extrañarte Jonathan, no sabes cuanto-dije apretándolo aún más con mis brazos.
Nos fuimos separando y el se quedo mirándome con tristeza.
-Kayla yo...-Fuimos interrumpidos por la bocina de mi mamá.
Volteamos a verla y ella me hizo señas para dar a entender que había pasado mucho tiempo y teníamos que irnos.
Entre al carro y les di una última despedida a mis amigos.
Pero no podía dejar de pensar en Jonathan...
¿Qué iba a decirme?
******
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Sean
Подростковая литератураDesde que su padre murió las puertas de la felicidad se cerraron por completo dentro de ella. Lloró como nunca antes lo había hecho, Sufrió como un bebé al que le quitaron su juguete favorito. Para ella todo estaba acabado, nada podía hacerla feliz...